La lucha entre el futuro y el pasado: ¿Hacia dónde va Cuba? [Segunda parte]
Cuba tomará uno de dos caminos de cara a su futuro: el primero conduce al “socialismo de mercado” a causa de la falta de divisas para importar mercancías esenciales, el segundo acentúa el modelo comunal de producción y la transformación de los seres humanos, inspirado en las enseñanzas del Che. Segundo round de La lucha entre el Futuro y el pasado, por Michael Lebowitz, en colaboración con La Tizza y traducido por Yoan Karell Acosta González.
Actualización: “el péndulo guevariano” y la dependencia del camino
Obviamente, la meta y el camino hacia esa meta en aquella época estaban bien claros para el Che. Nunca sabremos si él habría ajustado o cambiado completamente sus medidas específicas en el más de medio siglo que ha transcurrido desde que salió de Cuba y de este mundo material. Sin embargo, podemos valorar la era post-Che en Cuba a la luz de los fundamentos establecidos por este pensador.
En su capítulo sobre el legado del Che en Cuba, Yaffe indaga en las fases de la historia económica de la Revolución Cubana, las describe como “un péndulo que oscila entre lo deseable y lo necesario”. El “péndulo guevariano”, propone esta autora, “refleja la habilidad de Cuba de impulsar hacia adelante el desarrollo socialista, mediante la creación de nuevas formas sociales y políticas, sin retroceder hacia mecanismos capitalistas para resolver los problemas económicos”.[81]
Hayan sido o no oscilaciones de un péndulo —con su regularidad— o si cada subperíodo —que ella clasifica como “oscilación que se aleja” u “oscilación que se acerca”— ha sido o no realmente una oscilación, no cabe dudas de que han ocurrido cambios significativos en el recorrido de Cuba. En específico, tras la partida del Che, el mecanismo de planificación soviético, con su foco de atención en el interés material, fue cada vez más dominante y se oficializó con la adopción en 1976 del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía. Luego de diez años de puesto en práctica, no obstante, ese modelo fue fuertemente rechazado a partir de 1986, en lo que se denominó “Rectificación”.
Se rechazaron los conocidos esquemas perversos típicos del “Socialismo Real”, esquemas que el Che comprendió bien.[82] El 8 de octubre de 1987, Fidel aseveró que el Che se habría “horrorizado” al ver lo que había surgido en Cuba. Se habría “horrorizado” al ver que había “empresas que por ser rentables robaban” y que mentirían “para cumplir y sobrecumplir fraudulentamente el plan”. Se habría sorprendido con que “el trabajo voluntario fuera una especie de tontería” y que los caminos “conducen a todos los vicios y a todas las enajenaciones del capitalismo”. El Che habría dicho “está pasando precisamente lo que yo creía que les iba a pasar”. Fidel argumentó que si hubiéramos estudiado el pensamiento económico del Che habríamos estado mejor preparados, e hizo un llamado a los miembros del Partido y a los economistas “para que estudien y conozcan el pensamiento político y el pensamiento económico del Che”.[83]
El potencial latente en la Rectificación puede apreciarse en la decisión del Partido en 1990 de iniciar una amplia discusión antes del Cuarto Congreso del Partido Comunista. Lo anterior desencadenó propuestas de la población, resumidas por Juan Valdés Paz como “demandas de descentralización; desburocratización; desestatización; y de mayor participación popular”.[84] No obstante, nunca sabremos lo que habría ocurrido si Cuba hubiese emprendido ese camino en aquel momento.
Mientras que la Rectificación generó el impulso para la creación de los Consejos Populares (nuevos órganos locales de participación), su potencial, y el de la propia Rectificación, no se materializó debido a la necesidad de responder inmediatamente a la crisis producida por un potente impacto externo: el colapso y desaparición del bloque soviético después de 1989.
Cuba perdió el 80 por ciento de su comercio, incluidas las importaciones de petróleo — lo que provocó un abrupto declive de la producción nacional y la pérdida de ingresos por concepto de reexportaciones— y el PIB cayó un tercio. “¡Todo para el frente!” significaba luchar por la supervivencia, algo que se logró milagrosamente. Durante el “Período Especial”, marcado por el hambre, un cambio impuesto hacia la agricultura orgánica y serias dificultades en el transporte tanto urbano como a lo largo de todo el territorio, Cuba se volteó considerablemente hacia el turismo como una fuente de divisas para pagar las necesarias importaciones. Con la entrada de divisas del turismo y las remesas de los cubanos en el exterior, a lo que se añadió el creciente apoyo de la Venezuela de Chávez a cambio del suministro de servicios médicos y deportivos por parte de la isla, los primeros años del siglo XXI marcaron una definitiva mejoría económica.[85]
Este fue también, no obstante, un período en el que tuvo lugar un suceso político de envergadura: la Batalla de Ideas. Propiciado por el éxito de las movilizaciones masivas durante la campaña por el regreso del niño secuestrado Elián González, Fidel puso énfasis en la importancia de las ideas como herramienta principal para combatir el imperialismo estadounidense. En particular, el programa se enfocó en la educación de los jóvenes, especialmente los menos privilegiados. Fidel señaló en febrero de 2003 que, a pesar de los logros brindados a todos los ciudadanos, “no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el status social y económico de la población negra del país”. Apuntó que un aspecto de este fenómeno era la desigualdad con respecto al acceso a la educación superior: “La posibilidad de estudiar, superarse y obtener un título universitario fue siempre patrimonio exclusivo de los sectores que poseían más conocimientos y recursos económicos. Solo por excepción los pobres escapaban de este fatalismo”. Ahora, como resultado de la Batalla de Ideas, “se alcanzó un viejo sueño: la universalización de la educación superior… Este programa ha significado posibilidades inéditas para jóvenes y adultos que antes no podían llegar jamás a la Educación Superior y ahora se incorporan al propósito revolucionario de alcanzar una cultura general integral para todos los ciudadanos”.[86]
La Batalla de Ideas incluía otros muchos aspectos, como grandes inversiones en la educación (aumento de la preparación de maestros para reducir el tamaño de los grupos a 20 estudiantes, la preparación de profesores de arte y la disponibilidad de computadoras, televisores y reproductoras de video para las aulas de primaria y secundaria, etc.). Según las palabras del pasado año del colectivo La Tizza, acaso la parte más inspiradora de esta campaña con la que Fidel “elevó la autoestima de los jóvenes, especialmente de los más desfavorecidos, y logró reconectarlos con el proyecto revolucionario”, fue la creación de los “trabajadores sociales”.[87]
En su discurso de diciembre de 2004, Fidel indicó que las nuevas escuelas de trabajadores sociales ya habían graduado más de 21.000 jóvenes, que constituyen ahora “un verdadero contingente de apoyo y solidaridad social”. Algunas de las actividades de este grupo, casi todas ejecutadas por mujeres jóvenes provenientes de contextos desventajosos, se correspondían con las categorías normalmente reconocidas como trabajo social; por ejemplo, visitar comunidades para encontrar y trabajar con jóvenes desvinculados, así como realizar encuestas, puerta por puerta, a lo largo de toda la nación. Estos estudios permitieron detectar 37.000 ancianos que requerían atención personalizada en sus hogares. Otras actividades fueron únicas y vincularon directamente a los trabajadores sociales con las necesidades de la Revolución; por ejemplo, se les asignó la tarea de sustituir los bombillos incandescentes en los hogares por bombillos compactos y fluorescentes ahorradores de energía. Más dramático, a más de 10.000 trabajadores sociales se les asignó la tarea de ocuparse de más de 2.000 gasolineras durante varias semanas, con el objetivo supervisar la entrega de combustible desde las refinerías. El ejercicio develó que la mitad del ingreso por las ventas de combustible se estaba perdiendo debido al robo y la corrupción.[88] Aunque la Batalla de Ideas fue rechazada por algunos que “perdieron completamente la noción de su significado, miles de jóvenes en áreas marginales” se reconectaron con el proyecto revolucionario.[89]
Sin embargo, Fidel pronto se vio obligado a renunciar a sus deberes presidenciales por razones de salud. Las implicaciones pronto fueron evidentes. En pocos años, Cuba emprendió un camino que José Luis Rodríguez, exministro de Economía, describió como “un período de profundos cambios”.[90] Las señales iniciales aparecieron en el primer discurso importante de Raúl Castro como presidente interino en julio de 2007, donde habló de la necesidad de “transformar concepciones y métodos que fueron los apropiados en su momento, pero han sido ya superados por la propia vida”.[91]
En los dos años siguientes se eliminaron una serie de, lo que Raúl denominó, “prohibiciones innecesarias” que afectaban a los consumidores, se distribuyeron tierras estatales ociosas en usufructo a personas naturales y cooperativas, y la gestión de las barberías estatales fue entregada a sus trabajadores. Al enfatizar en la insostenibilidad del presupuesto estatal, Raúl señaló la necesidad de recortar los gastos debido al efecto de los daños del huracán y la desaceleración económica mundial —que afectó tanto al turismo como a los ingresos por exportación de níquel—. Por indicación de la dirección, el periódico del partido, Granma, informó en septiembre de 2009 que el gobierno comenzaría el proceso de cierre de 24.700 comedores en los centros de trabajo, y publicó un editorial firmado en octubre, argumentando que la libreta, la cartilla mensual de racionamiento, debería ser reemplazada por subsidios destinados solo a los necesitados.[92]
Al año siguiente, el gobierno cubano avanzó por el siguiente camino: aumento de 50 años a 99 años del plazo máximo de arrendamiento de tierras a los inversionistas extranjeros, anunciando —a través de la Central de Trabajadores de Cuba— que medio millón de trabajadores del sector estatal serían despedidos para abril de 2011, flexibilizando los requisitos para otorgar licencias a empresarios privados y, finalmente, en noviembre de 2010, se publicó un borrador de los Lineamientos, las directrices de la política económica sobre las cuales la Comisión de Política Económica del Partido había trabajado extensamente. Los Lineamientos propuestos estaban destinados a establecer cambios profundos en los conceptos y estructuras subyacentes al modelo cubano, cambios descritos como la “actualización” del modelo cubano.[93]
Raúl no dejó lugar a las dudas sobre la importancia de los cambios previstos. En declaraciones a la Asamblea Nacional el 18 de diciembre de 2010, argumentó que:
Es necesario cambiar la mentalidad de los cuadros y de todos los compatriotas al encarar el nuevo escenario que comienza a delinearse. Se trata sencillamente de transformar conceptos erróneos e insostenibles acerca del Socialismo, muy enraizados en amplios sectores de la población durante años, como consecuencia del excesivo enfoque paternalista, idealista e igualitarista que instituyó la Revolución en aras de la justicia social.
Como ejemplo, señaló la libreta, la cartilla de racionamiento: “no pocos identificamos la libreta de abastecimientos como un logro social que nunca debiera suprimirse”. Si bien su establecimiento estaba destinado a ayudar a las personas necesitadas, ahora es la fuente de muchos problemas: “constituye una expresión manifiesta de igualitarismo, que beneficia lo mismo a los que trabajan y a aquellos que no lo hacen”. Estos eran algunos de los muchos problemas que debían abordarse en los Lineamientos, y concluyó que “o rectificamos o ya se acabó el tiempo de seguir bordeando el precipicio, nos hundimos, y hundiremos”.
Las amplias discusiones organizadas en los centros de trabajo, en las comunidades y en las instituciones sociales produjeron muchas enmiendas y adiciones a los Lineamientos, pero el resultado más sorprendente de esta consulta fue una oposición significativa a la eliminación de la libreta y a la reducción del empleo estatal, lo cual no es sorprendente ya que los artículos subsidiados de primera necesidad y el pleno empleo habían sido parte del contrato social cubano desde los primeros días de la Revolución.[94] Tal como Raúl lo había entendido, con respecto a la libreta muchos cubanos la consideraban “un logro social que nunca debiera suprimirse”.[95] Tomando en consideración dicha oposición, el partido decidió proceder con las reformas, pero hacerlo solo gradualmente.
Otros objetivos de los Lineamientos aprobados por el sexto Congreso del Partido Comunista en 2011 incluyeron la reducción de la propiedad y el empleo estatales, el fomento de un amplio sector de propiedad y gestión no estatal, la expansión de los mercados y el papel atribuido a ellos, un nuevo enfoque en el incentivo material individual, la creación de un mercado laboral libre y el potencial de acumulación por parte de las pequeñas y medianas empresas privadas.
En su artículo, “A Lot Done but Much More to Do” (Mucho se ha hecho pero falta mucho más por hacer), el economista cubano Juan Triana elogió “la asimilación política e ideológica de la necesidad de cambio” y argumentó que, entre estos, “los cambios que se introducirán en el sistema empresarial estatal son claramente los más significativos porque la economía del país y una parte sustancial del empleo se concentran en estos”. Esos cambios implican aumentar la autonomía económica y financiera, la autofinanciación efectiva de las empresas estatales, “un viejo objetivo no alcanzado que se remonta a la década de 1970 cuando Cuba comenzó su primera “apertura” bajo el Sistema de Gestión Económica”.[96]
En su conjunto, no es sorprendente —como señala Al Campbell— “un profundo temor de los partidarios del esfuerzo de medio siglo de Cuba para comenzar a construir el socialismo —y una esperanza igualmente ferviente en los opositores— de que las reformas actuales llevarán a Cuba de vuelta al capitalismo”.[97] Recordando la opinión del Che en 1964 sobre las decisiones del Partido Comunista de Polonia, no puede haber duda de que este habría sido su temor. Campbell propone, sin embargo, que existen barreras importantes para la restauración del capitalismo. Tal vez lo más significativo en este momento es la determinación de los líderes del Partido de evitar esto y construir en su lugar un “socialismo próspero y sostenible”. El punto se ilustra con la declaración de Raúl de que “no me eligieron presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo”.[98]
Sin embargo, incluso sabiendo a dónde se desea llegar, eso no significa que se llegará allí. Una vez iniciado el camino hacia la meta de un socialismo próspero y sostenible, ¿podría esto llevarnos hacia otro lugar? ¿De hecho, en qué se diferenciaría este camino de uno en el que la meta consciente sea el capitalismo? Al igual que en el caso de los sistemas dinámicos inestables, ligeras variaciones al comenzar un camino pueden conducir en última instancia a grandes diferencias en los resultados.[99] Y una vez iniciado, puede resultar muy difícil abandonarlo.
La dependencia del camino es un concepto bien conocido en economía y en los estudios de cambio institucional, que explica cómo las elecciones una vez tomadas pueden hacer que sea más fácil permanecer en un camino en lugar de cambiar el rumbo. Tomemos en consideración la posibilidad de que terminemos en lo que el Che llamó “callejón sin salida. Y terminas allí después de haber viajado una larga distancia con muchas encrucijadas, y es difícil averiguar dónde tomaste el giro equivocado”. Los pasos iniciales importan: de hecho, la observación que regularmente se hace con respecto a la dependencia del camino es que “la historia importa”.[100]
En el caso de la “actualización” del modelo cubano, en resumen, el camino puede conducir a otro objetivo que no sea el anunciado, porque precisamente, en lugar de reconsiderar el rumbo, la respuesta lógica a cada barrera puede convertirse en dar más pasos adelante (y más rápidos). Y se volverá más probable si hay una corriente organizada que promueva esto como lo racional. Los economistas cubanos juegan ese rol. Como propone Anthony Maingot, “podría decirse que son los economistas los intelectuales orgánicos más importantes en esta búsqueda de reformas”. Podemos entender su perspectiva a partir de su declaración de que lo nuevo que “no puede nacer” no es socialismo. “Hoy, decididamente es justo lo contrario en Cuba”.[101] ¿Lo “viejo” que está muriendo es, entonces, el modelo cubano o el socialismo?
Analicemos el consejo de los economistas cubanos. Al igual que los economistas neoclásicos del capitalismo, que defienden sus teorías frente a resultados imprevistos, su respuesta pudiera ser: ¡simplemente no hemos ido lo suficientemente lejos! En este sentido, los economistas cubanos, al igual que sus homólogos soviéticos, actuarían como portavoces del capital, siempre inclinados a proponer otro paso en dirección al capitalismo, en el nombre de (su) ciencia versus dogma.[102]
Omar Everleny, por ejemplo, exclamó recientemente: “Ojalá se implementaran las reformas que los economistas llevan décadas proponiendo”. Pero podrían no ser aceptadas, sin embargo, debido a “preceptos políticos e ideológicos enraizados en sus esferas de dirección”. Del mismo modo, Juan Triana se refirió en 2021 a treinta años de una profunda crisis económica, “treinta años posponiendo y demorando cambios necesarios en lo económico, desconociendo la existencia de leyes objetivas, que al final se imponen”, y señaló entre las razones para ello, poner “por encima de los intereses de la nación los de organizaciones particulares”. Por su parte, Pedro Monreal se había quejado en 2007 de que “los economistas académicos como él”, a diferencia de los que trabajan en el plan estatal y dentro de los ministerios, no son escuchados. La influencia en este sentido “nunca es una cuestión para los profesionales técnicos… Son decisiones que básicamente se corresponden con cuestiones políticas”. Más recientemente, Triana elogió la “actualización” porque finalmente hay claridad con respecto a la aceptación de la necesidad de inversión extranjera, pero aún enfrenta “incuestionables prejuicios que son difíciles de eliminar rápidamente”.[103]
Ciencia versus dogma. “Son problemas económicos que solo se superan con soluciones económicas”, insiste Everleny. Eso requiere, sin embargo, “audacia y valor para romper dogmas”. Pero ¿cuáles son los prejuicios, las premisas ideológicas y los dogmas que estos científicos económicos han lamentado? Muy simple, el “modelo cubano” existente, el modelo actualmente en proceso de “actualización”, para lo cual “se ha hecho mucho, pero queda mucho más por hacer”.[104] Intentar describir brevemente el modelo cubano existente seguramente ofenderá tanto a aquellos que lo entienden íntimamente como a aquellos que tienen una concepción predeterminada del mismo. Sin embargo, si no se hace el intento es imposible comprender el significado de la “actualización” y sus perspectivas.
Liderada por su Partido Comunista, Cuba ha sido capaz de derrotar más de 60 años de esfuerzos contrarrevolucionarios de la potencia más fuerte de la tierra: el imperialismo estadounidense. En su intento por construir el socialismo, el Partido ha utilizado la planificación estatal para desarrollar sectores clave, ha proporcionado pleno empleo (a través del Estado), ha asegurado la educación gratuita universal, la atención médica gratuita universal y artículos de primera necesidad subsidiados de forma universal (por lo tanto, un ideal igualitario). Su modelo de socialismo se refiere principalmente al Estado —más que a los procesos de autogobierno y autogestión—, y es una variante del modelo “el director y los dirigidos” en el que la autoconcepción del director de orquesta es que “sin mí, habría caos”.[105] En consecuencia, la dirección del partido concibe su responsabilidad como una forma de asegurar la supervivencia y la realización de los objetivos de la revolución y, con este fin, ha movilizado a las masas para luchar contra los efectos de los desastres naturales y con el propósito de consultar las propuestas del partido.
El camino actual del modelo cubano “actualizado” es el producto de dos fuerzas. Por un lado, existe la tendencia a una creciente dependencia de las fuerzas del mercado, la creación de un sector capitalista significativo y un ejército de mano de obra de reserva, una mayor apertura al capital extranjero y liberar del control estatal a las empresas estatales. Por otro lado, por parte de la dirección superior del partido existe cautela en cuanto a los procesos espontáneos incontrolados —dada la amenaza omnipresente del imperialismo— y el reflejo de dicha cautela en los que están en la parte más baja en la jerarquía, quienes son expertos en obedecer reglas y en explicar consecuentemente “no, no es posible”. Como resultado, las reformas proyectadas son lentas, y el patrón ha sido de retrasos, baches y retrocesos en el camino.[106]
¿Pero hacia dónde va el camino? “Actualizar” el modelo económico cubano preservando la responsabilidad del Estado parece ser un camino en la dirección del “socialismo de mercado” —o cualquier otro eufemismo que se prefiera— de China y Vietnam. Eso no debería ser una sorpresa, ya que los economistas cubanos han estado enamorados de los modelos y la experiencia de esos dos países.[107] Por supuesto, está la pregunta planteada de si Cuba podría proceder con éxito copiando ese camino. A diferencia de China y Vietnam, Cuba no tiene grandes reservas de población en el campo para aprovechar como fuente de mano de obra barata en la actividad orientada a la exportación, ni es probable que tenga el mismo acceso a los mercados estadounidenses que esos países.[108]
En cualquier caso, el camino futuro del modelo actualizado no puede analizarse aislado de su pasado y presente. El bloqueo de larga data y su endurecimiento —como ocurrió con las medidas Trump-Biden— ha limitado severamente el acceso a la divisa que es esencial para importar artículos de primera necesidad —como alimentos y petróleo—, lo que ha dejado a Cuba vulnerable a la suerte (o a la falta de ella) de los aliados internacionales que en el pasado redujeron los déficits de Cuba en los pagos internacionales. Pero tener en cuenta el pasado también significa que no podemos ignorar los resultados que históricamente ha tenido la manera en que el Partido ha interpretado su responsabilidad en el desempeño económico de Cuba, tales como la ineficiencia de las granjas estatales, las exigencias del Estado a la producción agrícola y la falta de oportunidades para el protagonismo de los trabajadores en las empresas estatales, lo que ha resultado en alienación y baja productividad en la industria.[109]
Desgraciadamente, Cuba ha sufrido ahora otro choque externo. No solo la pandemia y sus efectos internos sumados a la paralización del turismo durante dicho período, sino que además países como Brasil han expulsado a los médicos cubanos, y los Estados Unidos han creado nuevas barreras al flujo de remesas hacia Cuba. El resultado ha sido un efecto desastroso sobre las balanzas comerciales y los déficits presupuestarios del Estado. Añádase a eso el efecto del “autogol” de Cuba al llevar a cabo su tan necesario reordenamiento monetario, su reforma monetaria, al compás de una crisis económica.
El resultado es lo que German Sánchez Otero, exembajador cubano en Venezuela, describió en 2021 como una “tormenta perfecta”, caracterizada por “la escalada abrumadora de los precios de los alimentos y de otros artículos de primerísima necesidad, la sensible escasez de medicamentos, el incremento de la corrupción, las minimafias relacionadas con negocios ilícitos, las ineficiencias y debilidades de cuadros de dirección y las insuficiencias de instituciones a diferentes niveles”.[110]
Resulta difícil no comparar los efectos de este choque externo con el anterior, que marcó el comienzo del Período Especial. Además de la carestía y “la escalada abrumadora de los precios de los alimentos y de otros artículos de primerísima necesidad”, ha habido cortes de electricidad debido a la escasez de petróleo, colas de un día para comprar artículos de primera necesidad como el pan y un aumento de los precios de los servicios públicos (por ejemplo, el transporte de La Habana experimentó un aumento de precios del 500 por ciento). En febrero de 2022, Oscar Fernández comparó esta situación con el Período Especial, señalando que
la magnitud de la crisis aún no sea tan grande o por lo menos el decrecimiento acumulado quizás no sea tan grande, pero los impactos puede que sean similares, incluso peores para muchas familias, porque la cobertura social, digamos las garantías sociales, el colchón sobre el que caen las familias desfavorecidas en este contexto, es mucho más delgado que sobre el que caímos la mayoría durante los años 90.[111]
Sin lugar a dudas, la situación económica actual es muy grave. Cuba necesita hacer frente a su grave escasez de alimentos y combustible; sin embargo, esos problemas no se pueden resolver de la noche a la mañana y el problema inmediato adopta la forma de extrema escasez de las divisas necesarias para importar artículos de primera necesidad. En respuesta a ello, el gobierno ha intentado recaudar todo el MLC (Moneda Libremente Convertible) posible mediante la creación de tiendas MLC que venden bienes de consumo que de otra manera no estarían disponibles. Sin embargo, con el fin de concentrar todo el MLC disponible en manos del gobierno, se decidió no establecer un mecanismo formal que les permitiera convertir en MLC al tipo de cambio oficial (de 24 pesos por dólar) a quienes solo ingresan pesos. Como resultado de un exceso de demanda de MLC, el valor del peso se ha reducido en el mercado informal o mercado negro (en un estimado de 100 pesos por dólar); esto ha acelerado la inflación (y ha reducido aún más los salarios reales) mucho más de lo que ya ocurría como resultado del reordenamiento monetario que se produjo en enero 2021. La desigualdad ya existente se ha incrementado más.
Y eso nos lleva a hablar de la especial tragedia que implica la situación actual; en un país cuya revolución valoraba el igualitarismo, la desigualdad ha aumentado desde la década de 1990. En su charla en el Centro Martin Luther King el 15 de octubre de 2020, Juan Valdés Paz llamó la atención sobre este patrón y predijo que “cuando lleguemos al 2025 tendremos una sociedad mucho más desigual que la que ahora tenemos, que la que hoy tenemos”. Pero enfatizó que la desigualdad, aunque creciente, no es el verdadero problema. Más bien, el problema es que este patrón de desigualdad “contiene ya una considerable franja de pobreza” y eso está creciendo: “tenemos cada vez más pobres. No hay política para la pobreza, es más, la palabra pobreza no aparece en un solo discurso oficial. No hay un funcionario cubano que se atreva a decir pobreza”.
Y la situación es peor “porque los negros y mulatos están sobrerrepresentados en esa franja de pobreza, están sobrerrepresentados en los peores indicadores: el menor ingreso, la pobreza, la falta de vivienda, los peores empleos, etcétera. Por tanto, hay tendencias objetivas para que el tema de la racialidad se nos vuelva un problema socialista a nosotros y al enemigo una base sobre la que está actuando con mucha energía”.[112] Si la pobreza no es tema de discusión entre gente fina, tampoco lo es el tema de la raza [color de piel]. Como comentó Esteban Morales, el recientemente fallecido erudito afrocubano, “nuestras estadísticas económicas no permiten cruzar color de piel, con variables de empleo, vivienda, salarios, ingresos, etc. Esto nos impide investigar, en profundidad, cómo avanza el nivel de vida de los diferentes grupos raciales. Especialmente aquellos que anteriormente estaban en desventaja”. El punto obvio es que “mientras el tema racial no sea tratado de manera sistemática y coherente, a un nivel integral, y se refleje de manera confiable en nuestras estadísticas y en nuestros medios de comunicación, no podemos aspirar que el país avance socialmente en el tema”.[113]
Precisamente por la falta de estadísticas oficiales, el estudio de la “reestratificación” de la sociedad cubana realizado por Hansing y Hoffmann aporta algunos datos interesantes. Sobre la base de extensas entrevistas y muestras, argumentan que no solo ha habido una creciente desigualdad desde la década de 1990, sino que es más marcada sobre la base de la raza. Estiman que, mientras que el 95 por ciento de los afrocubanos reportan un ingreso anual inferior a 3.000 CUC, solo el 58 por ciento de los cubanos blancos entran en esta categoría de ingresos más bajos. Además, los niveles de ingresos superiores a 5.000 CUC se limitan casi exclusivamente a los cubanos blancos.[114] En términos de cuentas bancarias, entre los cubanos blancos, el 50 por ciento de los encuestados informó tener una cuenta, mientras que “entre los afrocubanos, esta cifra fue de solo el 11 por ciento”. Entonces, ¿quién recibe las remesas que permiten el acceso a las tiendas MLC? Hansen y Hoffmann señalan que, según los datos del censo de los Estados Unidos, de los más de 1,8 millones de cubanoamericanos, el 85 por ciento son blancos.[115]
¿La actualización y el viraje hacia el mercado mejorarán o empeorarán las cosas? Mayra Espina Prieto y Dayma Echevarría señalan que el proceso de actualización omite considerar los problemas de pobreza, desigualdad de raza y género y los mecanismos sociales que reproducen de manera estructural los procesos de exclusión social. Debido a que la plataforma del proceso de actualización es insuficiente al respecto, concluyen que “la reconfiguración se acompaña de un ensanchamiento de las brechas de equidad y de la permanencia de la pobreza y las desventajas”.[116]
La actualización, en resumen, proporciona más aspectos preocupantes. Hubo un momento, señaló Juan Valdés Paz, en que el empleo estatal representó el 95 por ciento del total. Ahora se encuentra en un “75 por ciento y hay un compromiso del Estado de no emplear más del 60, es decir, ser el empleador de no más del 60 por ciento de la fuerza de trabajo del país. Esto quiere decir que todavía se tiene que desprender de casi un millón más de trabajadores”. Presumiblemente, los empleos para el resto serían proporcionados por el trabajo por cuenta propia, micro/pequeñas/medianas empresas privadas la última empleando no más de 100 trabajadores], empresas familiares y cooperativas. Hasta ahora, sin embargo, el establecimiento del marco legal para ello —especialmente para los trabajadores de empresas privadas y cooperativas no agrícolas— ha sido muy lento.[117]
Pero supongamos que todo esto está resuelto y que Cuba logra desandar su camino de actualización. ¿Qué es lo nuevo que se está construyendo? Hay un “problema, del que curiosamente no hablamos”, señala Valdés Paz. Como marxistas, “nunca nos preguntamos cómo evoluciona la estructura socioclasista de la sociedad cubana”. Sí, esto significa el surgimiento de una burguesía; significa que la “estructura socioclasista del país está evolucionando de una manera muy diferente a como la construyó el socialismo cubano hasta los años ochenta”. Y agrega que “la estructura social se mueve a una mayor estratificación, diversidad, complejidad de intereses y dinámicas nuevas y diferentes a las que hemos conocido, con efectos políticos “x”.[118]
La doctrina del shock y el camino
El 11 de julio de 2021 Cuba recibió otro choque, esta vez interno. Bajo la etiqueta y el lema #SOSCuba, organizado y difundido por contrarrevolucionarios —tanto externos como internos—, gran número de personas salieron a las calles para manifestarse. La triste realidad es que el llamado a protestar cayó sobre terreno fértil: las personas que estaban sufriendo en medio de esa tormenta perfecta. Por ejemplo, las protestas comenzaron cuando cientos de personas se manifestaron en San Antonio de los Baños (en la provincia de Artemisa) por cortes de energía prolongados y constantes, pero dada la alta incidencia de la Covid-19 en esa localidad, también estuvo marcada por la consigna: “¡Queremos vacunas!”[119]
Como detalla Helen Yaffe, los residentes estaban respondiendo a un llamado en la página de Facebook de “Danilo Roque” —con la cabeza decapitada de Díaz-Canel, el presidente cubano, como su foto de perfil—, quien había llamado a los cubanos a salir a las calles varias veces desde 2019 en vano. Sin embargo, como le dijo a un periodista, “luego la situación empeoró con el COVID-19 y la falta de medicamentos”; en consecuencia, dado el calor del verano y la propagación de la Covid, los apagones crearon esa “ocasión oportuna”, dijo Roque. “Mi equipo y yo decidimos que este era el momento de atacar, dado que el gobierno estaba concentrado en la COVID-19”.[120]
Transmitidas en vivo en las redes sociales (en sitios como Cuba Decide, establecido en Miami en 2015), las protestas se extendieron por todo el país, ocurriendo en al menos seis provincias de catorce, y alcanzando su punto álgido en La Habana, donde se estima que 3.000 personas marcharon, muchas coreando consignas antigubernamentales. Hubo muchos casos de violencia: lanzamiento de piedras entre manifestantes y contramanifestantes (que respondieron a la declaración de Díaz-Canel en la televisión, “Que los revolucionarios salgan a las calles”). Los coches de policía fueron volcados en varios lugares, un hospital infantil fue apedreado y las tiendas del MLC fueron atacadas y saqueadas (con videos que mostraban a personas llevando electrodomésticos, colchones, jabón y papel higiénico).
Si bien la descripción inmediata de Díaz-Canel de las protestas como un “golpe blando” habla del objetivo de los instigadores, es importante reconocer que, si bien la mayoría de la población cubana continúa apoyando al gobierno, “las protestas se originaron en los barrios obreros con los mayores problemas sociales”.[121] Nada de esto había sucedido en Cuba desde la protesta en el Malecón durante el Período Especial, la cual fuera dispersada después de la aparición de Fidel en la demostración.
Pocos días después del 11 de julio —pero presumiblemente escrito antes—, Sánchez Otero describió a Cuba como en un estado de “pesimismo e incertidumbre extendido entre muchas personas que se identifican como revolucionarias y patrióticas”. En estas circunstancias, no es sorprendente que el gobierno recurriera a aquellos que nunca están inseguros: los economistas. En entrevistas un mes después del 11 de julio, Triana explicó quién tenía la culpa: “Constatamos lo que ocurre cuando la aplicación de las políticas no cumple su cometido y no satisfacen las expectativas de una parte o de toda la sociedad, cuando se demoran sin necesidad, cuando la burocracia usurpa el tiempo que no le pertenece. Que internamente existía una situación objetiva que podía desembocar en algo así, era muy evidente”. (En esta ocasión, tanto Triana como el economista Henry Colina expresaron su aprobación, por otro lado, por la reciente inclusión de economistas en el proceso de desarrollo de políticas y medidas, especialmente durante la presidencia de Díaz-Canel).[122] El mensaje era claro, como se señaló anteriormente, en enero Everleny exclamó: “Ojalá se implementaran las reformas que los economistas llevan décadas proponiendo”.[123]
Una crisis grande no puede desaprovecharse, y esta constituyó una oportunidad para penetrar más en el camino que habían elegido. Las propuestas de Everleny para frenar la inflación incluyen “quitar las trabas o decisiones que vienen de “órganos superiores” para orientar a las empresas estatales”, “permitir las inversiones en el comercio minorista por parte de privados o empresas extranjeras, eliminando el monopolio estatal sobre el comercio minorista” y “permitir a las mipymes que puedan importar sin intermediarios estatales”. Del mismo modo, al mes siguiente, entre las propuestas para aliviar la crisis económica hechas por seis economistas entrevistados por la revista cubana Alma Mater, aparecieron regularmente las siguientes: abrir los mercados de bienes de consumo a las corporaciones extranjeras (como en Panamá), aumentar la inversión extranjera directa y eliminar el monopolio estatal del comercio exterior. En una propuesta de mayor alcance, Antonio Romero propuso “sustituir el mecanismo aún vigente de planificación centralizada de la economía, que en la práctica consiste en la asignación centralizada de recursos, perennemente escasos”. Del mismo modo, en su blog, Pedro Monreal propuso que “el emergente tejido empresarial parece ser incompatible con un esquema de planificación centralizada”.[124]
Como dijo Everleny: “El gobierno debería pensar más en cómo abrir la economía, crear más mercados, como en los países China y Vietnam, donde la economía ha jugado un papel diferente debido a la contribución del sector privado”. En este contexto, es interesante señalar paralelismos con las propuestas de un abierto opositor de la Revolución Cubana, Elías Amor Bravo, un economista cubano que enseña en España: acabar con los controles y subsidios, reducir las presiones estatales sobre la economía, dejar que los salarios sean determinados por el mercado, privatizar las empresas estatales de manera ordenada, unirse al FMI y al Banco Mundial y finalmente que “Cuba tendrá que dar un giro de 180º y volver a la economía ortodoxa, como Vietnam o China. Las aventuras colectivistas han llegado a su fin”.[125]
La “doctrina del shock” en el capitalismo se refiere al uso de crisis y shocks para echar a un lado las barreras que obstaculizan el avance de las políticas neoliberales. En Cuba los economistas han utilizado los choques externos e internos para abogar por la superación de la vacilación del gobierno en el avance hacia lo que podría denominarse “el camino capitalista”. No hay nada inherente, sin embargo, en el efecto político de un shock porque todo depende de la correlación de fuerzas. Un shock ofrece la oportunidad potencial para abandonar el camino andado. ¿Ha ocurrido esto en Cuba?
¿Qué aprendió del 11 de julio el gobierno cubano? No aprendieron cómo estaban sufriendo como resultado del bloqueo o las sanciones, o los efectos de la pandemia sobre los ingresos turísticos de los que dependían para importar artículos de primera necesidad. No se enteraron de que Estados Unidos estaba presionando activamente por un cambio de régimen o que trabajaba con las fuerzas contrarrevolucionarias en Cuba con este fin. Ellos sabían todo eso (nosotros también). Lo que aprendieron se puede ver por lo que inmediatamente procedieron a hacer.
El problema era evidente en los barrios marginados y en la juventud, especialmente en los jóvenes de barrios marginados. Entonces, la respuesta inmediata, como relata Yaffe, fue: “Resucitar un programa de la Batalla de Ideas de principios de la década de 2000, el 26 de julio de 2021 la Unión de Jóvenes Comunistas lanzó nuevas Brigadas Juveniles de Trabajadores Sociales”. El 5 de agosto comenzaron a visitar hogares en los 302 barrios más pobres, y “a las cinco semanas de las protestas, 3.400 estudiantes universitarios, jóvenes maestros y otros profesionales se habían unido a estas brigadas”.[126] Además, como informó el gobernador de la provincia de La Habana en noviembre, en cuatro meses, “más de 2.300 jóvenes se han sumado al estudio y se les ha otorgado un número similar de empleos”.[127]
También se decidió revelar a la nación lo que la dirección del partido sabía. El 13 de octubre de 2021, Michel Hernández informó en OnCubaNews que había asistido al estreno en 2014 de Canción de Barrio, el documental realizado a partir de dos años de conciertos de Silvio Rodríguez en barrios marginados. “El cine se vino abajo al finalizar la proyección. Lágrimas, aplausos cerrados, vítores. También sorpresas entre los espectadores al percatarse de golpe que esa Cuba existía detrás de los muros de los privilegios o de las segmentaciones sociales.” ¿Por qué estaba escribiendo sobre esto siete años después? ¡Simplemente porque esta película, que había sido censurada durante siete años, fue repentinamente mostrada en la televisión cubana en horario estelar! La reacción pública generalizada fue de “asombro, de dolor en el corazón, de inédita sorpresa”. Y las consecuentes preguntas fueron: “¿Por qué no exhibieron el documental tras su estreno en el cine y esperaron siete años para su proyección masiva? ¿Quién responde por un hecho de censura que les negó la posibilidad a los cubanos de empaparse a fondo de su realidad?”.[128]
La lección aprendida por el Partido se resumió en el discurso de clausura de Díaz-Canel ante el pleno del Comité Central, el 24 de octubre de 2021. “Ante las insatisfacciones en nuestra población”, dijo, “estaremos atendiendo adecuadamente a la población, trabajando en los barrios y reactivando los mecanismos de participación popular”. De hecho, era esencial “ganar el tiempo perdido debido a la rutina, el esquematismo y la falta de vínculo con la base”. Como señaló posteriormente en diciembre durante las visitas a barrios y a comunidades, tenemos que comenzar con el diagnóstico local de los problemas que tenemos por resolver: “todo tiene que partir de la gente, de la participación del pueblo”. Además, existía la especial necesidad de llegar a la juventud: “Si no existe atención diferenciada a la juventud se rompe la continuidad de la Revolución”.[129] Muy simple, hubo un fallo en el trabajo del Partido.
Otra cosa que el Partido aprendió es que los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en su forma actual no eran adecuados para su misión. “Nuestra misión fue, es y será siempre la defensa de la Revolución, desde nuestros barrios y ciudades”, destacó Gerardo Hernández, héroe de la república (uno de los cinco) en su rol de coordinador nacional de los CDR. Sin embargo, reconoció que “hay problemas con el funcionamiento de la base”, incluidos los lugares donde “no hay trabajo voluntario, recolección de materias primas y otras tareas que la organización tradicionalmente asumía”. En consecuencia, al priorizar 65 barrios, argumentó que era necesario “revitalizar” los CDR y fortalecer sus estructuras y misiones; en particular, señaló la necesidad de prestar atención a los problemas sociales, especialmente aquellos que generan desigualdades y alertar a las organizaciones e instituciones sobre sus obligaciones, promover el trabajo de prevención, fortalecer la vigilancia revolucionaria para enfrentar los problemas desde sus inicios y promover el trabajo con niños, adolescentes y jóvenes.
Una novedad en la revitalización prevista para los CDR es la necesidad de incorporar a los jóvenes a partir de los 16 años y encontrar formas de seleccionar activistas para servir a las redes sociales y fortalecer los sistemas revolucionarios de vigilancia, “teniendo en cuenta los modos de acción de la contrarrevolución”. La renovación de miembros y funciones era necesaria en estas nuevas condiciones. En particular, al destacar el papel de los miembros de más edad en los CDR, Gerardo Hernández planteó de forma clara que “hay mucha experiencia y enseñanzas que asumir de ellos, pero nos interesa que se sumen muchos más jóvenes”.[130]
Entonces, ¿el choque del 11 de julio fue suficiente para sacar a Cuba de su camino actual y llevarla a un camino menos probable que conduzca en la dirección de Vietnam y China? No de inmediato, al parecer. El objetivo tres de la Estrategia Económica y Social (EES) para 2022 adoptada por el IV Pleno del Comité Central del Partido sí “daba prioridad a las personas, hogares y comunidades en situación de vulnerabilidad”. No obstante, los otros cuatro objetivos nombrados para la EES se referían a reformas económicas, estabilización del sistema eléctrico, transformación del sistema empresarial estatal y descentralización para permitir a los municipios más autonomía. El tema principal del Pleno también fue la evaluación de la aplicación de los lineamientos para 2021–2026, es decir, su progreso en el camino de la “actualización”.[131] Sin embargo, incluso si esta no era la intención del Pleno, ¿el efecto del 11 de julio apuntaba en una nueva dirección?
Cambiar el camino
Dada la aparente perspectiva de la dirección del partido, la influencia de los economistas y el entorno internacional, el camino elegido por Cuba parece estar en la dirección que asumieron Viet Nam y China. Aún se encuentra lejos de llegar a eso, y resulta incierto si la situación de Cuba —por ejemplo, su demografía y la impaciencia de los Estados Unidos por el cambio de régimen— alguna vez le permitiría igualar esos éxitos. Sin embargo, los consejos de los economistas cubanos para la actualización del modelo económico prometen, de ser aplicados, conducirla a un capitalismo con características cubanas.[132]
Entonces, ¿qué podría conducirla a un Futuro socialista? Los elementos de tal camino se han identificado anteriormente. Incluyen el énfasis de Marx en el cambio simultáneo de circunstancias, la autotransformación (“la práctica revolucionaria”) y su visión de una sociedad de comunas “autónomas y autogestionadas” (en lugar de un Estado caracterizado por una “división sistemática y jerárquica del trabajo” en manos de “una casta entrenada”).
Los elementos se pueden encontrar en el argumento del Che sobre la necesidad de construir la conciencia socialista a través de la práctica socialista en lugar del interés propio, en el pedido de Fidel a los economistas cubanos para que estudien al Che, en el rechazo de Mészáros a las relaciones de intercambio de mercancías y su énfasis en la necesidad del “desarrollo de las potencialidades creativas de los seres sociales” y en el llamado de atención de Marta sobre la importancia de los espacios en los que las personas pueden desarrollar sus capacidades mediante su protagonismo. La afirmación de Fidel en 1979 lo puntualiza bien: “Desarrollo es, principalmente, la atención al ser humano, que ha de ser el protagonista y el fin de cualquier esfuerzo por el desarrollo”.[133]
Si Cuba diera un paso audaz para abolir las barreras que frenan el avance de las cooperativas agrícolas y las soltara para que se labren su propio camino, si eliminara finalmente las restricciones al desarrollo de cooperativas no agrícolas —y las privilegiara en relación con las empresas capitalistas—, si implementara procesos reales para que los trabajadores gestionen las empresas estatales —y las empresas privadas—, y si cuajara el potencial de los consejos populares, se podrían crear espacios para liberar la energía creativa y colectiva de las personas, y se avanzaría hacia un camino socialista, un camino que desarrolle tanto las fuerzas productivas como la conciencia socialista.[134] ¿Sería esto una fantasía?
Los marxistas tienen un desafortunado historial en la predicción del futuro, especialmente cuando se trata de pronosticar la próxima crisis económica o el suspiro final del capitalismo. La combinación de análisis y esperanza puede conducir —como sucedió con Marx— a una sobreestimación de la importancia de ciertos fenómenos y a la incapacidad de comprender otros factores. Por lo que partiendo del reconocimiento de la tradición mencionada es que afronto esta discusión sobre un futuro posible para Cuba.
Definitivamente existe la sugerencia de un camino alternativo en los discursos de Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba y primer secretario del Partido. La estrategia actual reconoce, dijo en la reunión de abril de 2022 del consejo de ministros que, basado en la situación de Cuba y el mundo, siempre habrá nuevas medidas e ideas para poner en práctica; sin embargo, “existe una premisa que no se puede ignorar en ningún escenario”. Esta premisa esencial es que “las soluciones y transformaciones que se planteen tienen que responder al socialismo, y tienen que ser vistas desde la óptica marxista”.[135]
Considérese la respuesta del partido a los problemas en las comunidades. Después de escuchar a los residentes en barrios vulnerables después del 11 de julio, Díaz-Canel enfatizó la importancia de no brindarles soluciones prefabricadas. No estamos allí para “intervenir los barrios; vamos a apoyar los barrios y de ellos tienen que salir el diagnóstico, las propuestas, las ideas… nosotros vamos a ayudar a canalizar todo eso y a trabajar con las personas, con los actores que están en el barrio, lo cual nos permitirá articular bien los conceptos de participación y de democracia”. De hecho, estos conceptos de participación y democracia representan un cambio con respecto a la práctica existente. Los problemas en los barrios, explicó, demostraron la necesidad de “reanimar prácticas y experiencias que se pusieron en práctica en otro momento y han demostrado su valía”.[136]
Varios meses después, Díaz-Canel volvió al mismo tema cuando visitó las comunidades. Argumentando que los conceptos que estaba exponiendo se originaron en Fidel, insistió en que “todo tiene que partir de la gente, de la participación del pueblo”.[137] Asimismo, al concluir la discusión en la reunión del Comité Central en octubre de 2021, Díaz-Canel enfatizó la necesidad de desarrollar “un proceso genuino, inclusivo, democrático y participativo que defienda ese concepto de poder popular que estábamos discutiendo aquí”. Significa, señaló, que el partido debe convertirse en “pedagogos a la hora de interactuar con la sociedad, no solo en la manera en que trasladamos nuestros contenidos, sino también en el modo en que aprendemos de esa interacción”. Ese concepto de poder popular, agregó, requiere “espacios para debatir y proponer, que después que se debata y se proponga haya espacios para implementar, y que después que se debata y se proponga, se implementen acciones, entonces también habrá transparencia para controlar, para ejercer control popular, para rendir cuentas y para avanzar”.
Ese énfasis en todo, comenzando “desde la participación del pueblo” constituiría un significativo cambio de dirección. Para poder hacer esto, insistió el primer secretario del Partido, se precisa “fortalecer y actualizar el trabajo de nuestras organizaciones de masas”.[138] Dicha actualización de la práctica del Partido (si ocurriera) cambiaría la naturaleza de la relación del Partido con la sociedad. Significa, como argumentó Marta, que “los cuadros políticos deberían ser fundamentalmente pedagogos populares, capaces de fomentar las ideas e iniciativas que surgen desde dentro del movimiento de base”.[139] Además, si todo debe comenzar desde la gente, significa que la consulta popular —por muy saludable que haya sido recientemente— no es suficiente. Como escribió Germán Sánchez: “Solo respetando el papel del pueblo como actor principal en el proceso real de toma de decisiones (y no como sujeto de consulta) tendremos la capacidad de salir del laberinto”.[140]
Hasta ahora, el renovado enfoque en el protagonismo y el control popular no parece haberse extendido más allá de las comunidades, específicamente no ha llegado a los centros de trabajo. Si bien Díaz-Canel había hablado anteriormente sobre la “importancia de expandir la democracia sobre la base del control popular y la participación activa de los trabajadores” en las empresas estatales, su énfasis en ese momento era reducir el robo, para que “se revierta en un mayor sentido de pertenencia y en un freno a la ocurrencia de hechos delictivos y de corrupción”.[141]
El 11 de julio reveló un grave problema en los barrios a los que el Partido ha tenido que responder rápidamente, pero no ha mostrado la misma urgencia en preocuparse por la falta de un “sentido de pertenencia” y la existencia de alienación en los centros de trabajo que durante mucho tiempo han viciado la productividad y la honra, y han contribuido significativamente a las dificultades económicas de Cuba. Esto también requiere “actualización”.
En la batalla a muerte entre el Futuro y el Pasado en Cuba, se pueden distinguir dos enfoques de “actualización”. El primero es la actualización del modelo económico que expandiría el papel del mercado, permitiría el desarrollo del capital privado, enfatizaría en la atracción de capital extranjero, cerraría empresas estatales no rentables, fomentaría el incentivo material individual y formaría personas aptas para el capitalismo. Como subrayó el Che, “querer construir el socialismo con elementos capitalistas sin cambiar realmente su significado” es un camino que “obliga a nuevas concesiones a las palancas económicas, es decir, al retroceso”. Ese camino no construye la conciencia socialista.
El segundo es la actualización de los conceptos de participación y democracia en los que el Partido asume la responsabilidad de alentar y facilitar el protagonismo colectivo. Recordemos con respecto a esto, la visión del Che sobre “el papel del partido de vanguardia”, no para centrarse en el interés económico propio, sino “precisamente en el de levantar lo más alto posible la bandera opuesta, la bandera del interés moral”. En la medida en que la actualización del modelo económico no se base exclusivamente en incentivos materiales, sino que enfatice el protagonismo en los centros de trabajo, en las comunidades y en la sociedad en su conjunto existe la posibilidad de cumplir el enfoque del Che de forma equilibrada: el desarrollo simultáneo de las fuerzas productivas y los seres humanos socialistas.[142]
La Revolución Cubana enfrenta ahora un desafío muy serio porque su desesperada necesidad de divisas para importar alimentos y combustible se ha visto exacerbada por los efectos de la guerra en Ucrania. Hasta ahora, Cuba ha demostrado su notable capacidad para responder a enormes desafíos (desarrollo de la agroecología y su último éxito es el desarrollo de sus vacunas de forma independiente).[143] Tal vez el 11 de julio pudiera ser el shock que conduzca a Cuba hacia el camino por el que abogan sus economistas. Si se inflamara el protagonismo con una campaña nacional como la Rectificación de errores y la Batalla de Ideas, Cuba podría construir la conciencia socialista y rejuvenecer la Revolución.
NOTAS:
[81] Yaffe, Helen: Che Guevara: The Economics of Revolution, ed. cit., p. 263.
[82] Cf., Michael A. Lebowitz, The Contradictions of «Real Socialism»: The Conductor and the Conducted, ed. cit.
[83] Tablada, Carlos: Che Guevara: Economía y política en la transición al socialismo, ed. cit., pp. 41–51.
[84] Valdés Paz, Juan: «Cuba: los cambios institucionales que vendrán. 1959–2015», 5 de diciembre de 2015, La Haine. Disponible en: https://www.lahaine.org/mundo.php/cuba-los-cambios-institucionales-que
[85] Sin embargo, en general se reconoce que la mayor dependencia de los mercados condujo a un aumento de la desigualdad en este momento.
[86] Castro Ruz, Fidel: «Discurso en el VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas», La Habana, 5 de diciembre de 2004. Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2004/esp/f051204e.html. Juan Valdés Paz recordó en 2020 que otro factor era el desempleo: «le dijeron a Fidel “tenemos 12 por ciento de desempleo” y Fidel dijo “¿desempleo en el socialismo?”», ver Juan Valdés Paz, «La institucionalidad cubana tiene una serie de graves desviaciones», Charla en el Centro Memorial Martin Luther King Jr., Marianao, La Habana, La Tizza, 3 de diciembre de 2021. Disponible en: https://medium.com/la-tiza/la-institucionalidad-cubana-tiene-una-serie-de-graves-desviaciones-91da4d095c00.
[87] Colectivo La Tizza: «Tendremos que regresar al futuro», La Tizza, 15 de julio de 2021 (publicado en inglés en Monthly Review, vol. 73, núm. 8, enero de 2022). Disponible en: https://medium.com/la-tiza/tendremos-que-volver-al-futuro-21721dc2ffaa.
[88] Cameron, Marce: «Cuba’s Battle of Ideas», Green Left Weekly, núm. 667, 10 de mayo de 2006. Recuerdo bien haber visto a los recién graduados de trabajo social, todos vestidos de blanco, apilarse con orgullo en el balcón del Palacio de Convenciones de La Habana, donde fueron aplaudidos por los participantes en la Conferencia de Globalización de 2003.
[89] Colectivo La Tizza, op.cit. Desde la perspectiva de un economista, sin embargo, el período estuvo marcado por «políticas fiscales y monetarias irresponsables», ver Pavel Vidal-Alejandro, «Tendencias macroeconómicas cubanas y la reforma monetaria pendiente», Cuban Studies, núm. 47, 2019, pp. 279, 286. Del mismo modo, Julio Carranza, otro destacado economista cubano, señaló que la Batalla de ideas «trajo de vuelta formas inoperantes y limitadas de gestión económica», además de reconocer su dimensión muy positiva desde un punto de vista político e ideológico. Ver CubaNews, 17 de julio de 2021.
[90] Rodríguez, José Luis: «Las transformaciones recientes en la economía cubana», International Journal of Cuban Studies, vol. 5, núm. 2, Invierno 2013.
[91] Castro Ruz, Raúl: «Discurso pronunciado por el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el acto central conmemorativo de los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo», Camagüey, 26 de julio de 2007. Disponible en: http://www.granma.cubaweb.cu/2007/07/27/nacional/artic01.html; Peters, Philip: «A chronology of Cuba’s “updating” of the socialist model», International Journal of Cuban Studies, vol. 4, núm. 3/4, Otoño/Invierno 2012.
[92] Peters, op. cit.
[93] Peters, op. cit. Estos cambios no se conocen como «reformas» ni por el término ruso para la reestructuración, «perestroika».
[94] Véase la discusión del contrato social en el «socialismo real», en Michael A. Lebowitz, The Contradictions of «Real Socialism»: The Conductor and the Conducted, ed. cit., capítulo 2.
[95] Entre otros logros sociales valiosos de la Revolución se encuentran la atención médica gratuita universal y la educación gratuita universal.
[96] Triana Cordovi, Juan y Stephen Wilkinson: «A Lot Done but Much More to Do: An Assessment of the Cuban Economic Transformation So Far», International Journal of Cuban Studies, vol. 5, núm. 2, Invierno 2013, pp. 119, 127–128.
[97] Campbell, Al: «Actualización del modelo económico de Cuba: socialismo, desarrollo humano, mercados y capitalismo», Socialism and Democracy, vol. 30, núm. 1, 2016, p. 18.
[98] Campbell, op. cit., pp. 18–26; Raúl Castro, op. cit.
[99] Ver la discusión de la explicación de Leontiev de por qué es necesario escribir la historia al revés en Michael A. Lebowitz, The Socialist Alternative: Real Human Development, ed. cit., capítulo 10: «Cómo encontrar un camino hacia la comunidad».
[100] Los ejemplos clásicos a menudo citados en relación con las trayectorias de dependencia incluyen el dominio continuo del uso del teclado Qwerty en las computadoras sobre el del teclado Dvorak [a pesar de la superioridad del diseño de este último], o el pequeño ancho de vía adoptado inicialmente para los ferrocarriles sobre los más anchos que permiten una mayor velocidad, la victoria del formato de video caseteras VHS sobre el formato Betamax como resultado de los pasos iniciales contingentes.
[101] Maingot, Anthony P.: «Epistemic “Organic Intellectuals” and Cuba’s Battle of Ideas», Yumpu, s/f.
[102] Lebowitz, Michael A.: The Contradictions of «Real Socialism»: The Conductor and the Conducted, ed. cit., capítulo 5: «El conductor y la batalla de ideas en la Unión Soviética».
[103] Everleny, Omar: «How Can We Reduce Prices and Stop Inflation in Cuba», Havana Times, 29 de enero de 2022; Yaffe, Helen: «Che Guevara’ Enduring Legacy: Not the Foco but the Theory of Socialist Construction», Latin American Perspectives, vol. 36, núm. 2, marzo de 2009; Triana Cordovi, Juan y Stephen Wilkinson, «A Lot Done but Much More to Do: An Assessment of the Cuban Economic Transformation So Far», ed. cit.; Triana Cordovi, Juan y otros: «Desafíos del Consenso Económico», Revista Alma Mater, 9 de agosto de 2021.
[104] Triana y Wilkinson, op. cit.
[105] Ver la «Obertura: El director y lo conducido», en Michael A. Lebowitz, Contradictions of «Real Socialism»: the Conductor and the Conducted, ed. cit., pp. 21–27.
[106] Un ejemplo atroz es que las cooperativas han sido aceptadas y prometidas durante muchos años como una forma de propiedad social. Sin embargo, el economista Oscar Fernández comentó recientemente que, «lamentablemente no ha habido fuerza ni voluntad política ni conocimiento para promover soluciones cooperativas». Revista Alma Mater, «Economía cubana: Cuatro preguntas urgentes». Disponible en: https://cubayeconomia.blogspot.com/2022/02/economia-cubana-cuatro-preguntas.html.
[107] Sánchez Otero, Germán: «El Partido Comunista de Cuba y los desafíos actuales: reflexiones sobre el VIII Congreso del Partido», Revista Mensual, vol. 73, núm. 8, enero de 2022, p. 38.
[108] Wilkinson, Stephen: «Ni Beijing ni Hanoi, sino ¿un socialismo de mercado cubano?», International Journal of Cuban Studies, vol. 4, núm.3/4, Otoño/Invierno 2012. Notar la devastadora advertencia de Germán Sánchez sobre la idea de copiar a China y Vietnam, op. cit, pp. 38–39.
[109] Entre otras características que deben reconocerse se encuentran factores demográficos como el envejecimiento demográfico (especialmente en las zonas agrícolas), las bajas tasas de natalidad (en parte como resultado de la escasez de viviendas, con varias generaciones cohabitando) y la emigración de jóvenes.
[110] Sánchez Otero, Germán, op. cit, pp. 36–37. Como embajador cubano, Germán Sánchez fue cercano a Chávez y autor de varios libros sobre él.
[111]«Economía cubana: Cuatro preguntas urgentes», ed. cit.
[112] Valdés Paz, Juan: «La institucionalidad cubana tiene una serie de grave desviaciones», ed. cit.
[113] Morales Domínguez, Esteban: «El censo, el color de la piel y el análisis social», Portside, 11 de septiembre de 2021. Véase también por Morales Domínguez, Race in Cuba: Essays on the Revolution and Racial Inequality, Nueva York, Monthly Review Press, 2012 y La Problemática Racial en Cuba, La Habana, Editorial José Martí, 2012.
[114] El CUC, el peso convertible, establecido para reflejar el valor del dólar estadounidense, se suspendió como parte de la reforma monetaria.
[115] Como señalan Hansing y Hoffmann, la implicación de esta diferenciación racial (aunque no se informa lo suficiente por parte del gobierno) no puede ser exagerada. Citan a este respecto a Esteban Morales, quien afirmó: «La población cubana es tratada como una masa homogénea. Este es un error de dimensión incalculable». Hansing, Katrin y Bert Hoffmann: «Cuba’s New Social Structure:: Assessing the Re-Stratification of Cuban Society 60 Years after Revolution», Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA), núm. 315, febrero de 2019. Disponible en: http://www.jstor.com/stable/resrep21213. Véase también Hansing, Katrin: «When Racial Inequalites Return: Assessing the Restratification of Cuban Society 60 Years After Revolution», 20 de marzo de 2020; Betancourt, Rafael: «La contribución de la economía social y solidaria a la construcción del socialismo en Cuba», OnCubaNews, 9 de julio de 2020.
[116] Espina Prieto, Mayra y Dayma Echevarría León: «El cuadro socioestructural emergente de la “actualización” en Cuba: retos a la equidad social» (The Emerging Socio-Structural Framework of the «Update» in Cuba: Challenges to Social Equity), International Journal of Cuban Studies, vol. 12, núm. 1, Verano 2020, pp. 29–52.
[117] Un problema (presumiblemente resuelto) ha sido la demora en autorizar cooperativas no agrícolas que involucran a personas capacitadas profesionalmente. Cuba ha producido muchos graduados universitarios. Sin embargo, como argumenté en mi charla en la Universidad de La Habana en noviembre de 2016, hay «depreciación moral de la capacidad humana que se ha construido, todas las demás cosas iguales, si no se usa». No sería sorprendente que esto fuera una fuente de descontento entre los jóvenes. Lebowitz, Michael A.: «Protagonismo y productividad», ed. cit.
[118] Valdés Paz, Juan: «Las instituciones cubanas tienen una serie de graves desviaciones», ed. cit. Valdés Paz comenta allí sobre los asesores económicos cubanos: «El camarada Marino Murillo puede hablar durante dos horas sobre cualquier número de problemas sin mencionar ninguna implicación social. Lo social nunca aparece cuando los economistas hablan».
[119] Un ejemplo similar fue en Manzanillo, donde jóvenes adolescentes protestaban después de que el área había estado sin agua durante siete días. Communistas, «From Cuba: A Description of the Protests«, Links: International Journal of Socialist Renewal.
[120] Yaffe, Helen: «Cuba después de las protestas del 11 de julio», American University, Washington, DC. Yaffe informa que las consignas y pancartas que llaman a las protestas aparentemente aparecieron en los sitios web a las 9:00 a.m (antes de las protestas en San Antonio).
[121] Comunistas, op. cit. El mismo punto fue planteado por el Colectivo La Tizza, el cual señaló que el «sector más marginado» fue movilizado por «la agenda política de la contrarrevolución». Colectivo La Tizza: «Tendremos que regresar al futuro», ed. cit., pp. 23–24.
[122] Triana Cordovi, Juan y otros: «Desafíos del Consenso Económico», ed. cit.
[123] Everleny, Omar: «How Can We Reduce Prices and Stop Inflation in Cuba», ed. cit.
[124] «Economía cubana: Cuatro preguntas urgentes» Revista Alma Mater, op. cit.
[125] Morin Aguado, Vicente: «¿Cómo Cuba puede resurgir de las cenizas después del COVID-19?», Havana Times, 12 de mayo de 2020.
[126] Yaffe, Helen: «Cuba después de las protestas del 11 de julio», ed. cit.
[127] CubaNews, 21 de noviembre de 2021.
[128] Hernández, Michel: «Canción de barrio», OnCubaNews, 13 de octubre de 2021. Disponible en: https://oncubanews.com/cultura/cancion-de-barrio/.
[129] Díaz-Canel, Miguel: «Estamos preparados y dispuestos a hacer todo lo posible para defender lo más sagrado, lo que nos une», Granma, 24 de octubre de 2021. Disponible en: https://www.granma.cu/discursos-de-diaz-canel/2021-10-24/diaz-canel-estamos-preparados-y-dispuestos-a-todo-por-defender-lo-mas-sagrado-lo-que-nos-une-24-10-2021-23-10-13; Díaz-Canel en Las Tunas y Holguín: «Todo tiene que empezar desde el pueblo, desde la participación del pueblo», CubaNews, 10 de diciembre de 2021; Díaz-Canel, Miguel: «Desarrollar una política de atención a la juventud es uno de los proyectos gubernamentales más importantes en marcha«, Granma, 23 de febrero de 2022.
[130] Rendón Matienzo, Fidel: «Los CDR llevarán a cabo el proceso de revitalización y fortalecimiento de sus misiones», Agencia Cubana de Noticias, 1 de abril de 2022; Silva Correa, Yenia: «El país crece en sus barrios», Granma.cu, 1 de abril de 2022. Disponible en: https://www.granma.cu/cuba/2022-04-01/el-pais-crece-en-sus-barrios-01-04-2022-23-04-14; Hernández Nordelo, Gerardo: «Tenemos que revitalizar la organización con creatividad y entusiasmo», Agencia Cubana de Noticias, 28 de septiembre de 2021.
[131] Puig Meneses, Yaima: «Cuba no detendrá su desarrollo», CubaDebate, 27 de abril de 2022. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/noticias/2022/04/27/cuba-no-detendra-su-desarrollo/.
[132] Valdés Paz comentó que «tenemos muchos socialdemócratas: “al final el imperio no es tan malo, tenemos que resolverlo, eso es inevitable, tenemos que ser objetivos, tenemos que ser realistas…” y empieza a aparecer un discurso en nombre del “realismo”». Valdés Paz, Juan: «Las instituciones cubanas tienen una serie de graves desviaciones», ed. cit.
[133] Tablada, Carlos: «La creatividad en el pensamiento económico del Che», ed. cit.
[134] Véase también la entrevista en 2014, Michael A. Lebowitz, «Cuba Needs to Unleash Creative Energy», Havana Times, 28 de marzo de 2014.
[135] Puig Meneses, Yaima: «Díaz-Canel: Las transformaciones de la Estrategia económico-social tienen que responder al socialismo», Granma.cu, 25 de abril de 2022. Disponible en: https://www.granma.cu/pensar-en-qr/2022-04-25/diaz-canel-las-transformaciones-de-la-estrategia-economico-social-tienen-que-responder-al-socialismo-25-04-2022-23-04-32.
[136] «Presidente cubano: Vamos a apoyar a los barrios, no a intervenir en ellos», CubaDebate, 18 de agosto de 2021. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/08/18/presidente-cubano-vamos-a-apoyar-los-barrios-no-a-intervenirlos/.
[137] Tamayo, René: «Díaz-Canel en Las Tunas y Holguín: Todo tiene que empezar desde el pueblo, desde la participación del pueblo», Cubadebate, 9 de diciembre de 2021. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/12/09/diaz-canel-en-las-tunas-escuchar-a-los-residentes-de-los-barrios-y-trabajar-para-mejorar-sus-condiciones-de-vida/.
[138] Díaz-Canel, Miguel: «Estamos preparados y dispuestos a hacer todo lo posible para defender lo que es más sagrado, lo que nos une», ed. cit. Recordemos el énfasis de Marta en la necesidad de tener espacio para el protagonismo popular que construye la capacidad humana, véase también Michael Lebowitz, «El instrumento político como pedagogo revolucionario», en Michael A. Lebowitz, Between Capitalism and Community, ed. cit., pp. 171–175.
[139] Harnecker, Marta: «Ideas para la lucha», ed. cit.; Lebowitz, Michael A., Ibíd.
[140] Sánchez, Germán: op. cit, p. 41.
[141] «Educar para fortalecer el control interno y la prevención del delito», Granma, 27 de abril de 2021. Esto no significa que Díaz-Canel no apoye una amplia extensión de la participación democrática desde abajo en el ámbito laboral. De hecho, en una entrevista reciente, resumió su posición como «Estamos defendiendo la necesidad de expandir cada vez más la democracia sobre la base de la participación y el control de las personas en nuestra sociedad». De los Santos, Manolo: «We Will Prevail: A Conversation With Cuba’s President Miguel Diaz-Canal», Counterpunch, 8 de abril de 2022.
[142] Recordemos aquí las preguntas de Marta planteadas al principio de este ensayo.
[143] Betancourt, Mauricio: «El efecto de la agroecología cubana en la mitigación de la grieta metabólica: un enfoque cuantitativo para la producción de alimentos en América Latina», Global Environmental Change, 25 de junio de 2020.