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Dalton 50 años: poesía esencial

A 50 años del asesinato de Roque Dalton, destacamos tres de sus libros de poemas más impactantes. En cada caso, brindamos los enlaces para que puedan ser descargados libremente de internet. 

Taberna y otros lugares

En 1969 Dalton gana el premio de poesía Casa de las Américas en Cuba con este potente poemario. El jurado destacó la “avanzada representatividad de sus poemas en el contexto de la más actual expresión poética en lengua castellana”.

Poco después, el uruguayo Mario Benedetti lo entrevistó para la revista Casa. Se trata de un diálogo revelador que muestra la concepción que sostenía el salvadoreño respecto a la relación entre la literatura y la lucha por la liberación:

Mario Benedetti: Por los fragmentos que conozco de tu libro, y por lo que ahora me cuentas, veo que podría ser considerado como poesía comprometida. Ahora bien, ¿qué sentido le das al compromiso?

Roque Dalton: Me parece que, para nosotros, latinoamericanos, ha llegado el momento de estructurar lo mejor posible el problema del compromiso. En mi caso particular, considero que todo lo que escribo está comprometido con una manera de ver la literatura y la vida a partir de nuestra más importante labor como hombres: la lucha por la liberación de nuestros pueblos.

De manera más sintética, aborda el mismo tema en la dedicatoria del libro, que dirige a un amigo a quien llama simplemente Jorge:

Yo llegué a la revolución por la vía de la poesía.

Tú podrás llegar (si lo deseas, si sientes que lo necesitas) a la poesía por la vía de la revolución.

Los poemas que integran Taberna… fueron escritos durante el exilio de Dalton en Praga, donde vivió junto a su familia entre mediados de 1965 y 1967. En el poema que da nombre al libro mixtura las voces de los parroquianos de la taberna U Fleku, donde el poeta pasaba sus horas entre militancia y cervezas. En esa etapa consolida su distanciamiento con el lirismo característico de Neruda que definía el canon de la poesía latinoamericana. Al igual que Juan Gelman y otros poetas que asumían sin medias tintas el compromiso revolucionario, Roque es parte de una generación que, también en la literatura, decidió ir más allá.

Los antiguos poetas y los nuevos poetas

han envejecido mucho en el último año:

es que los crepúsculos son ahora aburridísimos

y las catástrofes, harina de otro costal.

Por las calles que aprendo de memoria

cuerpos innumerables hacen la eterna música de los pasos

—un sonido, he aquí, que jamás podrá reproducir la poesía—

Y todo, ¿para qué?

¡Para que su eco polvoso se aglomere

en este que fue patio de reyes!

No me vengan a hablar del misterio, desvelados,

amantes de ancianidad especial

a quienes el mundo parece deber pausas:

¿alguien resolvió el del ombligo?

Fragmento de “Taberna (Conversatorio)”

El libro incluye la serie “Poemas de la última cárcel”, referida al secuestro y encierro que padeció en 1964. De allí es “Huelo mal”:

Huelo a color de luto en esos días
que las flores enferman por su precio
cuando se muere a secas el que es pobre
confiando en que ya pronto lloverá.

Huelo a historia de pequeña catástrofe
tanto que se ha podido quedar con los cadáveres
huelo a viejo desorden hecho fe
doctorada en respeto su gran llama.

Huelo a lejos del mar no me defiendo
el algo he de morir por tal olor
huelo a pésame magro les decía
a palidez de sombra a casa muerta.

Huelo a sudor del hierro a polvo puesto
a deslavar con la luz de la luna
a hueso abandonado cerca del laberinto
bajo los humos del amanecer.

Huelo a un animal que sólo yo conozco
desfallecido sobre el terciopelo
huelo a dibujo de niño fatal
a eternidad que nadie buscaría.

Huelo a cuando es ya tarde para todo.

Una edición digital del libro puede descargarse acá:

Un libro rojo para Lenin 

En 1970, Casa de las Américas encarga a Roque y a otros colaboradores la elaboración de textos sobre el líder de la revolución soviética, al cumplirse 100 años de su nacimiento. Dalton, entusiasmado con la idea, continúa recopilando escritos, escribiendo poemas en verso y en prosa en los que se propone abordar la vigencia del leninismo en América Latina. En ese sentido es elocuente la dedicatoria del libro:

A Fidel Castro, primer leninista latinoamericano,

en el XX Aniversario del asalto al Cuartel Moncada,

inicio de la actualidad de la revolución [en cursivas en el original] en nuestro continente.

Aun cuando no lo nombra, a Lenin se refiere, por ejemplo, en el poema “La verdad es concreta”:

(a)

Tú le diste un corazón de carne y sangre a la verdad

pero nos advertiste que funcionaba

como una bomba de tiempo

o como una manzana.

Que podría servir para volar la maquinaria del odio

pero que también se podría podrir.

(b)

¡Ay de los que creen que porque la verdad es concreta

ella es solo como una piedra, como un bloque de hormigón

o un ladrillo!

Una bicicleta,

un jet,

una astronave,

son cosas concretas como la verdad.

Lo mismo que un rompecabezas.

Y un combate cuerpo a cuerpo.

El libro fue publicado por primera vez más de una década después del asesinato del poeta, en Managua, por la Editorial Nueva Nicaragua (1986). Ocean Sur lo reeditó en 2009 con un texto de presentación de Jaime Barba. La versión digital de esa edición puede descargarse acá:

Poemas clandestinos

Este poemario fue escrito durante la última etapa de vida de Dalton, mientras se encontraba en la guerrilla. Se dio a conocer en El Salvador en 1977, por medio de una edición mimeografiada a cargo de los compañeros de lucha que se mantuvieron leales a la causa del poeta después de su asesinato. Esa publicación artesanal apareció con el título Poemas clandestinos, aunque Dalton lo había titulado Historias y poemas de una lucha de clases. Allí, la Comisión de Propaganda de Resistencia Nacional, responsable de la edición, explica que “de entre sus muchos proyectos, el compañero [Roque Dalton] pensaba impulsar las Publicaciones Resistencia y Cultura, de las cuales éste era el primer libro”.

El poemario inicia con una nítida advertencia:

Como declaración de principios:

Sea cual sea su calidad, su nivel, su finura, su capacidad creadora, su éxito, el poeta para la burguesía solo puede ser:

SIRVIENTE,

PAYASO o

ENEMIGO.

En este trabajo, Dalton apeló a cinco heterónimos para definir la supuesta autoría de cada escrito. A diferencia de los seudónimos, los heterónimos dan voz a distintas personas-personajes, con sus propias identidades. El recurso literario se superpone con la necesidad de dar a conocer los poemas sin poner en riesgo su clandestinidad.

En este grupo de poemas Roque parece hacerse eco del concepto de “amor eficaz” propuesto por el cura revolucionario colombiano Camilo Torres (1929-1966) y difundido por la Teología de la Liberación, una de las corrientes determinantes en la constitución de las organizaciones revolucionarias de aquel entonces. En su Mensaje a los cristianos, Camilo Torres planteaba que la revolución debía basarse en el “amor al prójimo”, y que la lucha revolucionaria encarnaba “la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”. Dalton tenía una alta estima por Camilo, a quien menciona en dos poemas. El primero de ellos, “Dos religiones”:

(…)

Pero Camilo Torres, entre otros,

nos dejó dicho que también hay una religión positiva

que surge del alma de la revolución

a la manera de los poemas y los cánticos,

y que se juega la vida en este mundo

y no hasta después de la muerte.

En esta religión militan hombres que son

(como los verdaderos comunistas)

la sal de la tierra.

Vuelve a Camilo en el poema en prosa que lleva como título “Un obrero salvadoreño piensa sobre el famoso caso del Externado de San José”:

Cuando enterraron a Cristo, era un costal de huesos por las hambreadas y los malos tratos que sufrió. El cadáver de Camilo Torres no echó casi sangre por los hoyos de los balazos ya que estaba anémico y todo tirisiento por los rigores de la vida guerrillera. Caminante que has llegado hasta este cementerio: ¿Podrá alguien relacionar sus nombres con los del colorado panzón que aquí yace, fulminado por la gula por la vía del corazón?

El cristianismo de liberación que identifica a esta serie de poemas incluye al Che, a través de un enfoque que fue ampliamente adoptado en aquellos años: el Cristo-Guevara. Así lo expresa en el poema “Credo del Che”:

El Che jesucristo

fue hecho prisionero

después de concluir su sermón en la montaña

(con fondo de tableteo de ametralladoras)

por rangers bolivianos y judíos

comandados por jefes yankees-romanos.

Lo condenaron los escribas y fariseos revisionistas

cuyo portavoz fue Caifás Monje

mientras Poncio Barrientos trataba de lavarse las manos

hablando en inglés militar

sobre las espaldas del pueblo que mascaba hojas de coca

sin siquiera tener la alternativa de un Barrabás

(Judas lscariote fue de los que desertaron de la guerrilla

y enseñaron el camino a los rangers)

Después le colocaron a Cristo Guevara

una corona de espinas y una túnica de loco

y le colgaron un rótulo del pescuezo en son de burla

INRI: Instigador Natural de la Rebelión de los Infelices.

Luego lo hicieron cargar su cruz encima de su asma

y lo crucificaron con ráfagas de M-2

y le cortaron la cabeza y las manos

y quemaron todo lo demás para que la ceniza

desapareciera con el viento

En vista de lo cual no le ha quedado al Che otro camino

que el de resucitar

y quedarse a la izquierda de los hombres

exigiéndoles que apresuren el paso

por los siglos de los siglos

Amén.

En 1984, la editorial Solidarity Publications realizó una edición en Estados Unidos, que se encuentra digitalizada y puede descargarse acá.


Con motivo de la conmemoración de los 50 años del asesinato del poeta, la editorial La Fogata acaba de publicar el poemario inédito El amor me cae más mal que la primavera, que fue presentado en Bogotá y próximamente se presentará en Cali y en Medellín. Más información sobre el libro, acá.

 

 

Autor

Articulista y editor. Colabora con distintas publicaciones latinoamericanas. www.pablosolana.blogspot.com