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Viviendistas: un recorrido histórico por las luchas y procesos organizativos alrededor de la vivienda en Colombia

En Colombia las luchas por la vivienda digna se han mantenido desde el momento mismo en que el país comenzó a enviar masivamente el trabajo a las ciudades. Muy pocas han sido las organizaciones que se han planteado una agenda de trabajo nacional. Provivienda fue una de ellas, pero ¿qué se sabe de su historia?

La mayoría de nosotros y nosotras, en algún momento, hemos imaginado poder tener una casa, un hogar, un lugar propio donde “meter la cabeza”. Nos preguntamos cómo será, si va a estar ubicada en un barrio “bueno” o “malo”, cómo la vamos a decorar y a qué personas vamos a invitar. Sin embargo, poco pensamos sobre quiénes serán nuestros vecinos, con quiénes vamos a convivir en el día a día y cómo podríamos crear lazos con todos ellos. La vivienda es la extensión de la vida personal o familiar, pero también es un elemento más de la vida en comunidad.

Entre quienes creen que es esencial organizar su vivienda alrededor del barrio y es importante hacer parte o alentar procesos organizativos enfocados en la vivienda, existen quienes se asocian para organizar su barrio, mientras que otros se organizan para conseguir una vivienda.

En Colombia la búsqueda de una vivienda por parte de los más pobres ha sido histórica, diversa y lastimosamente fragmentada. Si bien han existido procesos organizativos que han logrado aglutinar a centenares de familias en las diferentes ciudades del país, han sido pocos los que han logrado perdurar a lo largo del tiempo; ya que, una vez conseguida la vivienda, estos procesos tienden a desaparecer.1

Actualmente no existe en el país un referente organizativo nacional de lucha por vivienda. No obstante, esto no fue siempre así: en la década de 1960 surgió Provivienda. Esta organización nació gracias de las luchas lideradas por Julio Rincón y Alfonso Barberena, quienes tuvieron como punto de ignición la ciudad de Cali. El éxito de sus acciones en algunos sectores de la ciudad alentó la lucha por la vivienda en otros puntos del país, dando nacimiento a comités Provivienda en Bogotá, Ciénaga, Valledupar e Ibagué; lo que hizo posible la creación de una organización nacional que integró diversas iniciativas y que posibilitó una mayor proyección y cobertura para quienes luchaban por una vivienda digna.

Una de las características de Provivienda fue su estrategia, basada en la obtención de los terrenos y la posterior realización de procesos de autoconstrucción. En primera instancia, aprovechaban sus conocimientos y posiciones en escenarios públicos para ganar “ejidos” o tierras comunales por medio de acciones jurídicas. Cuando no lograban este objetivo, convocaban a un número considerable de familias que se organizaban, planificaban y ejecutaban la toma del lote. Luego de un proceso de confrontación con la fuerza pública y algún escenario de negociación, lograban la adjudicación del terreno tomado. De esa manera, Provivienda logró una acogida y fortaleza de tal magnitud que consiguió la adjudicación de 500 barrios en 120 municipios.

Ante aquella creciente ola de luchas por lotes urbanos y construcción de viviendas, el Estado respondió con el lanzamiento de programas institucionales como “Hágalo por usted mismo”,2 que ofrecía auxilios económicos y materiales como cemento, ladrillos o techos, a algunas familias para que mejoraran o construyeran sus viviendas. Este programa no alcanzó las proyecciones esperadas en materia de ejecución y continuidad, motivo de ello fue el robo de los recursos y los niveles de desorganización que las comunidades tenían.

Para el caso de los asentamientos3 o nuevos barrios que empezaban a aflorar al calor de esta lucha, la comunidad creó juntas en las cuales se reconocía la labor y capacidad de líderes y lideresas comunales, posibilitando cierta autonomía frente al Estado. Para impedir el libre desarrollo de dichas juntas, el Gobierno impulsó la creación de las Juntas de Acción Comunal (JAC), en las cuales iba por delante el partido político al que se pertenecía antes que los intereses comunitarios, generando división dentro de los habitantes.

Fue así como Provivienda empezó a perder terreno. En 1986, varios de sus líderes fueron asesinados, torturados, desaparecidos y exiliados por pertenecer a la Unión Patriota (UP).4 En los años posteriores se desplegaría con gran intensidad el paramilitarismo en el país, provocando una ola de violencia y hostigamiento hacia muchas organizaciones, entre ellas Provivienda. Eso generó que el proceso comunitario que se había tejido a lo largo de varios años entrara en crisis y, posteriormente, muchos de ellos fueran desapareciendo. Esta situación, además, se expresó en amenazas contra barrios enteros que se habían conformado alrededor de la identidad política de Provivienda, fuertemente influenciada por el Partido Comunista y la UP.

Provivienda debió cambiar sus estrategias para adaptarse al contexto de violencia política del país, la nueva Constitución Política y, sobre todo, las nuevas políticas públicas de vivienda que dejaban sin muchas opciones a las organizaciones populares; reduciéndolas a meros acompañantes y dependientes de los programas subsidiados del gobierno.

A pesar de que ese no fue el final de Provivienda, hoy la organización se encuentra fuertemente debilitada: de conservar un carácter nacional y de contar con una gran influencia en varias ciudades del país, pasó a mantener unos tibios desarrollos en Cundinamarca y Tolima. Provivienda fue el referente organizativo de lucha por la vivienda más reconocido de su época, aunque no fue el único. En todo el país existieron experiencias de otras organizaciones de carácter local y regional, que en su mayoría fueron de carácter coyuntural: en el instante en que conseguían la vivienda, se disolvieron.

Ejemplo de ello, en las décadas de 1980 y 1990 se evidenció el surgimiento de organizaciones coyunturales en la ciudad de Popayán, principalmente después del terremoto de 1983, las cuales lograron sacudir a toda la ciudad y generar un eco en todo el país. Organizaciones como La Carpa, la asociación La Gaitana y la Coordinadora de Asentamientos de la Comuna 7 de Popayán, son claros referentes de lucha, movilización, confrontación y disputa con las instituciones municipales respecto a los recursos provenientes de las ayudas enviadas por el terremoto que devastó a la ciudad.

Actualmente se ha disparado el problema habitacional en varias ciudades del país. Urbanizaciones populares o los llamados asentamientos que hacen un uso “ilegal” de lotes de carácter público o privado, pululan en todas las urbes; las comunidades legitiman su accionar basadas en su condición de desplazamiento y de pobreza extrema. A dicha problemática se le suma la cantidad de familias que viven en calidad de arrendatarias, situación que al día de hoy ascienden al 44%,5 casi la mitad de la población.

Estas familias siguen a la espera de ser beneficiarias de los programas de vivienda que se renuevan o cambian dependiendo del Gobierno de turno. Acceder a ellos ya es bastante difícil, y aun así estos programas no logran subsanar la demanda de los sectores más pobres. Todo esto sin contar con que la clase media que logra acceder a vivienda se debe rendir a un endeudamiento de 10 años o más.

Especialmente en Popayán, esta situación lleva a que muchas familias que viven en extrema pobreza —ya sea en asentamientos o en arriendo— no vean posible que se resuelva su necesidad de vivienda sin un ejercicio de presión o fuerza. Por esta razón, deciden agruparse y formalizar su lucha en pequeños actos organizados comunitariamente. Los asentamientos crean sus propias formas organizativas, denominadas juntas de asentamientos, y desde allí avanzan hacia espacios de articulación para tener más fuerza en sus exigencias. Pero estos procesos no están exentos de crisis organizativas, algunos se debilitan o dejan de existir debido a que el tiempo pasa y la gente deja de creer, o, en los mejores casos, otros logran sus objetivos y mueren instantáneamente.

Sin embargo, pese a los momentos de crisis, los pobladores todavía resisten. Ejemplo de ello es la Asociación de vivienda Hogar Digno Hogar, surgida a mediados de 2016 y que agrupa a 225 familias que viven en asentamientos o en arriendo.

La mayoría de las familias tienen una procedencia social y cultural vinculada a luchas sociales y organizaciones campesinas o étnicas. Esto influye en la identidad que han venido formando y, por ende, en el carácter político de la asociación. Partiendo de principios como la movilización social y la confluencia con escenarios amplios de lucha en el departamento del Cauca, se ha ganado una negociación con el Estado para la adjudicación de dos lotes y la construcción de 450 casas para la asociación de vivienda Hogar Digno Hogar y la Asociación de Usuarios Campesinos, Municipal de Popayán (ANUC Popayán). Aunque el proyecto se encuentra en el marco del programa de vivienda que ofrece el Gobierno, la obtención de dos lotes urbanos y una disminución de los costos de las viviendas, facilitó que el endeudamiento para las familias beneficiadas fuera mínimo.

Si bien en la asociación se expresan contradicciones, debates, disensos y conflictos, se logra avanzar de manera constante, reinventando y fortaleciendo la lucha por la vivienda digna. El reto a mediano plazo es que la asociación no desaparezca una vez finalizado el proyecto y obtenidas las casas. La convicción de sus líderes y lideresas de que la lucha va más allá permite soñar con el nacimiento de un referente nacional de lucha por vivienda en Colombia.

Notas

  1. En otros países existen organizaciones nacionales que proyectan la vivienda como una de sus reivindicaciones. Ejemplo significativo es Ukamau en Chile, organización que surge en el año de 1987 y desde entonces han librado luchas contra el Estado en la disputa por autogestionar sus proyectos de vivienda, los cuales son construidos de forma democrática con los participantes del movimiento. La experiencia que han acumulado a lo largo de los años les permite entender la política de vivienda y hacia donde orientar sus luchas. Consultado en: Solana, P. (2017). Movimientos urbanos en Nuestra América: qué se proponen, cómo se organizan. Lanzas y Letras. 32: 8-12
  2. Programa social impulsado por el Gobierno para solucionar el problema de vivienda que atravesaba el país en las décadas de 1960 y1970, el cual consistía en que el Estado suministra lotes con servicios y materiales de construcción. Posteriormente en el gobierno de César Gaviria Trujillo los reemplaza por un subsidio. Consultado en: Arturo, J, (1993). Sector informal y autogestión en vivienda. Maguaré. 147-155.
  3. Los procesos de urbanización guiados por la necesidad se pueden identificar de dos tipos: a) familias o comunidades que cuentan con la titulación de un lote y realizan procesos de autoconstrucción, pero que no se encuentran en una zona geográfica destinada para la construcción de viviendas, b) familias o comunidades que invaden de manera ilegal un lote público o privado en una zona no apta para la urbanización, los cuales son conocidos como “asentamientos” o “urbanizaciones populares”.
  4. Para profundizar en la historia de Provivienda véase Naranjo, M, (2014). Provivienda: Protagonista de la colonización popular en Colombia. Historia y Memoria. 9. 89-118.
  5. Revista Dinero. (02 de 01 de 2019). Porcentaje de colombianos que viven en arriendo. Obtenido de Revista Dinero: https://www.dinero.com/pais/articulo/porcentaje-de-colombianos-que-viven-en-arriendo/248931