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Reglas básicas – Publicar en Lanzas y Letra

Las siguientes pautas tienen por objetivo facilitar la tarea de redacción de artículos para la Revista Lanzas y Letras, tanto en su versión impresa como para la web.

Esta guía se nutre de las reglas básicas del idioma, interpretadas desde el sentido de la comunicación popular y la batalla de ideas. Para su elaboración heredamos criterios de experiencias cercanas con las cuales compartimos horizontes y criterios de trabajo.

 

 

Sobre Lanzas

  1. Qué pretendemos de un artículo
  2. El principal formato con el que trabaja Lanzas y Letras es la nota de análisis

Extensión de los artículos

Plazos

Reglas de estilo

  1. Lenguaje popular e inclusivo
  2. Fuentes y citas bibliográficas
  3. Cifras y números
  4. Fechas, horas, moneda
  5. Nombres y edades
  6. Localizaciones geográficas y precisión de fechas
  7. Negritas
  8. Cursivas
  9. Comillas
  10. Mayúsculas
  11. Siglas y acrónimos
  12. Otros idiomas
  13. Listas
  14. Títulos
  15. Encabezados

Otras consideraciones

***

Sobre Lanzas

Concebimos Lanzas y Letras como un proyecto editorial orientado a la batalla de las ideas, la difusión del pensamiento crítico y la producción de nuevas estéticas de la resistencia popular. La revista nació hace más de 25 años, en 1994, de la mano de estudiantes de la Universidad Surcolombiana en Neiva, y desde entonces fue creciendo en todo el país. Vientos favorables y manos compañeras la llevaron a distintos rincones de Nuestra América, y así se sumaron lectores y colaboradoras.

Actualmente, Lanzas cuenta con este portal web (www.lanzasyletras.com) y con la revista impresa. Algunas secciones permanentes organizan el contenido en físico: Batalla de ideas, Género, Cultura libre y Caleidoscopio.

1. ¿Qué pretendemos de un artículo?

Eduardo Galeano publicó Las venas abiertas de América Latina en 1971. El libro tuvo una inmediata y merecida repercusión: su prosa, cuidada y a la vez directa, lo volvió un texto muy popular. Sin embargo, por eso mismo, recibió cuestionamientos por su visión de la historia poco atenta a citas y normas científicas.

Siete años después, en el epílogo de una de las reediciones del libro, don Galeano replicó:

“Sé que pudo resultar sacrílego que este manual de divulgación hable de economía política en el estilo de una novela de amor o de piratas. Pero se me hace cuesta arriba, lo confieso, leer algunas obras valiosas de ciertos sociólogos, politicólogos, economistas o historiadores, que escriben en código. El lenguaje hermético no siempre es el precio inevitable de la profundidad. Puede esconder simplemente, en algunos casos, una incapacidad de comunicación elevada a la categoría de virtud intelectual. Sospecho que el aburrimiento sirve así, a menudo, para bendecir el orden establecido: confirma que el conocimiento es un privilegio de las élites.

Algo parecido suele ocurrir, dicho sea de paso, con cierta literatura militante dirigida a un público de convencidos. Me parece conformista, a pesar de toda su posible retórica revolucionaria; un lenguaje que mecánicamente repite, para los mismos oídos, las mismas frases hechas, los mismos adjetivos, las mismas fórmulas declamatorias. Quizás esa literatura de parroquia esté tan lejos de la revolución como la pornografía está lejos del erotismo”.

Gracias, Eduardo.

Entonces, ahora sí: nos gustaría que los artículos de Lanzas resulten profundos, cuestionadores, directos, rigurosos y enamoradizos, como los del gran Galeano. No es fácil, pero tampoco tan difícil; queremos intentarlo. Para ello procuraremos evitar el lenguaje hermético, ya sea de las ciencias o de la militancia más dogmática. No queremos textos aburridos ni para convencidos. De ahí en más, que la creatividad y la búsqueda del estilo propio (de cada quien) sean lo que guíen la escritura.

Por eso, más que un manual de estilo, proponemos unas mínimas reglas básicas para los artículos.

2. El principal formato con el que trabaja Lanzas y Letras es la nota de análisis

Decimos “nota de análisis”, y no nos referimos a una mera nota de opinión. Análisis implica investigación e interpretación de un tema o asunto determinado, con ayuda de fuentes documentales. La opinión del autor o la autora es un elemento lícito, pero solo en la medida en que se respalde con datos y argumentos sólidamente convincentes. El rigor de la cita y la precisión en general son indispensables.

Al contemplar la opinión como un elemento válido, las notas de análisis serán presentadas como expresión de la mirada de quien escribe, que no necesariamente refleja los criterios político-editoriales de la Revista (aunque siempre en el marco de las distintas miradas que expresen los intereses populares). Las notas de análisis serán publicadas con la firma del autor o la autora, incluyendo una llamada al pie una breve referencia de la persona que no exceda las tres líneas.

Extensión de los artículos

Para la revista impresa un máximo de 11.000 caracteres con espacios. Para su publicación en la web, el criterio es amplio: entre 6.000 y 14.000 caracteres con espacios (en procesadores de texto, se puede llevar la cuenta desde Herramientas / Contar palabras).

Plazos

En cada caso, recomendamos consultar con el colectivo editor. Aun así, por lo general, sabemos que el tiempo ayuda. Evitar urgencias es un buen criterio. A veces la coyuntura manda, pero, si envían los artículos sin apuro, tanto mejor.

Reglas de estilo

1. Lenguaje popular e inclusivo

El lenguaje que habla el pueblo es distinto al que dictan las normas del “buen hablar” y el “buen escribir”. Al primero lo llamamos “lenguaje popular” y al segundo, “lenguaje culto”.

El lenguaje popular se diferencia del lenguaje culto tanto en el uso de las palabras, como en la construcción de las frases.

Hay palabras y formas de expresarse que diferencian uno y otro lenguaje. Por ejemplo, en vez de decir: “Una característica del proletariado”, podemos decir: Lo que distingue a los obreros…

O en lugar de: “Tal pronunciamiento era difamatorio contra”, es mejor: Esas palabras difamaban a…

Similar situación se nos presenta en la construcción de las frases. Preferimos que estas sean cortas y sencillas. Las frases largas hacen perder al lector en un laberinto de ideas. Por eso se evitarán las frases subordinadas, eligiendo en cambio la estructura más clásica de sujeto-verbo-predicado en oraciones cortas.

Por ejemplo, en lugar de: “A pesar de que todos se lo habían advertido, cuando llegó la hora del almuerzo, sin darse cuenta de que los huevos estaban podridos, el jornalero se comió la tortilla”, es mejor: Todos le habían dicho que los huevos estaban podridos. Pero el jornalero no se dio cuenta. Y a la hora del almuerzo, se comió la tortilla.

En vez de presentar una oración larga, enmarañada, en el segundo caso tenemos tres oraciones cortas, sencillas. Así, la idea resulta más fácilmente comprensible.

¿Pero, acaso los artículos de análisis no requieren formas complejas de desarrollo y fundamentación? Creemos que, si bien el registro académico suele relacionarse con formatos más complejos de expresión, esto no debería ser necesariamente así. Preferimos buscar, también para este tipo de artículos, el lenguaje popular, y esquivar el riesgo de “escribir en código”, como dice Eduardo Galeano líneas más arriba.

Por otro lado, nos proponemos desarrollar un lenguaje inclusivo. Somos conscientes de que las palabras de nuestro idioma son mucho más antiguas que las luchas sociales y las reivindicaciones más recientes. No obstante, reconociendo el valor de las luchas por la igualdad de género, nos proponemos buscar expresiones inclusivas:

En lugar de “Los pobladores se manifestaron”, La población se manifestó, o: Los pobladores y las pobladoras se manifestaron.
Reconstruir la expresión incluyendo los diversos géneros evita la masculinización del relato, pero no lo consideramos la mejor opción porque en otras ocasiones no podremos continuar desglosando por género si hay más adjetivos o palabras en la oración que requieran concordancia.

Sugerimos no utilizar @: Vecin@s, trabajador@s, son formas de evitar la masculinización del lenguaje que se fueron implementando en los últimos tiempos. Si bien resulta valorable como búsqueda de equidad en escritos informales, evitaremos su uso porque deforma palabras que resultan mal escritas (@ no es un grafema del idioma español). En caso de no considerar adecuado el desdoble en dos géneros, proponemos el uso de la e: todes, niñes, y de la x: ellxs, nosotrxs.

Habrá ocasiones en las que evitar la masculinización que nuestro lenguaje arrastra por siglos, dará como resultado formas de redacción complejas, inconvenientes. Ante ello proponemos ser flexibles, evaluando en cada caso la conveniencia de su utilización. No debemos forzar el texto cuando la aplicación de estas normas resulte contraproducente para la comprensión del mensaje.

2. Fuentes y citas bibliográficas

La información que mencionen los artículos puede ser obtenida por tres vías: la presencia del redactor en el lugar de los hechos, la información que brinde un testigo, o una fuente documental. Es responsabilidad de quien escribe garantizar que quede claro cuál o cuáles de esas opciones se corresponde con lo que se está leyendo.

La atribución de una información a su fuente será por tanto siempre explícita y específica. Se evitarán denominaciones genéricas como “la izquierda” o “la oposición”, y no se aludirá a fuentes difusas del tipo “según observadores” o “a juicio de analistas”. En su lugar, se usarán nombres propios y referencias particulares: “la empresa X”, “los analistas X y Z”, “el alcalde X, miembro del partido Z”.

Sin excepción alguna, las informaciones tomadas de otros medios serán acreditadas. No se debe caer en el plagio.

Las citas bibliográficas pueden resultar imprescindibles en algunos casos, como respaldo o ampliación de la información referenciada. Aun así, creemos que, en algunos casos, se hace abuso de este recurso, entorpeciendo la lectura innecesariamente. En caso de considerar imprescindible su uso, recomendamos las normas APA sexta edición.

3. Cifras y números

Los números enteros de una sola cifra (cero, uno, dos… nueve) se escribirán en letras, y en guarismos los de dos dígitos o más (10, 11, 1467, 115.675).

Esta regla general tendrá, sin embargo, las siguientes excepciones:

Al iniciar oración o frase, siempre usaremos letras: “Doce personas fueron asesinadas”, “Mil ciento veinticinco personas ganaron la lotería”.
Unidad de mil, solo cuando es número exacto, en letras: “Mil”, pero no “mil 150” sino “1.150”. “Diez mil”, pero no “Diez mil 167” (sino 10.167).
Redondeo de cifras mayores: los millones y billones serán redondeados para expresar sus fracciones, con hasta dos decimales “1,2 millones” en lugar de “1.200.000”.
Números identificatorios, unidades de medida, porcentajes o cifras en relación mutua: siempre en guarismos: “calle 3”, “bloque 5”, “piso 8”, “sección 6”, “kilómetro 9”, “Brigada 7”, “talla 1”, “modelo XT-4”, “-3 °C” o “3 grados centígrados bajo cero”; los grados, minutos y segundos de latitud o longitud: “-5°37´8” de longitud este”; los calibres de las armas: “9 mm”; relación mutua, “el equipo criollo venció 3-2”, “las preferencias están 6-1 a favor de Fulano”, “el decreto 9/2007”; porcentajes: “1%”, “9%”, “75%”.
Unificación: cuando en un mismo párrafo haya varios números de una y dos cifras, se unificará su escritura según la opción que presente más casos (“3 toneladas de arroz, 15 de papas y 10 de cebolla”, “ocho cuadernos, dos cartulinas y doce lápices”).

4. Fechas, horas, moneda
• Los días del mes se escriben en guarismos: “2 de enero”, “5 de marzo”, “28 de agosto”. No se antepondrá un cero a las fechas de un solo dígito: es incorrecto “04 de abril”. Por demás, los días de semana y meses van en minúsculas: “el lunes 3 de junio” y no “el Lunes 3 de Junio”.

• Las horas se expresan en letras hasta 9 y en guarismos después, como en los otros casos, salvo cuando exista fracción. En esas ocasiones se utilizarán siempre guarismos, con dos puntos como elemento separador. En todos los casos se indicará a qué parte del día corresponde la hora en cuestión: “siete de la mañana”, “2:30 de la tarde”, “10 de la noche”. Esta forma de denominación (día, tarde, noche) es preferible a la opción “am” o “pm”.

• Números ordinales: se podrán escribir en letras los que van de “primero” a “décimo”, y así se hará cuando se expresen como adjetivos en plural: “los primeros grados”, “los quintos en llegar”, “los octavos de final”. En otras circunstancias se pondrán en guarismos seguidos por el símbolo “°”: “200°”.

• Las cantidades monetarias se expresarán escribiendo la cifra antes de la moneda: “50.000 pesos”, “10.000 dólares” o “500 bitcoins”.

5. Nombres y edades

Sin importar qué tan conocidos sean, los nombres y apellidos de las personas se citarán completos (o como ellas mismas los utilicen usualmente) en su primera mención, y si viene al caso se añadirá a esto su cargo, ocupación, condición o cualquier otra referencia que precise su identidad: “Piedad Córdoba, excongresita”, “el pintor Fulano de Tal, premio Municipal de Artes Plásticas”, “Fulano de Tal, herrero, miembro del Consejo Comunal”. Si la ocasión lo amerita y la información pertinente, se dará a conocer toda fecha o asunto que sea de interés para su conocimiento: “José Manuel Restrepo, presidente de Colombia entre 1814 y 1815”.

Las organizaciones e instituciones se mencionarán por su nombre completo la primera vez, seguido (cuando corresponda) por sus siglas o acrónimos debidamente colocados entre paréntesis: “La Organización de las Naciones Unidas (ONU)”.

Edades: solo cuando sea de valor informativo se mencionará la edad de la persona citada, y para ello se usará la fórmula “de X años de edad” o “de X años”, sin omitir nunca la preposición “de”. En ningún caso se pondrá simplemente el número de años tras el nombre: “Fulano de Tal (26)”. Se podrá llamar bebé al infante de un año o menos; niño o niña a la persona de entre uno y 12 años; adolescente, a quien tenga entre 13 y 18 años. A partir de esa edad se considerará a todos como adultos, pudiendo apelar a calificativos del tipo “joven”, “muchacho”, etcétera.

6. Localizaciones geográficas y precisión de fechas

Los centros urbanos, las zonas rurales y los accidentes geográficos se ubicarán espacialmente mediante referencias conocidas: “La Dolorita, barrio ubicado en el municipio Sucre del estado Miranda, al extremo oriental de Caracas”, “Quíbor, capital del municipio Jiménez del estado Lara”, “la zona industrial de Ciudad Guayana, a 17 km de la confluencia de los ríos Orinoco y Caroní“. Quedan exceptuadas de esta norma las capitales departamentales colombianas y, en el caso de otros países, las capitales nacionales ampliamente conocidas.

7. Negritas

Se usarán negritas (bold) solamente en tres casos:

• Para resaltar las preguntas que se formulen a un declarante y estén seguidas de la correspondiente respuesta.
• Subtítulos, añadiéndole a esto otras modificaciones a la tipografía tales como tamaño entre otras.
• Para nombrar a la Revista, para lo que utilizaremos la denominación abreviada Lanzas y Letras.
• Para resaltar ideas clave en las notas virtuales (esta última será atribución exclusiva del colectivo editor).

8. Cursivas

Se usarán para todos los casos que siguen:

• Títulos: de publicaciones periódicas y no periódicas (libros, folletos, periódicos, revistas, pero no los de sus capítulos o secciones); de películas, obras musicales (discos, conciertos, cantatas, suites, sinfonías, etcétera, pero no los de sus movimientos, piezas o canciones sueltas); de otras obras de arte, espectáculos y representaciones escénicas, sin importar su formato (lienzos, esculturas, instalaciones, danza, teatro, recitales, giras artísticas, etcétera, pero no los de sus partes). Al citar este tipo de títulos, o cualquier otro consagrado por el uso, se reproducirá la grafía del original (o la que haya asumido en su traducción al español, si fuera el caso). Lo mismo vale para expresiones de uso tradicional: “Las mil y una noches” y no “Las 1.000 y una…” o, peor, “Las 1.001…”.

• No se aconseja el uso de las cursivas como recurso para marcar énfasis, poner en duda alguna palabra o atribuirle significado irónico.

Anglicismos, en caso de ser necesario usarlos.

9. Comillas

Las comillas dobles tienen amplio uso:

• En citas textuales: marcan el comienzo y fin de la transcripción literal. Si dentro de ella hay a su vez una cita o se encuentra una frase o término que también amerite ser entrecomillado, se usarán para ese fin las comillas simples: “La frase ‘inventamos o erramos’ es de Simón Rodríguez”.

• No se utilizará la comilla simple como marca de plural: no se dirá “tres CD´s” ni “los 80´s” sino “tres CD” y “los 80” o “los años 80”.

10. Mayúsculas

Por norma de gramática del idioma español, son tres los casos en que se utiliza la letra inicial mayúscula: en nombres propios, en la primera palabra de una oración (o, más propiamente, de un período gramatical o conjunto de oraciones con sentido completo) y después de un punto. Todos los restantes vocablos se escriben con letra inicial minúscula.

Casos especiales del uso de mayúsculas:

Después de dos puntos: se utilizará mayúscula inicial después dos puntos cuando a continuación empiece una cita: el vocero manifestó: “Resistiremos hasta el final”.

Mayúscula de diferenciación: se emplea para restringir el uso de un término genérico a un significado particular: “Estado” para indicar el conjunto de una nación y “estado” para las entidades geográficas resultantes de su división territorial; “Gobierno”, en el sentido de Poder Ejecutivo y “gobierno” por “acción y efecto de gobernar”, o también para señalar a un ente “concreto o difuso” que lo representa: “la Justicia” o “la Iglesia”.

11. Siglas y acrónimos

Se escribirán completamente en mayúsculas sostenidas los que contengan hasta cuatro letras: ONU, ISBN, FARC, y los que, excediendo esa cantidad, resulten de lectura impronunciable: SRPPH, DDRMA. Todos los restantes se escribirán con mayúscula solo en su letra inicial: Sintraunicol, Ecopetrol, Fedeagromisbol.

En su primera mención, todos irán obligatoriamente precedidos por su enunciado completo y con la sigla entre paréntesis: “la Organización de Estados Americanos (OEA)”, “la Unión Sindical Obrera (USO)”. Solo se exceptuarán de esta regla aquellos nombres que son de enunciado excesivamente largo, en estos casos podrá explicarse su significado de forma abreviada: el Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados de la Universidad de Colombia, podrá ser referido como “el sindicato de los trabajadores universitarios (Sintraunicol)”.

Recordamos que las siglas o acrónimos no se acentúan ni pluralizan: “las ONG” y no “las ONGs” o “las ONG´s”.

12. Otros idiomas

Se evitará rigurosamente el uso de palabras de otras lenguas. Cuando no puedan traducirse (por estar en una cita, por pérdida de connotación o por no tener equivalentes en español), se escribirán en cursivas y se aclarará su significado: “el economista refirió a la doctrina laissez-faire (dejar hacer, en francés)”. Se escribirán sin cursivas los nombres propios: “Agence France-Presse”, “British Museum” y las palabras de cualquier idioma que hayan sido asimiladas al uso corriente en español: “spray”, “megabyte”.

13. Listas

Presentar determinada información en listas puede llamar la atención del lector, hacer el texto más fácil de leer y añadir espacio en blanco a una página. Una lista puede estar numerada, tener viñetas o estar incluida en una frase. En una lista, cada enunciación debe empezar con la misma unidad gramatical: nombre, verbo, etcétera. La mayoría de las listas requieren un encabezado o una frase que termine con dos puntos.

Ejemplo:

La Ley Seca no permite:

• La venta de bebidas alcohólicas.
• El consumo de bebidas embriagantes en los espacios públicos.
• Mostrarse en estado de embriaguez en eventos sociales.

14. Títulos

Poner título al artículo será atribución del editor o editora de la revista, siempre teniendo en cuenta la propuesta inicial del colaborador o la colaboradora. La posible modificación podrá responder a motivos de longitud (variable según sea un artículo para la revista o para la web), o a cuestiones simplemente de estilo, oficio y sentido de la oportunidad. Si el editor o la editora estimara que la propuesta de titulación modifica la intención original del autor o la autora, podrá mantener un intercambio a los fines de consensuar la modificación.

15. Encabezados

Es el párrafo inicial que introduce al lector o lectora en el artículo. Complementa al título. Consiste en un párrafo breve, en el que se presentará el contenido general, a modo de brevísimo sumario o destaque de una o dos ideas centrales. De ser relevante, podrá citarse allí mismo el autor o autora. Es atribución del editor o la editora la elaboración del encabezado, con independencia del artículo. Se escribirá en negrillas.

A continuación, algunos ejemplos de encabezados publicados en 2016-2017:

TRANSMILENIO: 2200 RAZONES PARA REVOCAR A PEÑALOSA Y 5 PROPUESTAS PARA UN TRANSPORTE DIGNO

En las calles de Bogotá se siente el descontento ante el incremento de tarifas del TransMilenio. En esta nota Diego Pinto, sociólogo y especialista en políticas públicas, estima que los aumentos pueden configurar “la estocada final a la popularidad del alcalde Peñalosa, que alcanza los niveles más altos de desaprobación”.

JAMES PETRAS, MUY DURO CON LA SITUACIÓN EN COLOMBIA: “¿ACUERDO DE PAZ O CEMENTERIO?”

El prestigioso sociólogo norteamericano publicó un artículo en el que repasa otros acuerdos de paz en el mundo y concluye que en Colombia el desarme unilateral de la guerrilla se asimila a una “rendición política”.

Otras consideraciones

Lanzas y Letras es una apuesta colectiva: necesitamos de muchas complicidades para seguir construyendo pensamiento crítico desde el bando popular. ¡Súmate, colabora y difunde para que haya Lanzas

Colectivo editor Lanzas y Letras, 2020