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Lucha de clases urbana en Colombia

Las ciudades son el estandarte de la moderna sociedad capitalista, es en ella que se moldeó y se dio nacimiento a la clase trabajadora asalariada en cuestión, fue necesario la concentración de un gran polo de riqueza, y de mano de obra para que por medio de una relación asalariada, se desarrollara el sistema capitalista. Esta clase desposeída de toda propiedad que pudiera ser un factor en la creación de riqueza (capital o tierra), excepto de su fuerza de trabajo, se ha concentrado y desarrollado en las ciudades. Así lo afirman Javier Restrepo y Jorge Ovalle en el siguiente artículo.

Por Javier Restrepo* y Jorge Ovalle**.  El Capital como relación social histórica es un proceso de reinversión de la ganancia, de valorización del valor (Kohan, 2006), esta ganancia tiene un padre y una madre: el padre es la clase trabajadora y más específicamente la fracción de valor producida por su fuerza de trabajo que les es robada al no ser reconocida en el salario que les pagan los capitalistas, es decir la plusvalía; y la madre es la naturaleza que se convierte en objeto e instrumento de transformación en mano de la fuerza creadora de los y las trabajadoras.

Por lo tanto el Capital no puede existir sin la clase trabajadora y sin la naturaleza, el capitalismo como modo de producción económico, social y político basa su esencia en la riqueza, el mercado, la economía y la ganancia, no puede existir sin los y las trabajadoras. Marx al darse cuenta de tan importante y básica relación de la moderna sociedad capitalista, expuso hace más de 150 años que la clase vanguardia de la revolución socialista era la clase trabajadora, Los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas. Tienen un mundo por ganar” (Marx, Manifiesto Comunista, 1848), esta tesis sigue totalmente vigente en el 2017, sin los trabajadores asalariados no existe el actual sistema, por lo tanto son los trabajadores quienes pueden sepultar el capitalismo y construir un nuevo mundo totalmente contrario al actual, el comunismo.

Los movimientos sociales y revolucionarios y en general los pueblos del mundo, han interpretado esta importante reflexión y han buscado generar una amplia organización de esta clase estratégica, que es llamada a sepultar al capital y construir la nueva sociedad. En el presente documento buscamos al igual que muchas generaciones en diversos contextos, contestar la cuestión del cómo organizarnos como clase trabajadora en el siglo XXI desde Colombia, cuales son los métodos más eficaces para utilizar en esta guerra de clases y que posiciones de batalla debemos ocupar.

¿Dónde están los y las trabajadoras en la actualidad?

Las ciudades son el estandarte de la moderna sociedad capitalista, es en ella que se moldeó y se dio nacimiento a la clase trabajadora asalariada en cuestión, fue necesario la concentración de un gran polo de riqueza, y de mano de obra para que por medio de una relación asalariada, se desarrollara el sistema capitalista. Esta clase desposeída de toda propiedad que pudiera ser un factor en la creación de riqueza (capital o tierra), excepto de su fuerza de trabajo, se ha concentrado y desarrollado en las ciudades. Marx nombraba muy temprano como los trabajadores en las ciudades en la época de la industrialización, el proletariado fabril, tenía grandes ventajas y posibilidades para la organización, una de estas eran las Zonas Industriales, de allí podría emanar una fuerte organización de trabajadores conscientes de su clase social y de su responsabilidad histórica: Ser sepultureros del capitalismo y creadores del comunismo.

La humanidad con el crecimiento del capitalismo ha evidenciado un crecimiento exponencial de la población mundial en las ciudades, en el 2015 el 53.857% de la población mundial vivía en las ciudades[1], este crecimiento continuo como lo evidencia la gráfica 1, muestra como más de la mitad de la población mundial habita en las ciudades. Para América Latina la cifra es más alarmante en el 2015 más del 80% de la población vive en las ciudades (CEPAL, 2016), más de 500 millones de personas y en Colombia para el 2015 el 76.436% de la población vivía en las ciudades, es decir más de 36 millones ochocientos mil colombianos viven en las ciudades.

Gráfica 1: Población Urbana

Es claro que la mayor parte de la población en el mundo hoy habita en las ciudades, este crecimiento demográfico en las ciudades tiene una relación directa con el desarrollo del mercado y con la concentración de capital, por lo tanto con los y las trabajadoras. La mayor cantidad de trabajadores en el mundo hoy habitan en las ciudades, esta importante conclusión es clave para las organizaciones revolucionarias que buscan la organización de esta clase histórica y vanguardia, la única por sus condiciones sociales, materiales y productivas que podrá eliminar el capitalismo de la faz de la tierra, para dar paso a una nueva formación social basada en la equidad social y el amor eficaz. Aunque la relación entre el capitalismo y las ciudades es clara, es importante desentrañar más esta relación.

¿Qué significa para el capitalismo las ciudades?

El origen de la ciudad como forma de organización social económica y política, está relacionado directamente con el periodo de transición del feudalismo al capitalismo. En el feudalismo los reinos que funcionaban como centros administrativos, políticos y religiosos, desarrollaron a sus alrededores plazas de mercado y comercio, en donde siervos, artesanos y aristocracia intercambiaban productos entre sí, o por monedas de metales preciosos (dinero – mercancía). En estas plazas de mercado asistían los artesanos, con la posterior división del trabajo y su especialización, empezaron a generar grandes fábricas alrededor de los reinos, creando así los burgos, y una nueva clase social, la burguesía.

Marx en la llamada acumulación originaria de capital, expuso como la creación del capitalismo necesitó de una acumulación primitiva o pre capitalista, que pudiera impulsar la producción a una escala considerable de países, dicha acumulación originaria tuvo un motor principal: la violencia y la guerra. Marx expone que fueron 3 factores necesarios para este objetivo, primero un gran polo de riqueza y con la conquista de américa latina y de pueblos de África logran robar y usurpar recursos para tal fin, además con las guerras en Europa lograron expropiar la tierra de muchos siervos y elite feudal, empujando trabajadores rurales a la ciudad; segundo un gran polo de trabajadores y fuerza de trabajo, la esclavitud de millones de africanos logro este objetivo, y por ultimo una conexión asalariada entre estos dos polos, debido a que los trabajadores (de procedencia rural o esclava) se resistían en las ciudades a operar las fabricas burguesas por la fuertes presiones laborales a las que serían sometidos. La guerra capitalista por la acumulación originaria empujo a miles de trabajadores rurales a la ciudad, despojándolos de su propiedad rural y quedando solo con su fuerza de trabajo, con hambre y miseria se vieron obligados a asalariarse, fue así como se consolidaron las ciudades para el capitalismo, como consecuencia de la acumulación originaria y como un importante escenario de operaciones para el capital.

La depredación de los bienes de la Iglesia, la enajenación fraudulenta de las tierras del dominio público, el saqueo de los terrenos comunales, la metamorfosis, llevada a cabo por la usurpación y el terrorismo más inhumanos, de la propiedad feudal y del patrimonio del clan en la moderna propiedad privada: he ahí otros tantos métodos idílicos de la acumulación  originaria. Con estos métodos se abrió paso a la agricultura capitalista, se incorporó el capital a la tierra y se crearon los contingentes de proletarios libres y privados de medios de vida que necesitaba la industria de las ciudades. (Marx, La llamada acumulación originaria del capital., 1867)

En la actualidad las ciudades y el proceso de urbanización que hemos analizado presenta varias relaciones con el desarrollo del capitalismo, el capitalismo ha absorbido la plusvalía y la reinversión de las ganancias, el capital, y se ha adecuado para tal fin. Esto implica por un lado un proceso de urbanización que por un lado genere este excedente, plusvalía, y que por otro lado esté preparado para la reinversión de la ganancia. En la actualidad así se planean las ciudades.

El capitalismo descansa, como nos explicaba Marx, sobre la búsqueda perpetua de plusvalor (beneficio), cuyo logro exige a los capitalistas producir un excedente, lo que significa que el capitalismo produce continuamente el excedente requerido por la urbanizaci6n. Pero también se cumple la relación inversa: el capitalismo necesita la urbanización para absorber el sobreproducto que genera continuamente. De ahí surge una conexión íntima entre el desarrollo del capitalismo y el proceso de urbanización. (Harvey, 2013)

Este proceso dialectico de urbanización, en donde el espacio geográfico e institucional crece para producir ganancia y a la vez desarrolla la capacidad para recibir la reinversión de la ganancia, el capital, convierte a las ciudades y al proceso de urbanización como factores de crecimiento del sistema capitalista, por lo tanto acentúa sus contradicciones y la explotación laboral.

En la ciudad se genera ganancia por medio de la especulación de capital, un claro ejemplo es el mercado inmobiliario, por lo tanto la ciudad es el espacio actual del capital financiero. En las ciudades ocurren los negocios y transacciones, es el lugar donde se invierte, se concentra y circula el capital, por lo tanto estas se mueven y crecen al ritmo de la circulación del capital, lo que explica los ritmos frenéticos de la vida cotidiana de la ciudad y sus habitantes, estos ritmos se corresponden con el tiempo de producción, circulación, intercambio y consumo de mercancías y capital.

La ciudad ha diversificado la venta de bienes y servicios, sobre todo se ha especializado en la venta de un gran abanico de servicios, este hecho genera que se diversifique las formas de explotación asalariada sobre los trabajadores, desde call centers, hasta formas de “independencia empresarial” en donde le hacen creer al trabajador que es empresario, cuando realmente es el vendedor de una compañía. Además de todo tipo de tercerización laboral en donde explotan por medio de aumentar la plusvalía relativa: disminuyen el salario del trabajador por concepto de no brindar prestaciones sociales y laborales.

Por lo tanto esta última reflexión conlleva una pregunta obligada para los movimientos sociales y revolucionarios, ¿es la fábrica el actual lugar donde operan la mayoría de trabajadores en la ciudad?, ¿Qué impacto ha generado la diversificación de las formas de explotación en el empleo formal e informal?

De la fábrica a la informalidad: situación laboral en Colombia

La condición actual de los trabajadores en Colombia es de explotación y miseria, en la actualidad existen en el país más de 5 millones trescientos mil desempleados[2] y más de trece millones quinientos mil personas se encuentran en la pobreza, para la ciudad de Cali tenemos que existen más de 300 mil habitantes desempleados y el 48.4% de los trabajadores pertenecen al sector informal.

En el 2016 el 28% de la población se encontraba en la pobreza (Sindical, 2017), con una gran distinción entre el sector urbano y rural: en las ciudades el 24,9% de la población se ubicaba en la pobreza y en el sector rural el 30,6% de la población se encuentra en tal condición. La pobreza extrema a nivel nacional es del 8,5%, en las ciudades esta brecha es del 5,6% y en el sector rural es de 18,1%. Claramente en Colombia el sector rural tiene peores condiciones de vida que en las ciudades, y esto es una presión y una forma de violencia que desencadena el desplazamiento de trabajadores rurales (campesinos) a las ciudades. La realidad de Colombia liga directamente la pobreza y el crecimiento del trabajo informal en las ciudades, en la actualidad el 73,6% de la población que se encuentra en la pobreza, se encuentra trabajando en la informalidad, es decir sin las condiciones mínimas necesarias de seguridad social.

No obstante, al gobierno nacional pareciera que solo le interesara tener la cifra de desempleo en un dígito sin preocuparse por otros asuntos de tipo social y económico que hay detrás de esto, pues si se observa cuál ha sido la generación de empleo y la disminución del desempleo en el último periodo del presidente Santos, lo que se puede inferir es que prácticamente hay una tendencia al no mejoramiento del trabajo en el país. Desde 2014 a lo que llevamos de 2017 las tasas de empleo y desempleo siguen una tendencia constante como se evidencia en el gráfico 2.

Gráfico 2: Empleo-Desempleo gobierno de Santos II.

Pero eso no es todo, la brecha del mercado laboral entre hombres y mujeres es profunda, mientras los hombres tienen una tasa de ocupación del 74.9%, el de las mujeres es menor con el 54,5% de participación. La actividad productiva de la mujer sigue siendo muy limitada, propia del sistema patriarcal que se ha arraigado en la sociedad y se ha profundizado con el capitalismo, el informe laboral de la Escuela Nacional Sindical en el 2017, versa de que “La segregación de las mujeres persiste. Más del 60% de las mujeres se concentraron en dos ramas de actividad económica; comercio, hoteles y restaurantes (35,2%) y servicios comunales, sociales y personales (31,1%).”, además para el 2015 –dice el informe- que las mujeres recibieron 20,3% menos de ingresos salariales que los hombres en la economía colombiana. La población juvenil en Colombia también sufre de las inequidades laborales, para el 2016 el 21,2% de la población juvenil no se encontraba ni estudiando, ni trabajando, por lo que la tasa de desempleo juvenil se ubica en el 15,9%.

Definición de Trabajo Informal, según la Organización Internacional de Trabajo:

“Una forma urbana de hacer las cosas, cuya marca distintiva incluye: pocas barreras a la entrada para el empresario, en términos de habilidades y capital requerido; empresas de  propiedad familiar; operación en pequeña escala; producción de trabajo intensiva con tecnología adaptada, y un mercado no regulado y competitivo”.

 El trabajo informal de la economía es una consecuencia de la incapacidad del capitalismo a crear trabajo formal con prestaciones sociales y laborales, con estabilidad laboral y salario justos, ante esta situación personas que tienen un bajo nivel educativo entran en lo que se conoce como el rebusque, para generar ingresos propios y poder sobrevivir. Esta es la causa del trabajo informal, por lo tanto economías que tienden a aumentar el salario y a generar empleo formal disminuyen el sector informal de la economía.

El DANE utiliza como variables proxys para la medición del empleo informal: el nivel de salario y si es dueño de una pequeña empresa (con menos de 10 trabajadores); si está afiliado a la seguridad social en salud y pensiones. Más específicamente si cumple:

Tabla # 1: Medición de la informalidad DANE.

Un estudio reciente de la Universidad del Rosario da cuenta de que la tasa de informalidad en el país llegó al 65%[3], es decir de los 22’156.00 trabajadores ocupados 14’401.400 trabajadores se encuentran en la informalidad es decir no cuentan con seguridad social en salud y pensiones, no tienen estabilidad laboral ni un ingreso fijo anual. La informalidad laboral se concentra en las ciudades y en una gran proporción en los barrios periféricos y populares, resulta insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de las familias, puesto que las jornadas de los trabajadores informales son en la mayoría de los casos más extensas de las ocho horas formales, y los ingresos obtenidos son mínimos para la subsistencia. Los sectores productivos que más concentran la informalidad laboral del trabajo es el del comercio, hoteles y restaurantes con 42,61%[4] de la informalidad y el sector de servicios sociales, comunales y personales 16,49%, además esta población tiene su ubicación laboral informal un 34,02% en locales fijos, el 20,02% en otras viviendas y el 16,71% en sus viviendas propias.

En la actualidad muchas multinacionales se han aprovechado de tal condición de los trabajadores informales para aumentar sus ganancias, Marx exponía que una forma para aumentar su ganancia es por medio de la plusvalía relativa, es decir disminuir el salario de los trabajadores o los costos de la mano de obra, para así aumentar el excedente robado que se convierte en ganancias para el capitalista, una de las fórmulas que han encontrado Herbalife, Avon, Yanbal y Amway, entre otros, en Colombia y el mundo, es crear la falsa apariencia de hacer supuestos negocios con la gente y tratarlos como socios y empresarios independientes que venden sus productos, y les ofrecen generar ganancias para ellos al ser los intermediarios únicos entre el productor (la multinacional) y el consumidor; llaman a esta actividad crear empresariado pues cada vendedor se establece sus propias metas de venta y horarios de trabajo, pero lo que realmente está sucediendo es que el trabajador cumple la función de vendedor de la multinacional sin un contrato, sin un ingreso adecuado y esto le permite a la multinacional ahorrarse las prestaciones laborales y por vía de la plusvalía relativa aumentar sus ganancias, generando crecimiento del sector informal de la economía.

La Reforma Tributaria: un golpe a los trabajadores

La Reforma Tributaria es un golpe de la clase capitalista a la clase trabajadora, pues esta tendrá que tratar de pagar los platos rotos de un déficit fiscal del 3.9% del PIB (33.04 billones), con el que cuenta el país producto del choque de los precios del petróleo y de las grandes exenciones tributarias que le hizo y le hace el gobierno nacional a las multinacionales. Esta reforma tributaria trata de grabar con más impuestos las capas medias de la sociedad, a los trabajadores informales y disminuirles impuestos a la elite rica del país (Ovalle, 2017).

La Reforma Tributaria atenta contra las capas medias al querer aumentar la base gravable de impuestos a personas naturales por concepto de declaración de renta y retención en la fuente, en síntesis pagara impuesto quien gane más de $1.500.000 pesos mensuales.

Esta reforma tributaria afecta a los trabajadores urbanos e informales directamente, debido a que los trabajadores informales en muchas ciudades utilizan el transporte como medio de rebusque ya sea por medio de plataformas como el uber, los piratas, los motoratones, las gualas, entre otras, en Colombia el 92.7% de los vehículos[5] le pertenecen a personas de estratos 1, 2, 3 y 4 y el 78,6% a personas de estratos 1, 2 y 3, y con el aumentó al impuesto a la gasolina de $135 pesos y el aumento de $152 pesos al ACPM que propone la reforma, afecta directamente la capacidad adquisitiva de los trabajadores desempleados o informales que se verán afectados directamente o por el aumento de las tarifas del transporte público.

El Monotributo constituye la propuesta de la reforma tributaria, más retrograda y lesiva para los trabajadores informales directamente, este impuesto recaerá sobre las tiendas de barrio, las peluquerías y panaderías, por todo el abanico de negocios pequeños en los barrios populares, con el descarado argumento de que tienen que aportar a la economía nacional.

La reforma también aumentó al 19% el IVA, lo que afectará a la clae trabajadora directamente, pues le impuestará el consumo, lo que constituye un aumento a la canasta básica familiar: el aceite de cocina subió $125 pesos, el spaghetti $300 pesos, el chocolate $192 pesos, el papel higiénico $417 pesos, entre otros alimentos, menos las armas de guerra. El panorama se agrava al tener en cuenta que para el presente año el salario mínimo tan solo aumentó en $45.104 pesos, un 7%. Por el contrario el gobierno a través del impuesto a las utilidades le elimina cargas tributarias a los empresarios más ricos del país, perdonándoles anualmente 1.2 billones de pesos.

Organización de los trabajadores

Por lo tanto es claro que los y las trabajadoras al ser la clase estratégica que cumple un papel histórico al ser la única candidata que puede sepultar el capitalismo y construir el comunismo, tiene que organizarse para tal objetivo, esta organización pasa por asimilar que hoy la mayoría de trabajadores a organizar se encuentra en el sector informal de la economía.

La actual organización de los trabajadores, pasa por un momento de crisis, por dos razones: la primera porque la liberalización económica ha roto los lazos laborales descentralizando la concentración de los trabajadores de la clásica fábrica, y segundo porque producto de lo anterior, la informalidad laboral establecer restricciones sociales y legales para tal actividad, al no encontrar un jefe o patrón directo para hacerle los reclamos reivindicativos y también porque puede ser perseguida el ejercicio sindical.

El informe de la Escuela Nacional Sindical habla que en la actualidad tan solo el 4.6% de la población se encuentra sindicalizada y se registraron aproximadamente 5.451  organizaciones sindicales “Los sectores que más afiliados tuvieron: Educación (26,5%), Industria manufacturera (11,8%), Administración pública y defensa (11,8%) y servicios  sociales y de salud (11,0%).” (Sindical, 2017). Una de las conclusiones que podemos inferir de este análisis es que en Colombia el movimiento sindical es muy pequeño, y que en su mayoría pertenece al sector formal de la economía. Además es claro que si discrimináramos entre el sindicalismo clasista-independiente y el patronal-corporativista, quedaría mucho más reducido el movimiento sindical.

Retos del movimiento urbano social colombiano

Primero, la organización social y sindical de los trabajadores informales: Hoy la izquierda y el movimiento urbano tiene que concentrarse en organizar esta gran masa de trabajadores informales que en Colombia constituyen el 65% de la población ocupada, es decir, más de catorce millones de personas, estos trabajadores informales se encuentran ubicados en las ciudades, en su mayoría trabajando en el sector de comercio, hoteles y restaurantes y en el sector de servicios sociales, comunales y personales. Su ubicación laboral se encuentra sobre todo en locales fijos, otras viviendas, viviendas propias y ventas ambulantes. Estos trabajadores urgen de una lucha primeramente por un nivel de ingresos salariales fijos, por seguridad social en salud y pensiones, y por garantías para su ejercicio laboral pues la mayoría de su actividad es ilegal y es perseguida por la policía; estas reivindicaciones pueden articular un movimiento de masas informal y disputarlo con el patrón de clase directo que aunque pareciera no tenerlo si lo tienen, el gobierno nacional en cabeza del ministerio del trabajo; los y las compañeras que desempeñen este trabajo a la par de hacer el trabajo de lucha gremial-reivindicativa deben generar espacios de politización y conscientización de que son la clase vanguardia de las transformaciones estructurales, la clase llamada a la construcción del comunismo.

Segundo, método de trabajo en los barrios populares y periféricos de las ciudades: Los trabajadores informales al poseer en la mayoría de las veces ingresos por debajo del salario mínimo, deben buscar lugares económicos para habitar y estas características las cumplen los barrios populares y periféricos de las ciudades, que tienen pésimas condiciones de vivienda y servicio públicos. Por lo tanto los barrios populares son los lugares geográficos que hoy concentran a los trabajadores, a pesar de que el capitalismo ha logrado romper este tipo de lugares como la fábrica (donde surgía la resistencia social), todavía no ha podido romper la concentración de los y las trabajadoras del lugar en donde habitan, por lo tanto la mejor forma de organizar los y las trabajadoras informales es en los barrios populares; los y las compañeras que impulsen el trabajo barrial tienen la tarea de tender a dar dos luchas en simultaneo: la primera por condicione laborales dignas (véase el punto anterior), y segundo por condiciones dignas del lugar en donde habitan, esto implica frenar los desalojos violentos, lograr el mínimo vital de los servicios públicos y un adecuado sistema de movilidad para los y las trabajadoras.

Tercero, fortalecer el sindicalismo colombiano: Los movimientos sociales y revolucionarios deben tender a fortalecer las centrales y organizaciones sindicales clasistas, para tal tarea es necesaria una gran campaña de educación política en donde se recupere la visión clasista de la lucha sindical y se logre expandir tal movimiento; para recuperar los sindicatos patronales, es necesario introducir cuadros revolucionarios, tomar las direcciones y traer a dichos trabajadores por medio de la educación política al bloque del sindicalismo clasista; a su vez concientizar y denunciar ante la gran masa de trabajadores la organizaciones sindicales patronales y sus líderes. Además se deben recomponer muchos valores de la militancia revolucionaria como la equidad de género y el anti patriarcado, además de la solidaridad y de la honestidad con lo recursos. Fortalecer la central clasista pasa por trazar una agenda de movilización radical y profunda de la mano con el movimientos social y la izquierda colombiana, para lograr un accionar común que nos permita construir el poder popular y tomar el poder del estado.

Cuarto, relación Campo-Ciudad: Que en el presente documento no se haya hecho mención de los trabajadores rurales no implica que en el marco de análisis se pretenda inducir a que estos no son importantes. Es el conjunto de los trabajadores la clase vanguardia, por lo tanto los trabajadores rurales hacen parte de esta vanguardia, algo que si queda claro es que la concentración de trabajadores en el campo es menor al de las ciudades, pero este hecho no es fortuito, hace parte del crecimiento del capitalismo. El capitalismo tiene planes estratégicos sobre el planeta, por lo tanto el sector rural en los países sub desarrollados tiene la tarea dentro de la división internacional de trabajo, de proveer recursos y materias primas para la creación de mercancías; el cumplimiento de esta tarea genera que existan menos trabajadores en los campos y que estas sean reemplazadas por el componente tecnológico, uno de los argumentos es que estas personas no deben consumir directamente los recursos de la naturaleza. Por lo tanto los trabajadores rurales tienen una función muy importante y es proveer de materias primas para la producción. Un movimiento social fuerte debe lograr generar un movimiento de masas con los trabajadores rurales y urbanos, solo la coordinación entre estas dos poblaciones de una misma clase social le imprimirá eficacia a la lucha por su emancipación.

Quinto, trabajo Juvenil-Estudiantil: Este sector de la clase trabajadora tiene en sí dos tareas y formas de recoger la indignación de su población: la primera es la restricción para el ingreso a la educación como derecho en todos los niveles; la segunda, es la propensión que tienen para no conseguir empleo. Un movimiento urbano fuerte debe proponerle a este sector social movilización entorno a educación gratuita y garantizada en todos los niveles y en un trabajo juvenil decente no informal. Estos comentarios no pretenden caer en el determinismo del enfoque laboral, las organizaciones juveniles deben seguir trazando las agendas de lucha que hoy ya tienen frente a cultura, el deporte y otras áreas fundamentales para avanzar, lo que se propone es tener en cuenta este ámbito laboral.

Sexto, trabajo de mujeres: La agenda actual de la lucha por la igualdad de las mujeres es estratégica y por lo tanto esta debe darse desde todas las aristas del plano social, político, cultural y económico. Es importante que existan organizaciones de mujeres que sean referentes y avancen en esta lucha, pero debe entenderse que esta lucha en sí es propia de toda la clase trabajadora y por lo tanto de todas sus organizaciones. Frente al ámbito económico, esta lucha debe enfocarse en exigir igualdad salarial frente a los hombres que ocupan los mismos cargos, además de las licencias de maternidad, luchas reivindicaciones que nunca deben olvidar el trasfondo: el sistema patriarcal y capitalista.

Séptimo, lucha ideológica: Como movimiento social revolucionario es urgente dar una batalla de ideas que logre articular el pensamiento científico marxista y su práctica revolucionaria, por medio del método dialéctico filosofía de la praxis, corriente al interior del marxismo que propone que la chispa de las transformaciones sociales no será la fuerza productivas (como lo proponía el estalinismo con en el materialismo dialectico DIAMAT), sino el desarrollo de las relaciones sociales de producción (la forma en cómo se relacionan las personas y lo pueblos para producir su vida material) por medio de la consciencia de clase.

Si en el esclavismo el elemento dominante era la política, en el feudalismo la religión y en el capitalismo el afán de lucro: el elemento dominante de la sociedad comunista, que logre subordinar todos los ámbitos de la vida humana como la economía, la cultura y la política debe ser: la solidaridad, el amor eficaz (en palabras de Camilo Torres), la defensa de la vida, el respeto a la madre tierra, en síntesis la consciencia revolucionaria. Es la consciencia revolucionaria, basada en la ética y la moral humanista, el elemento dominante esencial para que exista las relaciones sociales de producción comunistas y es esta consciencia la que debe dominar todos los ámbitos de la vida humana: la política, la economía, la cultura, la educación, la comunicación y la guerra, en consecuencia todas estas actividades secundarias deben ponerse en función de construir un mundo mejor, un mundo comunista.

Octavo, la economía como elemento táctico de disputa: Los gobiernos de izquierda y los movimientos de resistencia, deben ser anti-capitalistas, pero deben entender que ser anti-capitalistas implica, tomar las medidas necesarias para acabar el mercado y en consecuencia su centro orgánico: el capital. Esta difícil pero histórica tarea hay que abordarla en el ámbito de transformar las relaciones sociales de producción, creando una conciencia revolucionaria, para abolir el trabajo asalariado y la explotación. Pensarse de manera gradual como confluir a un modelo de sociedad en donde impere el valor de uso sobre el valor de cambio, es decir, que el ser humano produzca material e intelectualmente con el objetivo de que el producto sea útil para el desarrollo y el bienestar común de la humanidad y de la naturaleza, el construir esa conciencia revolucionaria de la mano con el avance de las fuerzas productivas nos permitirán abolir la enajenación y construir el comunismo. Es fundamental en la economía que los gobiernos alternativos actuales y los movimientos revolucionarios se piensen programas que logren redistribuir la riqueza, diversificar los sectores de la economía nacional, avanzar en la apropiación de las condiciones de producción desde las comunidades, incentivar experiencias de economías solidarias, avanzar en mecanismos e instituciones de veeduría y eficiencia[6] productiva centralizadas y crear redes de intercambio solidario entre gobiernos y pueblos del mundo.

Noveno, luchar por la Paz en Colombia: Una de las principales batallas en esta larga lucha que debemos dar, es por la Paz y la reconciliación de los pueblos del mundo, todos y todas las revolucionarias del mundo hoy deben rechazar la guerra por ser un  método inherente al capitalismo, en donde se degrada al ser humano y se ataca a la vida. Es el mecanismo por excelencia de la clase capitalista, este les permite profundizar su modelo de sociedad; luchar por la Paz debe ser un objetivo de nuestro proyecto de humanidad, esto no implica ser pacifista, por el contrario implica asumir la guerra y la defensa de nuestro proyecto. Luchar por la Paz necesariamente significa ser anti capitalista, anti patriarcal y rechazar el imperialismo estadounidense, luchar por la Paz es necesariamente un objetivo de nuestra lucha comunista.

Décimo, el gran Movimiento Revolucionario llamado a realizar las transformaciones estructurales: Una forma efectiva para que la izquierda pueda ser poder y gobierno, sin que desemboque en un fracaso, es principalmente construir un movimiento social y político anti-capitalista que por medio de una fuerte alianza programática busque la autorganización del pueblo y la formación de la consciencia revolucionaria de su pueblo, en lo que en síntesis es la construcción del Poder Popular. La característica de este movimiento revolucionario anti capitalista, debe ser principalmente la unidad programática[7], esto protegerá al movimiento y le orientara en sus fines.

La composición de este Movimiento Social Anti Capitalista debe ser la más amplia unidad de todas las corrientes políticas de izquierda, es fundamental entender que la diversidad de las corrientes y formas del quehacer para construir un mundo mejor, no son un problema, deben ser el potencial creador y autocritico de dicho movimiento, para ello hay que abandonar todos los vicios vanguardistas y sectaristas que nos ha legado la tradicional ruptura de la izquierda, y entonces aplicar la frase del sacerdote revolucionario Camilo Torres “Juntarnos en los que nos une y prescindir de los que nos separa”. Al interior de este gran movimiento social se debe llamarse a sectores históricamente excluidos, y que por la propia dinámica del sistema capitalista ha profundizado su exclusión, como las luchas animalistas, ambientalistas, LGBTI, por la liberación de la mujer y antiraciales entre otros. Hay que buscar sumar y construir con estos sectores, y por medio de un fuerte proceso pedagógico explicar cómo el ser anti capitalista es posible y le da mayor fuerza a sus justas luchas. Estas alianzas no se deben hacer de manera superficial, deben en realidad ser luchas sentidas por el conjunto del movimiento y expresarse en el programa revolucionario, estos sectores deben ser dinamizadores y protagonistas a su vez del movimiento social y político. La luchas antipatriarcal no es un sector, porque inevitablemente el ser revolucionario implica ser anti-patriarcal y feminista, es en la construcción de la conciencia revolucionaria y de nuestra filosofía de la praxis, que las luchas deben estar marcadas desde su raíz por la equidad de género y la diversidad sexual.

El programa revolucionario de este Movimiento Anti-Capitalista debe ser amplio diverso y tener un contenido táctico-estratégico basado en el Poder Popular, de esta manera su lucha será flexible y el movimiento tendrá un abanico de escenarios de lucha para avanzar y materializar el programa revolucionario; de esta manera podrá participar de la disputa institucional, con una herramienta organizativa político-electoral propia, es decir con una fuerza política que haga parte del Movimiento Social y Político Anti-Capitalista, no al contrario, si la fuerza política coopta el Movimiento Social, este perderá la fuerza de sus diversas formas de lucha, al reducir los demás escenarios al plano electoral.  La fuerza política que participe en la lucha electoral tendrá la posibilidad de hacer pactos pragmáticos con sectores  productivos nacionales u otras fuerzas políticas, con el objetivo de avanzar en la lucha electoral para materializar el programa revolucionario del Poder Popular, en este sentido cuando la fuerza política llegue a ser gobierno, tendrá la responsabilidad de acumular para ese gran Movimiento Social Anti-Capitalista y disolver el poder del Estado en el fortalecimiento del Poder Popular.

Otros aspectos fundamentales del Movimiento Social y Político Anti-Capitalista deben ser: La forma organizativa: Se debe juntar lo mejor del anarquismo y del marxismo, esta combinación resulta útil para reflexionar en formas organizativas que pueden permitir avanzar en instrumentos amplios y de masas, que impidan configurar burocracias y que permitan métodos efectivos de participación política de la sociedad. Llamar en la actualidad al horizontalismo en la organización, además de ser un desacierto con la realidad es una irresponsabilidad política, pero tampoco se justifica que el marxismo ortodoxo llame a la petrificación de elites pseudorevolucinarias a la cabeza una organización, lo que es una apología al verticalismo y la imposición dictatorial. Hay que buscar formas efectivas de participación, hacer efectivo los principios leninistas de la organización, que además es un principio libertario, el centralismo democrático, este mecanismo permite tener una dirección colectiva del movimiento que tome definiciones en torno al programa y al marco general que se construya en los amplios escenarios de debate de masas, como la propuesta anarquista del socialismo confederal[8], asambleas locales que asciendan a asambleas más macro y que sean autónomas, los mandatos populares emanadas de estas asambleas, serán el marco de acción para la dirección colectiva del movimiento y para el accionar político de las demás organizaciones que componen el movimiento social anti capitalista.

Renovar formas y métodos: El campo ideológico y comunicativo es un factor fundamental en la guerra, por ello se tiene que pensar como un aspecto integral de socialización y participación social. Las organizaciones de masas deben encontrar formas radicales y profundas de participación social y política. Pero es necesario precisar que este reajuste de repertorios no puede llevarnos a chocar con una visión posmoderna de la política, en donde se debe renovar todo y dejar aspectos propios de la identidad y tradición como izquierda. Por el contrario es retomar los elementos más identitarios, místicos y movilizadores, de quienes conforman el movimiento social y político anti-capitalista, para que grandes sectores sociales los construyan y desarrollen de manera planeada y sistemática. En síntesis el Movimiento debe buscar construir hegemonía, por medio de la cultura, el arte, la música, los deportes y la academia que busquen propagar los ideales de sociedad y se opte por formar de manera colectiva la conciencia revolucionaria.

Renovar los y las cuadros y dirigentes/as: en gran medida el tope de los movimientos de izquierda ha sido el caudillismo y populismo, personas que en la plaza pública llenan y hacen erizar las masas, pero que no lograran solucionar el problema de la existencia física-material humana, por esto es  importante posicionar distintos referentes colectivos, mujeres y hombres, en el ámbito de la vida nacional, regional, local y sectorial: líderes y lideresas indígenas, campesinos, estudiantiles, sindicales, afro descendientes, juveniles, de mujeres y LGBTI, que eduquen con el ejemplo y sean referentes de dignidad, desinterés, humildad y trabajo colectivo.

Este movimiento social y político anti-capitalista, debe expresar sus luchas de lo que David Harvey ha denominado como el derecho a la ciudad, la ciudad como creación del capitalismo, debe ser uno de los  escenarios de confrontación de clases, por ende es necesario formar un movimiento urbano radical que luche por trabajo formal, salarios justos, hábitat, servicios públicos y derechos sociales, auspiciando levantamientos populares.

*Javier Ocampo es estudiante de Economía de la Universidad del Valle, integrante del Proceso Nacional Identidad Estudiantil y Militante del Congreso de los Pueblos

**Jorge Ovalle es estudiante de Economía de la Universidad del Valle, integrante del Instituto de Investigación Acción en Procesos Educativos Y Sociales Orlando Fals Borda – IAPES OFB – y Militante del Congreso de los Pueblos.

Bibliografía 

CEPAL. (2016). BOLETIN DEMOGRAFICO/DEMOGRAPHIC BULLETIN Nº 63.

Harvey, D. (2013). Ciudades rebeldes: del derecho a la ciudad a la revolución urbana. Madrid España: Ediciones Akal, S. A.

Kohan, N. (2006). Diccionario básico de categorías marxistas.

Marx, K. (1848). Manifiesto Comunista.

Marx, K. (1867). La llamada acumulación originaria del capital. El capital, capitulo 24.

Mundial, B. (2017). Población Mundial en las ciudades. ONU – Hábitat .

Ovalle, J. (2017). REFORMA TRIBUTARIA, IVA Y SALARIO MÍNIMO: ¿PAZ SOLAMENTE PARA LOS RICOS? Cali – Colombia: Lanzas y Letras.

Sindical, E. N. (2017). Informe de coyuntura Laboral y Sindical 2017.

Zapata, R. (2017). La urbanización en el mundo, en revista CEPA, número 24. Febrero/Julio 2017.

Habitat III, la conferencia mundial de la ONU

[1] Gráfica obtenida del Banco Mundial, en referencia a las perspectivas de crecimiento de la ONU.

[2] DANE –empleo, desempleo 2017.

[3] La informalidad laboral en Colombia llega al 65%. Periódico Portafolio. Noticia 29 de abril de 2017. Recuperado de: http://www.portafolio.co/economia/informalidad-laboral-en-colombia-llega-al-65-505399

[4] Boletín de Empleo Informal y Seguridad social: DANE – trimestre diciembre 2016 febrero 2017.

[5] Dario Arena Villegas, Una reforma contra el 90% de los colombianos, La Patria.2016.

[6] Eficiencia no en el sentido capitalista de maximizar ganancias y minimizar costos, sino de maximizar la utilidad social-común en armonía con el desarrollo de la naturaleza.

[7] La izquierda olvido ser anti capitalista – David Harvey, 2015.

[8] El arte de la política – David Harvey.

Autor

Producción editorial del equipo de la Revista Lanzas y Letras. www.lanzasyletras.com