Abolir la cárcel: respetar la vida

La cárcel: el engendro de la sociedad enferma, la máxima de la represión humana, la infame, la falta de libertad, la basura social. Sí, esta institución enfrenta, hoy más que en otros tiempos, una verdadera crisis, pues su organización deshumanizante tiene un nuevo enemigo, el virus. Dialogamos con dos compañeras inmersas en el poco conocido montaje judicial “Lebrija” sobre la cárcel, las mujeres, la vida penitenciaria y el COVID-19. 

De cómo se perfecciona la mentira y se construye una realidad desde la falsedad

En el contexto de un país desbaratado, corrupto y violento, los montajes judiciales están a la orden del día. Este es el caso de Boris y sus compañeros, víctimas del montaje del centro comercial Andino, víctimas en últimas de un sistema judicial podrido y clientelista. Esta es una denuncia desde la “rabia indignada”, una reivindicación de que “la política y la democracia están en la calle” y una exigencia enaltecida por la libertad y la justicia social. 

El absurdo criminal

¿En qué consiste ser víctima de un montaje judicial? En buena medida se trata de hacer parte de una obra de teatro, más exactamente, un teatro del absurdo protagonizado por “diestros maestros de lo siniestro” en que el cinismo, la ironía y la injusticia son la boleta de entrada. Un texto de Boris Rojas*, prisionero político recientemente liberado por el caso Andino.

La máquina

Tornillo, tuerca y grasa. ¿Qué es lo que hace de la justicia colombiana una máquina de terror: los leguleyos jueces, los abogados farsantes, la inoperante ley? ¿Por qué a la hora de defender los intereses del pueblo, la justicia además de coja y ciega orquesta su balanza hacia los poderosos? A continuación, una nota cargada de una mecánica perspicaz que analiza la maquinaria política de la justicia en Colombia. 

Carta de amor

¿Hay algo más fuerte que el amor? Puede ser una pregunta tonta si lo que concebimos como amor tan sólo es su forma romantizada, que tanto daño nos ha hecho como humanidad. El amor, como potencialidad con el otro y la otra, se parece mucho al motor que es capaz de encender la máquina, al viento que aviva las llamas, al puño que se alza mano al cielo y grita libertad. A todo eso se parece el amor como fuerza y a todo eso es que debe apostársele ¿Por qué vivir bajo la comodidad de la tibieza si se puede arder por el mundo? Aquí una nota sobre el amor, la lucha y de nuevo, el amor. 

VOLVER ARRIBA