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¿La ciudad para quién?

La esperanza de que otro modelo de ciudad es posible, uno más humano y digno, ha convocado a miles de personas de toda Colombia alrededor de la Cumbre Nacional Popular. Conversamos con Viviana Salazar, vocera del evento, para tener más claridades acerca de lo que está sucediendo.

Desde hace algunos meses una consigna se volvió recurrente en las plazas públicas, colegios y universidades, mercados, parques y en general las calles de varias ciudades del país: ¿La ciudad para quién? Esta, más que ser una pregunta retórica que con cierta soberbia busca interpelar moralmente a quienes la leen desde su ciudad, sitúa un interrogante necesario y ético sobre el presente.

Ha sido a partir de esta cuestión que varios diálogos regionales fueron convocados desde distintos sectores populares de todo el país. Desde junio del presente año, cada sector, con sus particulares urgencias, adelantó discusiones acerca de las múltiples situaciones que les conciernen y convocan, todos guiados por la certeza de que es únicamente con la convergencia y el diálogo que se puede articular una respuesta real a las causas que producen su desasosiego.

En Medellín, por ejemplo, una de las mesas principales fue la de la pregunta por las economías que, lejos de corresponder con las dinámicas patronales y de salario, se incrustan en circuitos autoorganizados que se disputan el espacio público como territorio para la reproducción de la vida. O Pamplona, en donde se asumió la densa discusión del repertorio estratégico capaz de propiciar un desmonte del paramilitarismo y sus variopintas expresiones urbanas. O Bogotá, en donde la consigna que mandó la parada fue la de la pregunta por las juventudes y su rol en la construcción del derecho a la ciudad y las formas de habitarla. Estas tres experiencias son solo la mención de algunas que se sostuvieron en 15 de las ciudades que convocaron a la discusión. 

Luego de construir los insumos necesarios durante tres meses, a partir de mesas de diálogo, foros y conversatorios, este 27 de septiembre y hasta el 29 del mismo mes, la Universidad Pedagógica Nacional en la ciudad de Bogotá, se convierte en el albergue de más de dos mil personas que, siendo conscientes de que la transformación de la realidad está al alcance de quienes se disponen para crear formas de lograrla, se juntan con el propósito de construir una hoja de ruta que guíe el proyecto de una ciudad alternativa. Ellas y ellos, con carpas, ollas y telas, habitan y dan vida a la Cumbre Nacional Popular (CUNAP). 

Para comprender mejor este nuevo escenario convocado, sostuvimos una conversación con Viviana Salazar, miembro de la organización de la economía popular en Medellín Familia de la Calle y vocera de la delegación del Valle de Aburrá en el evento. A continuación, algunos fragmentos.

¿Qué es la Cumbre Nacional Popular? ¿Desde dónde apunta y hacia dónde se dirige?

La CUNAP es una cumbre de carácter nacional que estamos adelantando desde diferentes proyectos locales de los territorios en las diferentes ciudades convocadas. Acá nos encontramos en la ciudad de Bogotá más de 15 ciudades desde las cuales se ha venido realizando, con anterioridad, una serie de encuentros territoriales en donde hemos situado diferentes luchas, las más significativas en todos los casos de cada territorio. Por ejemplo, la lucha por la vivienda, por el medio ambiente, por el desmonte del paramilitarismo, las luchas por las economías populares. 

En mi caso, por ejemplo, que represento a las economías populares, nosotras queremos visibilizar que la gente en la calle nos estamos organizando y nos estamos articulando autónomamente, por criterio y decisión propia, por un movimiento interno que nos empuja a hacerlo. La CUNAP aparece entonces como el escenario para, aparte de hacernos escuchar, tejer lazos con las demás personas y organizaciones que en distintas locaciones del país también se están dando la misma pelea. En la Cumbre apuntamos a que todas estas luchas que nos articulan, hagan el ruido que les merecen para que el foco traspase los límites de lo regional y se convierta en interés nacional sobre el cual poder legislar. Que todo el país conozca por qué varias ciudades y sus miles de habitantes nos damos cita en este evento.

¿A qué sectores de la población recoge un escenario como la Cumbre Nacional Popular?

Acá nos encontramos una multiplicidad de sectores, desde estudiantes y trabajadores de las economías populares hasta indígenas y una extensa variedad de sindicatos urbanos. Nos encontramos también quienes damos la lucha por la vivienda y el medio ambiente, la lucha por el agua. Y propiamente desde Medellín, venimos trabajando muy fuertemente el tema del hábitat con la pregunta central: ¿La ciudad para quién? Nos convoca el tema de la gentrificación y el derecho al territorio digno. También, en este evento, se reúnen a los sectores que luchan por la niñez, entre otros. Somos varios y diferentes colectivos quienes nos movilizamos en torno a la CUNAP. 


Con los insumos construidos hasta el momento y los que están en construcción ¿La Cumbre pretende disputar directamente el ejercicio de poder y de participación política institucional? ¿Cómo se piensa la realización de la hoja de ruta resultante? 

Lo primero a destacar es que la Cumbre Nacional Popular y sus diferentes escenarios no se articulan con ningún partido político ni tiene expectativas de interactuar con dinámicas electorales. Y lo segundo, y más importante aún, es que la Cumbre pretende sentar el precedente para que desde cada región, a partir de una amplia articulación, se geste la discusión y las alternativas por las luchas de cada territorio, y que con la convergencia entre las múltiples regiones, se pueda escalar a un plano nacional nuestra propuesta de ciudad, una diferente, renovada y coherente con la defensa de la vida digna.

Sabemos que es una disputa directa con las formas tradicionales de la administración y la política, y asumimos este desafío, porque comprendemos que es en el movimiento político-social en donde reside la potencia para, organizadamente, darle rostro a las luchas invisibilizadas y eco a las voces silenciadas. De forma orgánica y participativa, el país entero sabrá que otra forma de hacer ciudad es posible, y que esa otra forma se está gestando.


Esta convocatoria se asume como una gran hazaña, no es sencilla la coordinación y articulación de 15 ciudades y más de dos mil personas. Sobre esto ¿cuáles consideras son las dificultades y los retos existentes en la realización de la Cumbre?

Dice mucho el hecho de que la convocatoria haya sido tan masiva, es evidente que hay bastante motivación desde todos los territorios, sin embargo, como lo mencionan, no ha sido nada fácil. Considero que dos de los principales retos encontrados son, primero, el de tener la facilidad de desplazarse desde sus ciudades a otra. Son muchas las compañeras y los compañeros que no pudieron viajar porque debían seguir cumpliendo con sus funciones en el territorio, no es fácil, cuando se tienen tantas obligaciones, permitirse un desplazamiento así. Sin embargo, las voces se recogen en una sola, el grueso de nuestras luchas se recogen y se visibilizan en la CUNAP. Y el segundo gran reto es el de llevar el mensaje a la mayor cantidad de personas del país, el de congregar a más y más personas para que se sumen a esta apuesta política de construcción de ciudades diferentes. El gran reto es el de hacernos un espacio para que todas las personas que luchan por esta misma causa puedan participar en su consolidación.


Atendiendo a todo lo que nos compartes, resta preguntarte ¿qué sigue tras este gran encuentro? ¿Cuál es el siguiente paso?

La gente está cansada pero, más importante aún, la gente está motivada. Esto apenas comienza. Esto es una muestra de lo que las personas organizadas logran hacer, de lo que se logra cuando existe gente dispuesta a movilizar lo que se propone. Esta es la voz levantada de las necesidades y las luchas que en los diferentes territorios estamos dando. Así, desde la Cumbre Nacional Popular, queremos que se originen muchos más espacios en otros lugares del país y que se consoliden más delegaciones a nivel nacional para que podamos seguir reuniéndonos alrededor de las luchas que nos convocan por la defensa del derecho a habitar y construir la ciudad.

Autor

Producción editorial del equipo de la Revista Lanzas y Letras. www.lanzasyletras.com