Univesidades bajo S.O.Specha en Colombia: Una entrevista a Jorge Freytter-Florián
El pasado 31 de julio se entregó un informe a la JEP sobre la violencia política al interior de las universidades del país, un tema escasamente abordado en el marco del aparato institucional construído a partir de la firma de los acuerdos de paz con las FARC-EP. Los responsables de este esclarecedor trabajo recopilado en el libro Universidades bajo S.O.Specha: Represión estatal a estudiantes, profesorado y sindicalistas en Colombia (2000-2019), son investigadores de algunas universidades públicas del país y de la Asociación Jorge Adolfo Freytter Romero, esta última con sede en Bilbao, País Vasco. La siguiente es una entrevista realizada por Manuela Arango miembro del equipo de Lanzas y Letras a Jorge Freytter-Florián representante de esta asociación.
Ustedes acabaron de entregar un informe a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre un tema extrañamente abordado en los diálogos de paz: las universidades. ¿Por qué surge esta iniciativa de investigar la violencia del conflicto armado al interior de las universidades? ¿Por qué entender a la universidad como un actor más de la guerra en el país?
Lo primero es decir que el interés académico en torno a las universidades surge, de una parte, del genocidio al interior de las mismas universidades públicas; la cantidad de asesinatos a docentes sindicalizados, a estudiantes, y la persecución directa que existe por parte del Estado colombiano y de los grupos paramilitares. Trazar esta línea de investigación tuvo para nosotros un gran interés en el País Vasco. Allí hemos estado documentando y analizando la ausencia de un capítulo especial para las universidades en el marco del proceso de paz de la Habana. Para nosotros, por este motivo, es importante abrir un debate y generar incidencia política y social acerca de esta violencia que, no obstante, va más allá del contexto del conflicto armado; es decir, estas persecusiones y desapariciones se pueden rastrear desde varias décadas atrás. Es el caso de Gonzalo Bravo y de otra serie de estudiantes de las universidades públicas a nivel regional.
Adicionalmente, hay que insistir en el hecho de que la situación de derechos humanos dentro de las universidades sigue estado en alerta; vemos casos como el así llamado “Lebrija” de los estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional, un montaje judicial y una persecución directa contra ellos. También está el caso del estudiante Mateo Gutiérrez, un montaje por parte de la Fiscalía colombiana que ha tenido todo el afán de persiguirlo y judicializarlo, este es un estudiante que actualmente se encuentra en condición de exilio en Europa.
Todo esto nos ha llevado a traer esta investigación, a encontrarnos con esos relatos de muchas víctimas de las universidades públicas. Y, precisamente, cuando me refiero a víctimas incluyo al movimiento estudiantil, a los sindicatos de profesores, a los trabajadores que fueron y que siguen siendo perseguidos por parte de las fuerzas militares del Estado. Esto constituye todo un terrorismo de Estado hacia las universidades públicas, sobre todo porque en las universidades colombianas se pretende perpetuar la doctrina del enemigo interno y con eso aniquilar el pensamiento crítico, cambiarle el rumbo a universidades basadas en la investigación social y crítica. Es en este contexto que se avanza en la mercantilización de las universidades públicas al servicio de grandes corporaciones o de grandes familias adineradas de nuestro país.
Ahora bien, ¿cuáles creen ustedes que son los principales hallazgos de una investigación como la que acaban de presentar?
Podemos decir que uno de los principales hallazgos que hay en materia de memoria histórica gira alrededor de los muchos casos de estudiantes, profesores, sindicalistas que están siendo invisibilizados; es decir, no conocemos todavía el rostro de estudiantes asesinados o encarcelados, por ejemplo los del caso Andino. Además nos encontramos la situación de desgaste laboral que tienen muchos sindicatos y que a la hora de reconstruir de estos procesos, hallamos muchos sindicatos que fueron desaparecidos por la misma persecución paramilitar y por los asesinatos de los miembros de los sindicatos.
Incluso, hablando de los movimientos estudiantiles ponemos el acento en el tema del terrorismo mediático, esto es, cómo los medios de comunicación presentan los casos de estudiantes que fueron capturados, que les están haciendo montajes judiciales como grandes delincuentes o criminales; todo eso también lo denunciamos y denunciamos que va concatenado a un modelo represivo que quiere silenciar el pensamiento crítico en Colombia, que es lo que también nosotros insistimos en este texto de Universidades bajo S.O.Specha: Represión estatal a estudiantes, profesorado y sindicalistas en Colombia (2000-2019).
Digamos además que hay algo inédito en la investigación, porque en las últimas páginas del libro encontramos una relación de fichas donde se describen al profesor asesinado, al estudiante encarcelado o asesinado, cómo va cada caso judicial, de dónde era el estudiante, a qué universidad o a qué movimiento estudiantil pertenecía; entonces estamos dando una reconstrucción y estamos poniéndole cara a estos casos, porque para nosotros es importante que la sociedad y la comunidad universitaria conozcan claramente lo que está pasando en las universidades públicas colombianas.
Finalmente abordamos el tema del exilio político como una de las consecuencias de la persecución y de los hostigamientos que existen dentro de las universidades. Muchos miembros de la comunidad universitaria se encuentran en condición de exiliados políticos, ahí estamos viendo que también están siendo revictimizados por el hecho de estar en el exilio, no poder contar su verdad, no poder tener unas verdaderas garantías para poder retornar dignamente a su país.
Finalmente, ¿qué esperarían como resultado concreto de toda la documentación que entregaron a la JEP? ¿La reparación que podría emerger de una institucionalidad enmarcada en el tema del conflicto armado resolvería todos los tipos de violencia al interior de las universidades?
Bien, empezaré diciendo que la ceremonia de entrega del informe de la JEP fue muy sentida porque se develó la situación que hay dentro de las universidades. Se buscó interpelar a la JEP para que también tuviera conocimiento sobre la situación de violencia política que padecen las universidades en el país; para que considerara el contexto en el que el Gaula, el DAS, la Sijin, el ejército, las fuerzas militares en su conjunto y los cuerpos de seguridad del Estado colombiano interceptaron, persiguieron, asesinaron e hicieron toda una campaña de criminalización frente a todos esos docentes que se oponían a un modelo de universidad neoliberal y, sobre todo, a esos movimientos estudiantiles que estaban construyendo país desde adentro de las universidades.
Dejamos el informe para que la JEP pueda analizarlo, y si se considera, pueda abrir un capítulo especial sobre las universidades públicas. Yo creo que es un tema muy importante, sobre todo porque la JEP es una institución, que con todas las contradicciones que hay y todos los cuestionamientos que se tienen frente a ella, necesita avanzar y sacar a la luz toda esa cantidad de relatos frente al interés del paramilaitarismo y del Estado colombiano en entrar a las universidades. Hay que generar otro tipo de modelo de universidad en este país, que es aquello que verdaderamente está en disputa.