Verdad, justicia y reparación sí son posibles si se las lucha: El caso de Jorge Freytter Romero
Se cumplen 19 años de la desaparición, tortura y fusilamiento del líder sindicalista Jorge Freytter Romero ideado y ejecutado por el matrimonio perverso entre policía, ejército y paramilitares. Diecinueve años de búsqueda de la verdad, justicia y reparación para él y su familia, que se han convertido también en la lucha de miles de perseguidos políticos que viven en el exilio ¿Qué lecciones deja este trasegar para quienes, como Jorge, piden justicia? Aquí unas palabras de Alberto Pinzón. [Foto de portada: familia del profesor sindicalista Jorge Freytter Romero].
Por Alberto Pinzón Sánchez. Este 29 de agosto 2020, la familia del profesor y sindicalista Jorge Freytter Romero asesorada por el valioso Colectivo de abogados José Alvear Restrepo, llegó formalmente, mediante un documento suscrito, a una solución amistosa con el Estado colombiano para hallar Verdad, Justicia y Reparación por el secuestro, tortura, fusilamiento y despojo del cadáver de su padre el 28 de agosto de 2001 en Barranquilla, a manos de narcoparamilitares y otros agentes del Estado colombiano que actuaron de manera coordinada y conjunta para perpetrar este aborrecible crimen; el que debido a las evidencias presentadas la fiscalía colombiana debió declarar como crimen de lesa humanidad.
Asunto este que debe tener bastante preocupado al militar y exembajador de altísimo rango de apellido compuesto que tenía la comandancia y jefatura de la brigada militar con sede en Barranquilla en la fecha del crimen, pues el caso del profesor sindicalista Freytter al ser declarado de lesa humanidad no prescribe. Y debe estar preocupado de muchos otros más cometidos por los narcoparamilitares oficiales y aliados de la fuerza pública bajo su responsabilidad, como el de la Nueva Venecia en la Ciénaga de Santa Marta el 22 de noviembre de 2000, cuando fueron masacrados en estado de indefensión 50 pescadores artesanales acusados de ser guerrilleros vestidos de civil. Además, el acuerdo firmado no inhibe la continuación de las pesquisas para dar con el supremo ordenador del gasto, a lo que se le agrega que la denuncia presentada ante la Audiencia Nacional española por su hijo Jorge, exiliado en el País Vasco y con nacionalidad española, seguirá su curso.
Jorge Freytter Florián, poco después del fusilamiento (no asesinato) de su padre, fue amenazado de muerte por los perpetradores y debió exiliarse en el País Vasco donde fue bien acogido, iniciando una infatigable y permanente tarea de lograr verdad, justicia y reparación sobre este crimen, extensible a los miles y miles de muertos y desaparecidos individualmente (gota a gota o en masacres) por los agentes del Estado y sus narcoparamilitares oficiales durante el conflicto social y armado que aún sufre Colombia. Y para tal fin, reunido con varios otros colombianos exiliados en Europa, organizó la“Constituyente de Exiliados perseguidos por el Estado colombiano”, así como apoyó los actos de solidaridad y las denuncias jurídicas y públicas presentadas por las víctimas de tales crímenes estatales.
Por ejemplo, logró coordinar con el reconocido sociólogo Miguel Ángel Beltrán y la periodista María Ruiz Aranguren, un importante y valioso informe sobre la violencia contra las universidades públicas, titulado Universidades Públicas Bajo SOSpecha, extenso documento presentado públicamente en julio de 2019 y entregado de manera formal a la Justicia Especial para la Paz (JEP), donde se compila la mayoría de crímenes ocurridos entre los años 2000 y 2019, y demuestra la represión generalizada al interior de los campus universitarios del país como parte de una estrategia sistemática de represión, copamiento, toma y control de las universidades públicas por parte de los paramilitares oficiales. Esta fue una estrategia de dominación que se venía implementado en el país desde inicios del conflicto interno, y que en el caso de la Universidad del Atlántico desde 1998, por medio del grupo del grupo clandestino denominado “Red Cóndor”, un engendro terrorífico de la inteligencia del Gaula, el DAS y del Ejército, que trabajaba en conjunto con los paramilitares según confirmó el columnista Yohir Akerman.
Entonces, la experiencia práctica que nos deja el caso del crimen de lesa humanidad cometido por el Estado colombiano contra el profesor sindicalista Jorge Freytter Romero, es de que sí se puede lograr verdad, justicia y reparación por parte del Estado que cometió el crimen. Primero, si se toma seriamente como un objetivo político prioritario y de largo plazo, no solo de denuncia pública, sino de acciones concretas. Segundo, si esas acciones concretas abarcan un abanico amplio donde cabe la utilización de todas las formas posibles de acción organizada. Y tercero, si se cuenta con una organización con la suficiente voluntad y la suficiente claridad para orientar dichas acciones durante todo el tiempo que sea necesario y sin desfallecer ante la primera amenaza. Es claro que sí se puede.