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¡Maricas y trabajadores del mundo, uníos!

Casi cualquiera reconoce la importancia que tiene el primero de mayo para el movimiento obrero a nivel global. Lo que es menos conocido, quizás, es la impronta que el movimiento de diversidad sexual ha dejado en la conmemoración de este icónico día. Frente a la soledad y la marginación, la solidaridad se convierte en un arma de combate.*

Afirmamos que nuestra lucha confluye con la del movimiento obrero por su emancipación, y este era el sentido de nuestra presencia en el primero de mayo en París en la marcha obrera. Consideramos que nuestra lucha en tanto que militantes homosexuales es una parte de nuestra lucha global por un cambio de sociedad.
–Carta abierta del Movimiento Homosexual Francés a los partidos de izquierda.**

Las conmemoraciones del primero de mayo son consideradas unas de las manifestaciones públicas más masivas en el mundo. La fuerza de les trabajadores es, aún en pleno siglo XXI y en contra de toda crítica neoliberal, uno de los más importantes factores de movilización social. Y cada primero de mayo aquella lucha por la dignidad aún convoca a millones de personas que creen en un mundo más justo.

Sin embargo, desconocido para mucha gente, el primero de mayo representa un momento especial para el movimiento de la diversidad sexual. En la segunda mitad del siglo XX, cuando emergió la vertiente radical del movimiento de liberación homosexual o gay, las diferentes organizaciones se encontraron en un hostil escenario político. Aunque se inspiraron en los ideales de la nueva izquierda a través de las experiencias de mayo de 68 y de los disturbios de Stonewall del 69, el movimiento de diversidad sexual tuvo que combatir ideas profundamente conservadoras sobre la sexualidad que anidaban incluso en quienes esperaban llamar compañeros de lucha. Para enfrentarse a la aparente soledad y marginalización a la que se le estaba condenando, incluyendo desde la izquierda que en muchos lugares probó ser conservadora, el movimiento decidió volcarse hacia una estrategia poco convencional: la solidaridad.

En este proyecto de solidaridad nos encontramos con diversas y pintorescas experiencias que buscaban generar relaciones de apoyo entre diversos sectores sociales. Por un lado tenemos la experiencia del grupo británico Lesbians and Gays Support the Miners (Lesbianas y Gays Apoyan a los Mineros) que apoyó al paro minero del Reino Unido de 1984 recolectando fondos para un pueblo minero galés.1 Esta muestra de solidaridad desembocó no solo en el apoyo masivo del gremio minero en la marcha de orgullo en Londres en 1985, sino que también en el mismo año el Partido Laborista aprobó una resolución que incorporaba las reivindicaciones de diversidad sexual en su plan político gracias al voto de los mineros.

En esta búsqueda de alianzas las marchas del primero de mayo resultaron ser una oportunidad perfecta para establecer diálogos con otros sectores sociales, especialmente el trabajador. Es así como se convirtió en una suerte de tradición para el movimiento de diversidad sexual durante los ochentas salir a estas manifestaciones.

Un ejemplo particularmente importante es el de Brasil. En 1980 se realizó en São Pablo el Primer Encuentro Nacional de Organizaciones Homosexuales (ENOH). Paralelamente se venía realizando en la misma región una serie de protestas por parte de trabajadores metalúrgicos. Como muestra de apoyo, y reconociendo la injusticia que enfrentaban, medio ENOH decidió marchar el primero de mayo junto a los trabajadores en paro. Gracias a esto un sector de los trabajadores agradecidos por este apoyo presionó para que las reivindicaciones de la movilización de diversidad sexual se discutieran en la conformación del Partido de los Trabajadores, que terminará incluyéndolas en su programa político, siendo una de los primeros partidos en hacer esto en el continente.

Colombia no se queda atrás. La idea de buscar apoyo de otros sectores sociales llevó al Movimiento de Liberación Homosexual de Colombia (MLHC), organización que tenía presencia en diversas ciudades en el momento, a pensar estrategias de acercamiento al sindicalismo. Entre 1981 y 1986 salieron tanto en Medellín como en Bogotá bloques de trabajadores homosexuales (que en ese entonces incluía a hombres gays y mujeres lesbianas) a apoyar la movilización del primero mayo (ver, por ejemplo, imagen de portada). Estas acciones probaron ser fructíferas cuando en 1982 el sindicato de trabajadores de la ETB y la Asociación Distrital de Trabajadores y trabajadoras de la Educación (ADE) ayudaron al MLHC a organizar la primera marcha de orgullo del país.2 Mas aún, la ADE continuó apoyando al movimiento de diversidad sexual en su lucha contra las restricciones homofóbicas del estatuto docente vigente entonces en el país.

Estas experiencias, entre muchas otras, demuestran un espíritu de solidaridad que ha girado en torno al primero de mayo entre los movimientos de trabajadores y el de diversidad sexual. Al reconocer la interseccionalidad de las opresiones y forjar lazos al calor de la lucha, estos dos sectores encontraron formas de apoyo solidario que no solo potencializaron las reivindicaciones propias, sino que también rompieron barreras de prejuicios y violencias sistemáticas en dos mundos aparentemente opuestos, pero evidentemente cercanos.

Por ello es importante que este primero de mayo, frente a la imposibilidad de salir a marchar debido a la coyuntura, nos pensemos el papel de la solidaridad. Hoy la pandemia que vivimos está agudizando las violencias hacia la diversidad sexual: ya sea encerrando a jóvenes personas que no han salido del closet o que conviven con familias homofóbicas, o ya sea gracias a medidas violentas como la del Pico y Género en Bogotá que han afectado a la población trans y no binaria. Recordemos a los ocho de Chicago que pagaron el último precio por una jornada de trabajo digna para todes. Para ellos no hay mejor homenaje que la solidaridad, la ternura de los pueblos.

Notas

* Fotografía [de portada] del GELG marchando el primero de mayo en Bogotá. (Fuente: Ventana Gay No. 17, 1983. P.32.)
** Traducido y publicado en El Otro n.° 2 (Medellín, 1978), Pp. 9-10.
1. Magistralmente retratada en la película Pride de 2014.
2. Sobre la primera marcha se recomienda ver un trabajo propio: Felipe Caro “‘Ni enfermos, ni criminales, simplemente homosexuales.’ Las primeras conmemoraciones de los disturbios de Stone Wall en Colombia, 1978-1982.” Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 47 (2020): Pp. 201-229. En línea: https://www.academia.edu/41373121/_Ni_enfermos_ni_criminales_simplemente_homosexuales_._Las_primeras_conmemoraciones_de_los_disturbios_de_Stonewall_en_Colombia_1978-1982