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Dime lo que ves y te diré qué piensas

Por Alexander Bacca* [Lanzas y Letras N°30]. Mass media y reproducción/disrupción de paradigmas. Se hace perentorio que sean los propios prosumidores quienes generen sus propia información, que narren su propia realidad.

“Cuídate de los Medios de Comunicación porque vas a terminar 

odiando al oprimido y amando al opresor” 

Malcom X

Introducción 

Con la masificación de la información y la comunicación a partir del nacimiento de la radio, a mediados de los años 20 del siglo pasado, los medios de comunicación han jugado un papel preponderante en la sociedad, ellos han influido en lo que el materialismo histórico ha llamado infraestructura, conformado por lo tangible, lo concreto, lo económico, es decir, la base material de la sociedad. En ese sentido, los mass media han moldeado la realidad, pero no sólo la tangible y la física, sino y fundamentalmente, la ideológica. Los mass media, le han dicho a la sociedad qué ver, qué oír, qué leer, qué pensar. Esa intromisión en la superestructura, en lo cultural e ideológico, se ha llevado a cabo, por parte de los dueños de los mass media, respondiendo a sus necesidades económicas, y del capital en general:

Los individuos que forman la clase dominante tienen también, entre otras cosas, la conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, en cuanto dominan como clase y en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo que lo hagan en toda su extensión, y, por tanto, entre otras cosas, también como pensadores, como productores de ideas, que regulan la producción y distribución de las ideas de su tiempo; y que sus ideas sean; por ello mismo, las ideas dominantes de la época (1).

En otras palabras, los dueños de los medios de comunicación hegemónicos son quienes han tenido el poder de moldear, de crear la(s) realidad(es) a su gusto y conveniencia, porque son los que brindan la información básica, elemental a través de la cual el individuo toma decisiones, dando como resultado una alienación de los sectores populares, y en muchos de los casos creándoles serios problemas de identidad con su clase social, pues al masificar el mensaje los mass media, no sólo desconocen la otredad, la diferencia, ponen en el mismo lugar de consumo a un negro con un indígena, a un oligarca con un campesino, sino que además, invisibilizan las necesidades, sentires y saberes de todos aquellos que no hacen parte o no se encuentran dentro lo estandarizado.

Lo anterior es de suma importancia, pues los mensajes emitidos por los mass media han permitido contener o ensalzar movilizaciones sociales, protestas populares o golpes de Estado; es decir, si bien es cierto que los mass media, desde que lo son, han sido usados mayormente para la reproducción del sistema mundo capitalista, también es cierto, que existen casos en los que han sido usados para  proponer otras maneras de comprender el mundo, las relaciones entre los hombres y de éstos con la naturaleza y su entorno.

Entre estos dos enfoques de uso de los mass media, la que ha prevalecido es la que reproduce el sistema mundo capitalista, al punto de usarlos como instrumentos al servicio del capital para justificar desde invasiones hasta guerras mundiales, produciendo lo que hoy conocemos como la guerra de cuarta generación, cuyo objetivo es básicamente controlar las mentes de las personas, teniendo como escenario de combate y máquinas de guerra, los mass media.

Este tipo de guerra, surgió en 1989 cuando William Lind y cuatro oficiales del Ejército y del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, titularon un documento: “El rostro cambiante de la guerra: hacia la cuarta generación.” Si bien en sus primeros tramos de la década del noventa la teoría no fue precisada ni se expresó claramente qué se entiende por 4GW, el concepto luego fue asociado a la Guerra Asimétrica, que hace referencia a conflictos de baja intensidad, y a la “Guerra Contraterrorista”, que sitúa como eje estratégico de disputa la guerra contra un enemigo universal, invisible, diseminado por todo el planeta: el terrorismo.

Daniel Martínez, destaca la propaganda como instrumento central de las guerras de cuarta generación:

Los mensajes emitidos por los medios de comunicación serán un factor determinante para influir en la opinión pública, tanto en el ámbito doméstico como en el internacional, por lo que la propaganda llegará a constituir el arma estratégica y operacional dominante en este tipo de guerras. Las acciones tácticas tendrán como objetivo la cultura del enemigo. Predisponen a las poblaciones en contra de sus gobiernos. Ello permitirá a un pequeño número de combatientes atacar, y causar gran daño a elementos importantes de naturaleza civil, en la “retaguardia” enemiga (2). (Martínez, 2014, 156)

La teoría de guerra de cuarta generación viene operando desde finales de los 80, con variantes en las tácticas pero con la misma estrategia, someter la voluntad de naciones a los intereses de los poderosos que hoy por hoy, no son los Estados-Nación sino las Multinacionales-Corporaciones.

Es en ese contexto, que la mayoría de los pueblos, y algunos gobiernos, de la región sur del continente han venido, durante las dos últimas décadas, proponiendo otro mundo posible.

Mass media, construcción de realidades y descolonización del pensamiento crítico

“La transformación empieza por la autotransformación” 

Boaventura de Sousa Santos

Todo conocimiento, fundamentando en el positivismo o no, tiene una clara postura política; es decir, no es neutral, lo que significa que tiene una intencionalidad, en todos los casos es hacer de una información/conocimiento algo verdadero, lo que no significa que lo sea. Lo anterior es relevante si queremos reflexionar acerca de cómo los Mass media hegemónicos, a través de los mensajes, información, estructuras y narrativas, construyen y reproducen materialidades, realidades, en la mayoría de los casos de desconocimiento de lo diferente, de estandarización de comportamientos y de percepciones de la realidad; Así mismo, terminan contribuyendo en la creación de imaginarios colectivos que a la larga impulsan, o atrancan, procesos de reproducción político-ideológica del sistema mundo capitalista.

Para los medios de comunicación hegemónicos, la premisa anterior es fundante, en la medida en que sus percepciones de realidad, las que trasmiten, devienen de quienes deciden y controlan dichos mensajes; es decir, de sus dueños.

Latinoamérica, concentración de los medios y diversidad

Con la concentración(3) de los medios de comunicación en pocas manos se ponen en riesgo aspectos fundamentales de las sociedades democráticas, incluyendo la diversidad y la diferencia, condiciones sine qua non en cualquier sociedad que se precie de ser democrática. Sin embargo, esta es una situación que poco o nada interesa discutir a los gobiernos y grupos económicos mediáticos, como dice Matterlat(4):

Los grandes grupos de comunicación (…) no tienen muchas ganas de que la cuestión de la diversidad se trate públicamente en el espacio mediático. Porque abordarlo implica debatir el tema de la censura económica en el contexto de la concentración y el auge del capital financiero en su campo de actividades. Los gobiernos autoritarios, por su parte, son poco propensos a responder de su régimen de censura permanente. (Matterlat, 2005, 177)

Al anular la diversidad, los mass media hegemónicos y sus dueños se aseguran de no tener que producir mensajes y contenidos diferentes para cada una de sus audiencias,  lo que implica menos gastos y más ganancias. El sector de las infocumunicaciones, donde se inscriben los mass media, facturan miles de millones de dólares al año “los países que en el año 2000 facturaban más de 10.000 millones de dólares eran Brasil, México y Argentina. En una zona intermedia se ubican los que facturan entre 1.000 y 10.000 millones, como Venezuela, Colombia, Chile, Perú y Uruguay”. (Becerra y Mastrini, 2007, 23) (5)

Además de la diversidad, -cultural, ideológica y social-, la concentración de medios afecta directamente la libertad de expresión, un tema bastante sensible en una región que ha sufrido sendas dictaduras, tanto militares como civiles, que han menguado, excluido y anulado los grupos y/o movimientos sociales que no son cercanos a la ideología de los gobiernos de turno y que han usado los mass media como un arma ideológica para perseguir, señalar y enjuiciar a sus contrarios. En ese sentido, los mass media han servido también como soporte y estrategia de una guerra silenciosa, avasalladora y contundente de parte de los grupos empresariales mediáticos y los regímenes imperantes.

El caso colombiano

En Colombia, Luis Carlos Sarmiento Angulo, Carlos Ardila Lulle y Alejandro Santodomingo controlan el 57 % de la televisión, radio e internet, lo que significa, en términos generales que 3 personas, o grupos empresariales, deciden qué leen, escuchan y ven 50 millones de personas.

En el país, también hace presencia el grupo empresarial Prisa que posee a Prisa Radio, que es el grupo de radiodifusión en lengua española más grande del mundo y que en Colombia es propietario de la Cadena Caracol que cuenta con 8 sistemas de radio entre radio hablada y musical; además,  si se considera el volumen de su negocio, Prisa es el principal grupo de comunicaciones de España.

Como si fuera poco, de éstos conglomerados: la Organización Luís Carlos Sarmiento Angulo, Organización Ardila Lulle, Organización Radial Olímpica y Valorem tienen empresas en muchos otros sectores de la economía diferentes a la comunicación, -como el sector bancario, el de la construcción, el hotelero, el de los hidrocarburos-, es decir, han diversificado su capital, lo que nos plantea una reflexión, un tanto obvia pero necesaria, si ellos controlan más del 50% de los mass media de un país, pero además tienen intereses en otros sectores de la economía, que pueden verse afectados si se emite información contraproducente a sus intereses, ¿será que usarán sus medios de comunicación para construir y emitir la información que los favorezca?

Descolonización del pensamiento critico

Hasta aquí pareciera que no hay nada que hacer frente al poder de los mass media hegemónicos, facturan miles de millones de dólares al año, están concentrados en pocas manos que a su vez tienen intereses en el sector financiero y otros sectores fundamentales para la economía y la sociedad, lo que los convierte en actores poderosos y, como si fuera poco, bombardean a sus audiencias diaria y constantemente con información que a ellos les favorece; y aunque el panorama no es el mejor, desde mediados de los años 70 han surgido una serie de propuestas comunicativas, de otras maneras de hacer comunicación, que han trastocado los intereses de los medios, se trata de la comunicación comunitaria, alternativa y el periodismo ciudadano.

El tipo de comunicación/información que éstos enfoques comunicativos sustentan, tiene como fundamento el “que no ha tenido voz”, es decir, la comunidad marginada, el individuo excluido, los hechos que siendo importantes para una comunidad, los mass media hegemónicos invisibilizan y niegan; son múltiples los casos que ilustran esta situación, basta recordar el paro campesino sucedido en el 2013 en Colombia que fue abiertamente ignorado por los medios dominantes o el golpe de Estado a Hugo Chávez Frías, en Venezuela durante el 2002, evento que gracias a los medios de comunicación comunitarios y alternativos se pudo informar oportunamente al pueblo venezolano tal como estaba ocurriendo.

Al igual que el periodismo ciudadano, la comunicación comunitaria, alternativa y popular tiene de común denominador el ser y hacer un tipo de comunicación alterativa, diferente a la dominante; su injerencia en los procesos políticos con fines democráticos y su decidida voluntad de participar en los cambios sociales, son algunas de estas marcas que le permiten emerger cual espiral, desde lo popular, como respuesta a las formas dominantes de comunicación producto del capitalismo. Es precisamente aquí donde este tipo de comunicación cobra vigencia para descolonizar el pensamiento crítico, en el sentido de poder crear y recrear elementos culturales, políticos e ideológicos sustentados en la equidad, el respeto, la diferencia, la democracia real donde el “extraño se haga familiar, el remoto se haga próximo, la lucha ajena se haga lucha propia.”(6) (Santos, 2014)

Guerra ideológica, guerra de cuarta generación

En el escenario anterior de creación  de nuevos escenarios de comunicación donde se potencia el poder de las comunidades, ha jugado un papel preponderante las Nuevas Tecnologías de Información y la Comunicación (TIC) , en particular la internet, pues ha permitido que exista una proliferación de escenarios comunicativos donde en general las personas pueden, no solo consumir sino producir mensajes, información, crear actos comunicativos; en otras palabras, pasar de ser consumidores a ser prosumidores.

Hoy el paradigma comunicacional ha cambiado radicalmente, las nuevas tecnologías están permitiendo, de una manera nunca antes vista en la historia de la humanidad, crear y difundir información de manera rápida, oportuna y personalizada. Las pantallas se han tomado cada rincón de nuestras vidas, han convertido hechos privados en acontecimientos públicos, hoy cada espacio que habitemos, público o privado, hacen presencia las pantallas que sirven no sólo para consumir y producir información sino también para vigilar y ser vigilados.

El factor tecnocomunicativo es hoy una referencia permanente tanto en las crecientes necesidades de movilidad y actuación rápida de las fuerzas aéreas y terrestres, como en la gestión de los datos de estrategia e intervención, la ramificación descentralizada de las fuerzas de contingencia, la coordinación operativa de las diferentes divisiones del ejército y, por supuesto, el control de los sistemas de información y decisión, concentrando el mando militar las acciones políticas, diplomáticas y civiles por mediación de las diversas formas de control de la opinión pública y de manipulación de la información de actualidad. Como marco doctrinario de pensamiento y estrategia militar, la noción de guerra informativa – también llamada guerra digital – comprende la reelaboración global de la doctrina y los programas de investigación y desarrollo del ejército, en la consecución de los objetivos y la aplicación de los medios tecnológicos de organización y actuación militar de la fuerza del siglo XXI. (Sierra, 2000, 1) (7)

Bajo dicha doctrina militar, los campos de batalla se trasladaron de los escenarios húmedos de las selvas o calurosos de los desiertos, a los insondables territorios de la mente humana, que es precisamente donde se forma, o deforma, el mundo en el que vivimos en el sentido que la información/conocimiento que recibimos de los mass media hegemónicos nos crean necesidades y percepciones del mundo, que dependiendo de la credulidad que tengamos de ellos, afecta en mayor o menor medida nuestras cotidianidades; o quién puede negar, que según las encuestas que se difunden por dichos medios, Colombia es uno de los países más feliz del mundo, o que el Castro-Chavismo se tomó la casa de Nariño con Juan Manuel Santos a su cabeza, o que el expresidente, y ahora senador de la república, Álvaro Uribe Vélez un hombre de clara procedencia narcotraficante y paramilitar, no es el Gran colombiano. Los anteriores sólo para mencionar unos cuantos ejemplos del poder que tienen los mass media hegemónicos en cómo percibimos la realidad, porque si bien es cierto no todos creemos los ejemplos anteriores, también es verdad, que un alto porcentaje de colombianos si los cree.

Creación de agendas periodísticas propias

Teniendo como escenario el panorama antes descrito, donde la falta de participación real de la sociedad en la construcción de ciudad, constituye uno de los problemas más significativos a la hora de generar un empoderamiento y cambio real de las prácticas políticas y sociales. Sumado a la invisibilización, de parte de los mass media hegemónicos que no han sabido interpretar y poner en sus agendas mediáticas las necesidades de las gentes de la región, y que hoy por hoy, gracias a las herramientas de la web han dejado de ser meros consumidores pasivos de información y han empezado a tener las posibilidad de generar/producir sus propios contenidos comunicativos/informativos, se hace perentorio que sean los propios prosumidores quienes generen sus propia información, que narren su propia realidad.

– – –

* El autor es profesor de la Universidad Surcolombiana de Neiva, Master en Periodismo Digital y Doctorando en Comunicación de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.

Notas

  1. Marx, C. y Engels, F. (1845). Primer Capítulo de La Ideología Alemana en Feuerbach. Oposición entre las concepciones materialista e idealista.
  2. Vega Cantor, R. y Martín Novoa, F (2014). Colombia un eslabón geoestratégico de los Estados Unidos y el imperialismo contemporáneo. Colección contexto latinoamericano. Editoriales Ocean Sur e Izquierda Viva.
  3. El proceso de concentración de la producción implica que cada vez menos capitalistas controlen más medios de producción y fuerza de trabajo, produzcan más mercancías y eleven la tasa de ganancia. Este aumento de la dimensión de las empresas genera barreras de entrada para las inversiones de nuevos capitalistas y determina un segundo aspecto del proceso: la centralización del capital, cuando deja de operar la movilidad del capital, que es propia de la etapa concurrencial. ( Becerra y Mastrini, 2007, 21)
  4. Matterlat, Armand /2005), Diversidad cultural y mundialización, Paidós, Barcelona.
  5. Becerra, M. y Mastrini, G. (2007), “Presente y tendencias de la concentración de medios en América Latina”. Consultado en 19.12.2015, en http://www.ehu.eus/zer/eu/hemeroteka/gaia/Presente-ytendencias-de-la-concentracin-de-medios-en-AmricaLatina/307
  6. ProyectoECOS. (2014). Boaventura de Sousa Santos: Descolonización del pensamiento crítico. [Video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=ZnMYIDNOJEo
  7. Sierra Caballero, F. (2000). Guerra informativa y sociedad televigilada: el discurso de la nueva doctrina de seguridad pública. Consultado en 19.12.2015, en https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/25079

Referencias Bibliográficas

  • Becerra, M. y Mastrini, G. (2007), “Presente y tendencias de la concentración de medios en América Latina”. Consultado en 19.12.2015, en http://www.ehu.eus/zer/eu/hemeroteka/gaia/Presente-ytendencias-de-la-concentracin-de-medios-en-AmricaLatina/307
  • Marx, C. y Engels, F. (1845). Primer Capítulo de La Ideología Alemana en Feuerbach. Oposición entre las concepciones materialista e idealista.
  • Matterlat, Armand (2005). Diversidad cultural y mundialización. Paidós, Barcelona.
  • ProyectoECOS (2014). Boaventura de Sousa Santos: Descolonización del pensamiento crítico. [Video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=ZnMYIDNOJEo
  • Sierra Caballero, F. (2000). Guerra informativa y sociedad televigilada: el discurso de la nueva doctrina de seguridad pública. Consultado en 19.12.2015, en https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/25079
  • Vega Cantor, R. y Martín Novoa, F (2014). Colombia un eslabón geoestratégico de los Estados Unidos y el imperialismo contemporáneo. Colección contexto latinoamericano. Editoriales Ocean Sur e Izquierda Viva.