Camilo Torres y la vigencia de su mensaje a los cristianos
Cada 15 de febrero se recuerda a Camilo en una suerte de liturgia secular de la esperanza. Una vida comprometida que se ofrendó a sí misma como ejemplo, una figura crística despojada de vanidades intelectuales. ¿Qué le dice Camilo a los cristianos de hoy?
“Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”.
Camilo Torres Restrepo
En agosto de 1965 en la primera edición del periódico Frente Unido, el sacerdote, sociólogo y (luego) guerrillero Camilo Torres Restrepo hacía público su “Mensaje a los cristianos” que se constituyó como un potente llamado a la participación activa de los creyentes en los procesos de cambio social que se gestaban no solo en Colombia sino en el continente entero.
A 55 años de la publicación de dicho mensaje y a 54 de la caída de Camilo en combate, vale la pena recordar la vigencia y actualidad de las palabras allí plasmadas que nos interpelan, luego de más de cinco décadas, a seguir el método propuesto por la teología de la liberación: ver, juzgar, actuar.
La comprensión de la realidad
Cuando Camilo se dirige a los cristianos, no lo hace desde el lugar de la ensoñación romántica de la utopía por realizarse en el paraíso, sino que hace un llamado a la comprensión de la realidad con elementos que aportan las Ciencias Sociales y otras áreas del conocimiento. Basta recordar que el entonces Padre Camilo señalaba algunos de los principales problemas del país en ese momento, temas como la distribución inequitativa de la tierra, la violencia como método de despojo y el problema de la industrialización.
La opción por los oprimidos
Si bien es vital una comprensión adecuada de la realidad, esta no es suficiente si no se asume frente a esta una opción ética de vida. Es allí donde radica buena parte de la fuerza del mensaje camilista, en la necesidad de optar de manera preferencial por quienes se encuentran en una situación de injusticia, de opresión, como los cientos de niños y niñas que siguen muriendo por desnutrición en el país debido al precario sistema de salud que asesina de manera sistemática, o al modelo educativo que condena a la ignorancia y perpetúa la desigualdad económica.
Camilo dice: “La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos.” (Torres, 1965)
Este fragmento ilustra a la perfección la síntesis entre la comprensión de la realidad y la toma de partido frente a la misma, allí está la búsqueda de la eficacia del evangelio que no es más que las buenas noticias para un pueblo que en la miseria añora su liberación.
La consecuencia en la acción
El “Mensaje a los Cristianos” es fundamentalmente un llamado a la acción de aquellos que desde su práctica de fe entienden que es necesario que el amor al prójimo se materialice en transformaciones concretas en la vida de las mayorías, empobrecidas por el voraz modelo económico capitalista.
Camilo sellaría con su ejemplo, ofrendando su propia vida, la necesidad de ser consecuente entre lo que se piensa, se dice y se hace. Ese es el mejor y más potente mensaje a los cristianos y a todas las personas que creemos en la urgencia de las transformaciones sociales.
Camilo Vive en las crecientes luchas del pueblo
Desde el año 2008, con la Minga en el suroccidente del país vivimos una oleada de movilizaciones que alcanza uno de los puntos más interesantes en el Paro Nacional que se vive desde el 21 de noviembre de 2019. Estas masivas jornadas de protesta reflejan el cansancio del pueblo colombiano ante los malos gobiernos que, como en el Frente Nacional (al que se opuso Camilo), no han hecho más que desangrar las arcas públicas, empobrecer a las mayorías nacionales y enriquecer a las élites económicas ya suficientemente poderosas.
Los cristianos hoy debemos tomar partido, no es posible estar en el medio, o se está contra la injusticia que ha causado el modelo económico vigente o se está a favor de ella. Y entonces es “necesario entonces quitarles el poder a las minorías privilegiadas para dárselo a las mayorías pobres.” Allí está, hoy como hace 55 años, la esencia del cristianismo.
Con Camilo, a 54 años de su caída en combate, seguimos insistiendo en la opción necesaria del cristianismo revolucionario diciendo: “A PARAR PARA AVANZAR, VIVA EL PARO NACIONAL”
“La lucha es larga, comencemos ya”