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“No nos podemos quedar siendo oposición”: Una entrevista a Ana Erazo

Ana Erazo es una joven y destacada dirigente social que hoy logra llevar la voz de los movimientos populares al Concejo de Cali. Hablamos con ella acerca de su presencia en el campo político-institucional, el paro nacional, la situación del Polo Democrático Alternativo y las agendas feministas al interior de la izquierda. Una entrevista cargada de estrategia política y vocación de poder.

Nos gustaría empezar hablando de tu trayectoria personal y tu vinculación al movimiento popular.

Mi nombre es Ana Erazo, soy politóloga egresada de la Universidad del Valle con una Maestría en Estudios Urbanos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Actualmente estoy terminando una especialización en Gestión pública en la Escuela Superior de Administración Pública.

Soy dirigente de Ciudad en Movimiento desde hace dos años que se fundó, y hago parte del Congreso de los Pueblos desde hace unos 12 años. Me articulo al movimiento social desde el pre-Congreso de los Pueblos en un espacio de comunicación alternativa y popular que se llama Zona Pública. Ahí hicimos nuestra formación, y nuestra trayectoria se ha forjado en la visita a los territorios de varias partes del país, conociendo las problemáticas de las personas y las problemáticas que se han dado alrededor del proyecto neoliberal en Colombia, del ordenamiento territorial y de las luchas de los pueblos.

Desde que forjamos y construimos Ciudad en Movimiento nos hemos dado la tarea de consolidar este proyecto para construir ciudades para la vida digna. Hemos trabajado desde banderas de lucha que tienen que ver con garantías para las mujeres, ciudades ambientalmente sustentables, derecho a la vivienda, al empleo y a todo aquello que se identifica dentro del marco del derecho a la ciudad.

Esa ha sido un poco mi trayectoria en conexión con los procesos con los que he articulado y construido, y con quienes seguimos forjando ciudades para la vida digna y, en este caso, una Cali para la vida digna.

Desde el 2020 te has desempeñado como concejala de la ciudad de Cali. ¿Qué balance nos podrías ofrecer de este rol teniendo en cuenta tu trayectoria, principalmente, vinculada a los movimientos sociales?

Históricamente los movimientos sociales nos hemos dado a la tarea de forjar desde las calles la movilización para tener exigencias en el marco de la institucionalidad o de las políticas públicas que se construyen en la institucionalidad. En este entendido, nosotras como parte del movimiento social decidimos estar en escenarios institucionales con el objetivo claro de llevar nuestros mandatos populares, nuestros planes de vida y las diversas luchas de los sectores populares.

Consideramos en este momento que nuestra curul tiene tres objetivos: el primero es ser la voz de los sectores populares y de la ciudadanía en esos micrófonos; el segundo es el de partir de la institucionalidad para consolidar también el movimiento social y el movimiento urbano; y el tercero es ganar en la correlación de fuerzas que desde hace varios años está a favor de los sectores de derecha y de ultraderecha.

En ese sentido, tenemos un balance positivo pues debemos forjar también la lucha en el escenario institucional articulando con el movimiento social. Aunque también encontramos algunas falencias en la medida en que la institucionalidad sigue siendo un escenario de muy poca participación de sectores alternativos que se radicalizan en un lugar de oposición y no tanto en el propósito de ser una opción.

Necesitamos seguir ganando más espacio. Nuestra curul tiene la consigna de abrir campo en esos lugares y lograr que muchas más personas puedan llegar a los escenarios institucionales, y junto a ellos construir las políticas públicas más convenientes para la vida digna de la ciudadanía.

Ahora bien, el paro ha significado abruptos cambios en lo que venía siendo tu labor como concejala. En un principio decides hacer parte de la coalición del gobierno local encabezado por Jorge Iván Ospina, pero hoy la distancia entre el proyecto que representas y el suyo parece que no puede ser mayor. ¿Qué significó salir de la coalición de gobierno y cómo evalúas esta situación política desde la perspectiva de un proyecto alternativo?

Frente a la salida de la coalición de gobierno es necesario decir dos cosas. Lo primero es que cuando decidimos ser parte del gobierno lo hacíamos en otro contexto, e incluso identificando que con ese gobierno que se había proclamado a sí mismo como un gobierno democrático íbamos a sentar las bases para un nuevo gobierno en 2022. Sin embargo, la salida de la coalición tiene que ver con el paro, aunque ya veníamos valorando ejercicios no tan positivos por parte del gobierno. Este no es un gobierno que caracterizamos como uno que acompañe a los sectores populares o que tuviera políticas en función de los sectores populares y de la ciudadanía. Es más un gobierno que piensa en grandes proyectos y no tanto así en la ciudadanía.

No obstante, se da una ruptura completa en el marco del paro nacional porque analizamos que desde el primer día el gobierno se pone más del lado del uribismo. No hay ninguna consideración con la vulneración de los derechos humanos, por el contrario se apega al discurso de la necesidad de la fuerza pública ante el vandalismo, negando así la movilización social.

Esta curul jamás podrá estar del lado de un gobierno que vulnere los derechos de las ciudadanías, que llore más los vidrios que las vidas. En ese sentido consideramos que era clave salir del gobierno. Fue una decisión que se realizó a partir de diversos debates y escenarios de encuentro con la gente que estuvo acompañando el proceso, con la gente que hace parte de Ciudad en Movimiento y al interior de todos aquellos escenarios de discusión que se tienen para ello.

La salida no significa entonces un momento distinto del de construir como siempre ha venido construyendo la izquierda. Reconociendo que hay cosas que se podrían valorar como positivas pero son más las negativas, y en ese sentido pues tenemos que seguir proponiendo. Siempre hemos dicho que esta curul quiere ser más la opción que una oposición, y en eso hemos dado resultados como por ejemplo la construcción de los lineamientos de la política pública del agua.

En ese sentido, vamos a tener que consolidar desde un proyecto alternativo, y la situación política en este momento da para que sin distinción de lugar podamos reconstruir la ciudad y brindar las garantías para quienes hoy se encuentran en la movilización, y sobre todo para poder consolidar en estos dos años y medio una Cali mucho más enfocada en la garantía de los derechos. Yo creo que el tiempo pasa y que el gobierno local debe entender que nos encontramos en un momento en el que la ciudadanía está exigiendo vida digna y hacia allá se deben redireccionar todos los presupuestos.

Dicho esto, ¿crees que haber sido parte de esa coalición de gobierno por algo más de un año contribuyó a avanzar más rápidamente en el logro de los tres objetivos de tu curul? Más aún, ¿fue más provechoso entrar a tu periodo en el Concejo como parte de la coalición que si hubieras iniciado como oposición? Esto nos remite a la vieja discusión de participar de gobiernos que podríamos denominar “de centro” trayendo agendas profundamente transformadoras que, como la tuya, emergen desde los sectores populares y el movimiento social.

Evidentemente, cuando se hace parte de una coalición de gobierno se aterrizan de mejor forma las agendas de los sujetos políticos. Y precisamente esta fue una de las razones que llevaron a que nosotros dejáramos la coalición de gobierno. Esta curul, lamentablemente, no encontró eco de sus agendas políticas en el gobierno de Jorge Iván Ospina. En muchas ocasiones tuvimos que hacer un llamado a recordar y reconocer los acuerdos entre agendas políticas. No es una agenda propia de la concejala, es una agenda que representa la voz del movimiento social y los sectores populares. Sabemos que cuando tenemos este tipo de agendas, es mucho más difícil aterrizarlas. Hubo varios momentos en que, a pesar de haber llegado a acuerdos de coalición, tuvimos que hacer llamados hacia su cumplimiento. No sentimos que hubo un cumplimiento de los acuerdos de la agenda política y esto nos lleva a salir de la coalición.

Frente al logro del Acuerdo de la política pública del agua, se atribuye a la gestión que hice, pero sobre todo al acompañamiento realizado por el Concejo de Cali con sus 21 concejales. Es importante dejar claro que el deber ser de participar de una coalición es el mejor aterrizaje de las agendas, pero en este caso no se dio.

Si hubiéramos sido oposición se nos habrían presentado muchísimas más trabas. De hecho, en este momento siendo independientes estamos teniendo muchas más trabas que cuando éramos de la coalición. A pesar de eso tenemos que seguir haciendo el ejercicio de la política. Nosotros lo que hacemos es control político a este gobierno y, en ese sentido, tenemos un mejor desarrollo en función de poder hacer ese control político.

Las agendas tenemos que aterrizarlas una vez podamos ser gobierno como partido. Ahí está la discusión que he venido planteando al partido, ¿hasta cuándo vamos a seguir siendo oposición? Necesitamos también ser una opción, y para ser una opción hay que disputar ese escenario de gobierno en la política, hay que convencerse de ello y hacerlo realidad. No nos podemos quedar siendo oposición. Hay que construir el camino para que en algún momento podamos ser gobierno como partido y, desde ahí, aterricemos nuestras agendas políticas.

Al interior del Polo se viene viviendo un proyecto de “renovación” tras la salida del MOIR que tiene como principal escenario hoy el V Congreso. ¿Cómo evalúas el papel del Polo en este contexto y, en particular, en relación con los movimientos sociales?

Frente al proyecto de renovación que hoy tiene el Polo Democrático Alternativo yo creo que es importante decir que la salida del MOIR es una salida positiva para el partido. Creo que se van las talanqueras que no permitían la unidad con los sectores de la Colombia Humana. En ese sentido, cuando sale el MOIR llegan nuevos rostros de hombres y mujeres que consideran que el partido es un escenario en el que podemos seguir fortaleciendo los ideales de izquierda.

Estos nuevos hombres y mujeres somos jóvenes y mujeres que trabajamos desde las agendas antipatriarcales y feministas, y creo que eso le está dando en este momento una fortaleza nueva al partido. Hoy, más que nunca, creo que el partido, desde sus congresistas hasta sus concejales en el territorio, ha dado muestra que es un partido que acompaña las luchas del pueblo, que hace parte de las luchas del pueblo, que defiende la vida, que defiende un proyecto de unidad en función de garantizar los derechos. Hoy más que nunca el Polo es un partido que empieza a fortalecerse, que empieza crecer, que empieza a visibilizarse, que sigue mostrando nuevos liderazgos.

Ahora bien, tendríamos que preguntarle a los líderes que están posicionados acerca de cómo se van a abrir las puertas para quienes llegamos nuevos y nuevas, cómo hacer para no seguir reproducir esas prácticas añejas e individuales de las tendencias, sino que podamos reconocer en el otro las cosas interesantes que están haciendo en el marco de la movilización y en el marco de sus espacios y curules.

Creo que es el momento de acompañarnos, de visibilizarnos y no de invisibilizarnos como suele pasar al interior del partido. Debemos acompañar las curules que se vienen gestando independientemente de las tendencias, que a veces siento que eso es en lo que no avanza el Polo.

Voy a poner el ejemplo de nuestra curul. Nuestra curul es considerada de una tendencia y por ello otras tendencias no la rodean ni la acompañan, así sea para criticarla. Creo que es importante que nos entendamos como un partido, que reconozcamos el lugar que cada uno de nosotros y nosotras viene teniendo en los Concejos y en el Congreso de la República y así podamos construir un partido que le abra espacios a las juventudes más allá de las tendencias. Quienes estamos llegando nuevos estamos construyendo desde otras formas que necesitan la experiencia de quienes hoy están liderando el partido, necesitamos renovar esos liderazgos, acompañarlos y hacer una articulación entre las nuevas y las viejas generaciones del Polo Democrático Alternativo.

Nos llama la atención lo que dices acerca de nuevas agendas feministas al interior del Polo. Sin embargo, lo cierto es que actualmente la dirección del partido, así como la bancada en el Congreso de la República está exclusivamente asumida por varones. ¿Qué acciones está emprendiendo el Polo para incorporar estas agendas más allá de la evidente necesidad de abrir espacios de participación y decisión a las mujeres y disidencias sexuales? Y, sumado a esto, ¿cómo evalúas tú la consolidación de instrumentos y espacios políticos que a nivel regional y nacional marcan nuevas formas de entender la relación entre feminismos y participación institucional? Pensamos, por ejemplo, en Estamos Listas en Medellín o en la Convención Nacional Feminista.

Lo primero que debo decir es que a pesar del mayor reconocimiento de las mujeres en el Polo, y por eso estamos constituyendo el Polo Mujeres, no ha sido fácil. No es fácil que lo que históricamente ha sido un sistema patriarcal, incluso en la izquierda y en el partido, sea irrumpido simplemente porque nosotras lo estamos planteando. Ha sido una disputa también por parte de nosotras como mujeres. Lo que estamos haciendo es crear escuela, generar espacios de formación política en —esta palabra es muy trillada, pero es así — el empoderamiento de las mujeres en la política.

Y lo estamos logrando desde el Polo Mujeres. No desde el Polo, sino desde el Polo Mujeres junto a mujeres feministas muy capaces, que vienen desarrollando su labor desde hace varios años y que decidieron irrumpir el patriarcado también al interior del partido. Entonces estamos haciendo escuelas, se están constituyendo asambleas regionales y departamentales que nos permitan seguir consolidando Polo Mujeres en el territorio.

En cuanto a los otros instrumentos que se han venido creando en función de las agendas feministas y de las mujeres creo que hay que felicitar el trabajo de Estamos Listas. Nos han dado a nosotras como mujeres una lección del nivel de empoderamiento que puede tener el sector de las mujeres cuando decide ser un actor político-institucional. Yo lo valoro muy positivamente, Estamos Listas es un ejemplo de cómo debe hacerse el ejercicio de las mujeres en la institucionalidad.

Ahora, creo que es necesario no encasillarnos en temas única y exclusivamente feministas. Yo por ejemplo soy feminista en construcción popular y comunitaria, y creo que más allá o en articulación con el feminismo están las luchas anticapitalistas. Creo que hay que darle un sentido de continuidad a la lucha de las mujeres, no solamente contra el patriarcado sino también contra el capitalismo. En ese sentido no se pueden perder las agendas históricas del movimiento social, sino articular las agendas del movimiento social con las del movimiento feminista. Hay que entender que a ambos sistemas hay que derrotarlos y que hay que construir estas agendas en función de la garantía de los derechos plenos para los hombres y las mujeres, y poner el acento en la igualdad de los derechos de las mujeres que, como sabemos, no se cumplen.

Entonces es eso, articular la lucha feminista con la lucha histórica del movimiento social, anticapitalista, antisistémica y contra el modelo neoliberal. Y para eso estos espacios de la política institucional deben seguir aterrizando en los territorios.