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Palestina ganó La Vuelta

En los últimos días el mundo se estremeció al conocer la noticia del secuestro de lxs tripulantes de la Flotilla Global Sumud, embarcación que tenía por objetivo llevar ayuda humanitaria a las personas que están resistiendo en Gaza. Fue esta la muestra de que Israel no considera ningún marco legal ni social más que el suyo propio para hacerse con sus atroces caprichos. Ante la incesante ofensiva israelí, ha de continuar la movilización mundial en su denuncia y, sobre todo, la acérrima defensa de la vida de los pueblos oprimidos. Una breve nota de los sucesos ocurridos en La Vuelta a España a cargo de Santiago Figueroa.

Hace algunas semanas finalizó la 80° edición de La Vuelta a España —con la que se cierra la historia de las tres grandes este año—, una que destacó por la comedida arremetida de los corredores colombianos, la primera victoria de Jonas Vingegaard en el evento, el millonario y misterioso robo de las bicicletas del equipo Visma-Lease a Bike y, sobre todo, el desacollado protagonismo de las manifestaciones en oposición a Israel por el cruento genocidio cometido contra el pueblo palestino.

Si bien durante los últimos años en las transmisiones televisadas de las Grandes Vueltas se vieron apariciones de mensajes en apoyo a Palestina —desde la enarbolación de su bandera hasta consigas rayadas en el asfalto sobre el que los corredores ruedan—, sin duda alguna, ha sido en la reciente edición de la Vuelta a España en donde el mensaje y la acción fueron las protagonistas. Todo se remonta a la etapa 5° celebrada en Figuras, municipio de la provincia de Gerona en la comunidad autónoma de Cataluña, en donde por equipos se disputó una jornada contrarreloj, sobre un terreno parcialmente llano con apenas 86 metros de desnivel positivo y un total de 24 kilómetros de recorrido.

La dinámica es sencilla: cada equipo conformado por ocho corredores sale de la línea de partida cada cuatro minutos, el objetivo en la etapa es completar el recorrido en el menor tiempo posible. Si bien el cronómetro marca el tiempo del cuarto corredor en cruzar la línea de meta, es fundamental que el grueso del equipo finalice el trayecto con el menor tiempo pedaleado.

A las 10:37 de la mañana, hora colombiana, salió el primer equipo, todo con normalidad, nada más allá de una avería mecánica y temperaturas cercanas a los 30°. El resto de equipos hicieron lo correspondiente y la jornada transcurrió con aparente sosiego, hasta que desde la cámara aérea que va en el helicóptero que acompaña la carrera pudimos observar que, sobre el kilómetro 15, un grupo de aproximadamente nueve personas se posaban inamovibles sobre la mitad del circuito. A quienes veíamos la etapa en vivo nos tomó por sorpresa y las dudas no demoraron en sobrevenir ¿por qué un grupo de personas decide formar una barricada humana en la mitad de un recorrido en donde motos y bicicletas están próximas a pasar con velocidades cercanas a los 60 km/h? Bastó con un breve acercamiento de cámara para observar que, no eran personas aleatorias, era un grupo de manifestantes que, con pancartas, chapolas y banderas, cortaban la vía en apoyo a la resistencia Palestina y denunciando, a su vez, la participación del equipo Israel Premier-Tech, a propósito de su paso por el segmento bloqueado. La seguridad del evento no tardó en romper la barricada humana y la policía llevó presxs a lxs manifestantes.

No lo sabíamos, pero lo que se nos presentó como una osadía aislada de algunas personas en una jornada deportiva particular, sería el evento que desencadenaría la motivación enardecida de los subsecuentes boicots y salidas públicas en rechazo a la participación del equipo israelí en la competencia, y con esto, la obstinada denuncia al genocidio que ocurre en territorio palestino a manos del sionismo e Israel.

Israel Premier-Tech es un equipo de ciclismo que compite profesionalmente desde el 2015, su dueño, Sylvan Adams, es un empresario canadiense-israelí, autoproclamado “embajador del país hebreo”[1], sionista y amigo íntimo de Benjamín Netanyahu. Quien en múltiples declaraciones públicas se ha pronunciado a favor del genocidio en Gaza augurando la defensa del pueblo judío y la batalla contra el antisemitismo del que, según Adams, él y sus cercanos han sido víctimas. Asimismo, ha manifestado públicamente que su objetivo con Israel Premier-Tech es “enseñarle al mundo la verdadera imagen de Israel, la cual ha sido tergiversada por los medios”[2]. Nada más cínico, merluzo y simplón que un burgués abiertamente fascista haciendo uso de su riqueza acumulada para comprar y pagar cuanto instrumento tenga al alcance con el fin de lavarle la cara al país al que idolatra por los crímenes cometidos y, de paso, con el mismo chorro de agua, lavarse sus manos.

Como se presenció en el resto de etapas, el imperativo fue el de las aglomeraciones de manifestantes en determinados segmentos de los recorridos, un crecimiento maravillosa e impresionantemente exponencial de banderas de Palestina en los primeros planos de lo televisado y algunas acciones de bloqueo fructíferas y otras tantas reprimidas por la organización y la policía. Lo que aquella tarde del miércoles 27 de agosto se nos presentó como fruto del coraje de nueve personas en Figuras, resultó engendrar una multitudinaria y masiva organización que plantaría cara, no solo a la participación del Israel Premier-Tech en La Vuelta, sino al genocidio y sus diferentes legitimaciones en su completud.  Tres etapas recortadas, una cancelada, la imposibilidad de que la premiación se efectuara, pero, sobre todo, el protagonismo antifascista y su apoyo a Palestina, fueron el resultado de los repertorios de movilización que durante más de dos semanas se negaron a cesar siquiera los días en los que no se celebraron etapas.

La crítica y el rechazo mediático, como era de esperarse, no tardaron en sobreponerse en una gran cantidad de los titulares de medios tradicionales, no solo españoles, sino del grueso de los hispanohablantes, los colombianos incluidos. Pulularon sentencias del tipo “Vergüenza en La Vuelta”[3], “Desafortunados episodios”[4] o “La vida de los ciclistas en peligro”[5], y con esto, los comentarios de los internautas y de los periodistas de la prensa más farandulera, comentaban que quienes corrían en el evento nada tenían que ver con lo que se reclamaba, que eran deportistas haciendo su trabajo, que al no existir sanciones por parte de un órgano internacional no era justo que se le negara la posibilidad al equipo israelí de participar en el evento o la que con bombos y platillos fue la más reiterada: no hay que mezclar al deporte con la política.

De ser acertada esta última aseveración, habrían de existir regulaciones que prohíban, por ejemplo, el pago de miles de euros por parte de administraciones para que las etapas pasen por determinadas municipalidades sobre tramos específicos que, a partir de su elaborado encuadre televisivo, resulten como atractivo y cebo para los turistas que descriteriadamente irán a gastar allí sus fortunas. O, se tendrían que prohibir las apariciones públicas de políticos y políticas elegidas por elección popular en las pasarelas y lugares privilegiados del evento, como fue el caso de Isabel Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, a quien se le dio más protagonismo televisivo estando en el carro de la organización de La Vuelta, que a los mismos corredores que disputaban sus etapas. Y con más ahínco, equipos como el Israel Premier-Tech no deberían existir, dado que, lejos de su conformación ser precedida por una motivación ética y deportiva, lo fue por un afán de blanqueamiento criminal, un espíritu de impunidad y una intención de demostrar que, con el suficiente dinero y con los aliados específicos, hasta el más atroz y descarnado suceso de inhumanidad, puede calar como justificado, inevitable e incluso esperable.

La cuestión no es si mezclar al deporte con la política, irrevocablemente la conjunción existe, sino de qué forma la política puede guiar la deportividad de formas que conversen con el más alto y destacable sentimiento humano de transformación y defensa de la vida, por lo que se supone el deporte se constituye como actividad humana. La aparente división de los escenarios deportivos, artísticos y culturales respecto de la vida política, acaece únicamente en las cabezas de quienes abogan por una supuesta imparcialidad en asuntos en donde el estatus corriente se ve amenazado y los intereses de quienes moldean la política se develan en una incómoda y parcializada desnudez.

Mientras que los medios de comunicación, los altos mandos de la organización deportiva y las figuras públicas dispararon comentarios llenos de odio, xenofobia y fascismo ante las manifestaciones sucedidas durante La Vuelta, Jonas Vingegaard, por ejemplo, el ganador de esta edición del evento y exponente contemporáneo del ciclismo mundial, para el medio danés TV2 dijo antes de comenzar la decimoquinta etapa: “La gente protesta por una razón. Es terrible lo que está pasando. Creo que quienes protestan quizás quieran expresarse y que quizás sean los medios de comunicación quienes les den la palabra. Quizás por eso lo hacen. Es una pena que esto esté sucediendo aquí, creo que muchos ciclistas lo pensamos así, pero también creo que necesitan desesperadamente ser escuchados”[6].

Salta a la vista que, aquí lo que se juega, no es la integridad de los deportistas —algunos de ellos comprenden las razones de lo sucedido—, ni la tradición de un evento octogenario, ni la ética deportiva, aquí lo que preocupa son los intereses flagelados de los privados millonarios que hacen uso de lo que es aparentemente público para moldear, de la manera más pervertida, la opinión y perspectiva que lo popular construye frente a un acontecimiento en específico, en este caso, la participación de un equipo criminal —que no es lo mismo que decir que los deportistas que venden su fuerza de trabajo para él lo sean— y la denuncia del genocidio en Palestina.

Quizá sea esta la oportunidad para beber del ejemplo de lxs españolxs que se atrevieron a situar por encima de la tradición y el jolgorio, los más altos y bellos valores humanos. Quizá sea esta la señal para que masiva y mundialmente develemos que irrevocablemente el deporte es político. Quizá este haya sido el impulso que nos faltaba para llevar a todos los escenarios deportivos, artísticos y culturales, la voz de quienes claman por un alto a todas las formas de violencia que, con el acaecer de los amaneceres, les arrebatan de la forma más sanguinaria la humanidad que les pertenece.

Que si el acto de atravesarse a un vehículo que va a 60km/h es pertinente o no, es algo que tácticamente se determina. Lo fundamental de las acciones sucedidas fue la plausible organización gestada de la espontaneidad de las masas, la ejemplar irreverencia que motivó a millares de personas a defender una justa y necesaria causa. Puede que el buen Vingegaard se haya estrenado como campeón en el evento, pero sin lugar a duda, en esta edición, Palestina ganó La Vuelta.


Notas

[1] https://www.rtve.es/noticias/20250916/sylvan-adams-millonario-sionista-equipo-israel-premier-tech/16730455.shtml

[2] https://www.lavozdegalicia.es/noticia/internacional/2025/09/04/sylvan-adams-embajador-israel-utiliza-ciclismo-lavar-imagen-pais/00031756986703121132633.htm

[3] https://www.elmundo.es/madrid/2025/09/15/68c7bc19e4d4d86f3c8b4579.html

[4] https://www.infobae.com/espana/2025/09/14/la-vuelta-cambia-el-recorrido-de-entrada-a-madrid-mientras-los-manifestantes-ocupan-la-gran-via-y-hay-disturbios-en-atocha

[5] https://www.noticiascaracol.com/golcaracol/ciclismo/ciclistas-en-la-vuelta-a-espana-no-aguantan-mas-si-siguen-las-protestas-dejamos-de-correr-cb20

[6] https://www.esciclismo.com/actualidad/carretera/87887.html

Autor

Producción editorial del equipo de la Revista Lanzas y Letras. www.lanzasyletras.com