El fútbol femenino en Colombia está fuera de lugar
¡Domingo de fútbol femenino! En un momento en el que los estadios del mundo están frenados de cuenta del COVID-19, las jugadoras de fútbol en Colombia mantienen la pelota en la cancha y nos cuentan acerca de su situación laboral, las proyecciones de su profesión y las dificultades contra las que han bregado como mujeres en el antiguo templo de la masculinidad. Un diálogo entre Sororidad Roja, Sandra Sepúlveda y Vanessa Córdoba.
Trabajo, goce, tribunas, hobbies, pantallas, denuncias y escándalos: El fútbol femenino cada vez toma más fuerza en Colombia. Desde Sororidad Roja, barra feminista del Deportivo Independiente Medellín, estamos inquietas y hemos seguido de cerca la situación actual de las jugadoras profesionales de fútbol en Colombia. Nos preocupamos por su salud y por su reconocimiento, por su puesta en marcha del deseo de jugar en las canchas y por las condiciones laborales con las que cuentan, por sus situaciones de seguridad, de todo tipo, y por los sentimientos y emociones que genera la “pecosa” en ellas. Por esta razón, conversamos con Sandra Sepúlveda y Vanessa Córdoba, jugadoras profesionales de fútbol que hacen parte de ACOLFUTPRO y que nos retratan cuáles son las preguntas y conflictos del fútbol femenino hoy, justo cuando el balón no rueda en la mayoría de los estadios del mundo.
No es la primera vez que en Colombia se presenta un escándalo a propósito de las condiciones laborales y de reconocimiento de las jugadoras de fútbol ¿Cuál crees que es el panorama actual del fútbol femenino en el país de cara a la crisis social, económica, de salud y sanitaria producida por el COVID-19? ¿Cuáles crees que son las principales desventajas respecto al fútbol deportivo?
SS – El panorama actual del fútbol femenino se resume en que hay mucha desinformación e incertidumbre. No sabemos si habrá liga, no hay contratos, no hay salarios y tampoco competencia. Lo único que nos queda es cuidarnos y con paciencia esperar que pase la pandemia en el tiempo que se tome.
Ahora bien, las principales desventajas que tenemos como mujeres jugadoras profesionales tienen que ver con que no hay una estructura definida de nuestra liga, no hay fechas fijas de la competición, los clubes no saben qué hacer cuando se acerca la competencia y no tienen el equipo femenino conformado como un proyecto al que quieran invertirle, no somos rentables como industria porque es un torneo muy corto.
VC – Creo que la situación del fútbol femenino en estos momentos es igual a la de muchísimas industrias en el país, todos estamos a la espera de lo que va pasando en la sociedad, cómo va desarrollándose todo con relación al COVID-19 para poder reiniciar nuestra labores. De todas formas, la incertidumbre que estamos viviendo en estos momentos, se volvió una constante dentro del fútbol femenino; una constante que pensamos que había acabado, pero ahora le sumamos este nuevo factor, que nos está afectando a todos, pero que volvió a renacer dentro de nuestra profesión. Esperemos que esto no se repita, ya sea por una pandemia o, también, porque los dirigentes no se pongan de acuerdo en la continuidad y la longitud de nuestra liga.
Por otra parte, cuál creo que es la principal desventaja, yo creo que todo se resume en falta de oportunidades, más allá de la diferencia salarial y de los demás argumentos, yo creo que todo se resume en tener las oportunidades. Sé que nosotras no generamos la misma cantidad de dinero que los hombres, es porque no nos han dado la oportunidad de hacer. Una cosa es una liga que dura 10 meses y otra cosa es una liga que dura 2, donde a penas la gente se está aprendiendo los nombres de las jugadoras, nos borramos del mapa. Hoy tenemos un gran aliado, una gran herramienta, que son las redes sociales, que nos permiten estar un poco más vigentes; pero igual como futbolistas activas si es muy complejo poder crear esa conexión con el público, que a largo plazo se va volviendo atractivo para llegar a comprar una boleta, y acompañarnos en los estadios.
Ahora bien, el escándalo que se produjo a raíz de la publicación del equipo de fútbol Santa Fe frente a la cancelación de los contratos de las jugadoras del club ha desatado toda una ola de críticas y discusiones. ¿Este es el único caso de no garantías laborales o conoces más? ¿Sabes si otros equipos se han pronunciado al respecto?
SS – La realidad es que los equipos dejan para la última semana de la pretemporada para firmar los contratos, aunque hay excepciones, claro. Pero a mí me ha pasado que toda la pretemporada es sin contrato, solo con auxilio de transporte, sin seguro médico. Tienes que entrenarte sin saber si vas a llegar al torneo y que lo impida una lesión o cualquier otro contratiempo. Por esto las jugadoras elegimos los equipos que desde el principio ofrecen garantías cuando quieren que seamos parte de la plantilla profesional, pues la mayoría de los clubes tienen a las jugadoras con palabras y promesas en el aire, nada concreto.
VC – Suena un poco feo decirlo, pero la situación de Santa Fe es lo mejor dentro de lo peor. Lo que pasó con Santa Fe fue que nos abrió la puerta para poder poner en discusión, una vez más, las condiciones laborales de nosotras. Después Santa Fe salió a aclarar que no había suspensión de contratos, que sí les iban a pagar el 50%, así que pues me alegro que tengan eso; pero hay jugadoras que ni siquiera tienen algún tipo de ingreso económico, también hay jugadoras que quedaron atrapadas en las ciudades donde están los equipos, que son diferentes a sus ciudades natales y que no han podido regresar a sus casas, y donde tampoco están recibiendo un solo peso. Entonces creo que esas son situaciones más complejas que prefiero no decir equipos y nombres para protegerlas, pero, como te digo, es como lo mejor dentro de lo peor.
Y ningún otro equipo se ha pronunciado al respecto, yo creo que a los equipos les dio temor sacar algún comunicado así después de lo que pasó con Santa Fe. Y tampoco es que hallan muchos clubes que lo puedan hacer. En estos momentos solo sería América y Nacional, de resto ninguno de los clubes alcanzó a firmar contratos, muchas firmábamos la semana que entramos en cuarentena, entonces los clubes no tienen ningún tipo de obligación contractual con nosotras.
¿Por qué crees que el fútbol femenino tiene la desvaloración como profesión que presenciamos hoy en el mundo —no solo Colombia—? ¿Cuál es el conflicto con el fútbol femenino que aún no logra ser reconocido de la misma manera que el masculino?
SS – El verdadero conflicto reside en que muchas personas creen que el fútbol es un deporte de hombres y son incrédulos cuando muchos aseguran que las mujeres no brindamos espectáculo, que no llenamos estadios y que no contribuimos a la sociedad por medio del este deporte. Piensan que si jugamos es nuestro hobbie, porque hacemos varias cosas a la vez. O sea, no solo nos dedicamos 100% al fútbol profesional, sino también 100% a nuestra educación y formación académica profesional, 100% a nuestros empleos. El fútbol no suple todas nuestras necesidades económicas, somos multifuncionales y nos gusta emplear el tiempo libre para aprender algo nuevo, para especializarnos y para crecer.
VC – Sin duda alguna hay un alto grado de machismo dentro del deporte, en general, que es un gran reflejo del machismo que hay dentro de nuestra sociedad. Yo veo el fútbol como una herramienta social, porque sí nos está permitiendo cambiar tradiciones, cambiar culturas, y eso es algo que no pasa de la noche a la mañana. Y creo que por eso hemos tardado tanto como deporte en dar ese paso; sin embargo, creo que el cambio lo estamos generando de una forma más rápida de lo que creemos, solo que los frutos no los vamos a recoger de inmediato, toma tiempo. Y, de nuevo, todo se basa un poco en la cultura, en las tradiciones que muchas veces buscan cuidar, pero muchas veces nos estancan. Y las mujeres sí tenemos que enfrentar ese obstáculo de una forma un poco agresiva en el deporte, porque aparte de meternos en una industria como el deporte, la cual no era muy bien vista para la mujer, nos metemos en un deporte que es el fútbol que ha sido un templo sagrado de la masculinidad. Entonces poquito a poquito vamos a ir entrando, obviamente incomoda a mucha gente, pero cuando uno incomoda significa que está haciendo pensar a los demás, y con eso me quedo en el fútbol femenino. Está permitiendo que la sociedad avance y deje de lado el machismo, y nos estamos atreviendo a construir nuevos valores que nos permiten tener otro momento como seres humanos también.
Como lo decíamos en la primera pregunta, esta no es la primera vez que existe un escándalo en Colombia al rededor del fútbol femenino. También están las pocas condiciones que le proporcionan a los equipos en la participación de partidos internacionales y las acusaciones que el año pasado se dieron desde la selección de casos de abuso y acoso por parte de los miembros de la Federación Colombiana de Fútbol. ¿Sabes algo de esos procesos?, ¿los equipos han discutido este tipo de condiciones de seguridad en sus planteles?, ¿este es un tema que hace parte de las discusiones entre jugadoras?
SS – Sé lo mismo que se ha hecho público y también he sido testigo de alguno de los casos denunciados. Cuando se firma el contrato vienen incluidos los viáticos y otras cosas, a veces la negociación es sobre el salario y la vivienda (si vives en otra cuidad por supuesto), otras veces firmas y te vas con el salario que te proponen. Lo único que hace parte de las conversaciones sobre estos temas es quién tiene contrato y quién no.
VC – Hay varios obstáculos que enfrentamos en el fútbol femenino, y créeme que es algo que mantenemos en discusión entre todas. Intentamos buscar soluciones de la manera más efectiva, pero, como te digo en la pregunta pasada, esto es un cambio social que incluso nos incumbe a nosotras. Nosotras también estamos teniendo un cambio. Somos conscientes de que toma tiempo. Por parte de la Federación y de la dirigencia del fútbol en Colombia no ha sido óptimo el apoyo; sin embargo, ellos nos han permitido equivocarnos, nosotras ahora les damos la oportunidad de que aprendan. Entonces, ojalá cada vez tengamos más apoyos para la Selección Femenina, el año pasado volvieron los viáticos, estaban pagando los tiquetes, las condiciones mejoraron a raíz de las denuncias que hicimos; sin embargo, la selección Colombia de mayores no volvió a tener partidos después de haber quedado campeona de Panamericanos, y eso deja mucho que decir. Si bien no habíamos clasificado a los Olímpicos, que era la siguiente competencia para el fútbol femenino, se tenía que mantener un proceso pensando en Copa América y pensando en el Mundial que viene. Entonces siguen siendo muy preocupantes los procesos de Selección Colombia, chévere que les están dando ese proceso a las menores, a las Sub-17 y Sub-20 pero porque tenían competencia, vamos a ver ahora que salieron si lo van a mantener. Y bueno, finalmente eso se ve reflejado dentro de la Liga, siempre estar peleando para que haya una continuidad también es un común denominador del fútbol femenino que tiene que parar.
No obstante, entre los equipos también lo conversan. También en las instituciones, porque obviamente a los clubes no les sirve una liga de 2 meses, ellos si van a invertir quieren algo que dure y que tenga tiempo para poder crecer. Entonces los clubes también discuten bastante sobre el tema, e incluso es uno de los puntos en que los presidentes están disconformes con el manejo de la DIMAYOR, han expresado que no están contentos con cómo han manejado el fútbol femenino.
Coméntanos un poco sobre el diagnóstico y exigencias que se evidencian en el comunicado publicado por las jugadoras a través de ACOLFUTPRO.
SS – La carta es clara, las jugadoras profesionales queremos expresar el compromiso y la solidaridad con el país en estos momentos de crisis, pero también queremos compartir la situación en la que nos encontramos las jugadoras, en la cual, independiente de todo, estamos entrenando desde casa porque tenemos la esperanza de jugar la Liga profesional femenina 2020.
VC – El diagnostico por encima es muy preocupante, alarmante. Catalina Usme dijo en una entrevista hoy que para ella no sería raro que haya jugadoras que estén aguantando hambre por la situación en la que estamos. Y por lo que te comentaba, hay jugadoras que quedaron encerradas en otras ciudades sin recibir un peso, muchas renunciaron a sus trabajos “formales” por participar en la Liga, porque era un proyecto que ya estaba aprobado, entonces muchas jugadoras quedaron a la deriva; eso es por parte de las jugadoras. Mi diagnostico con la Liga es muy difícil de hacer cuando el tema de la pandemia es algo que se nos sale de las manos, dependemos de cómo vaya evolucionando todo en Colombia, los contagios y demás. La intención del comunicado es primero solidarizarnos con el país, porque, de nuevo, somos muy conscientes de la situación tan compleja que estamos viviendo y nos queremos poner a disposición para aportar nuestro granito de arena, pero también creíamos pertinente recordarle al público la situaciones laborales de las futbolistas, ya que la situación de Santa fe nos abrió las puertas para poder ponerlo en circulación nuevamente. Y obvio, como hemos dicho, siendo muy conscientes de que son muchas las industrias que están sufriendo en este momento.
Entonces, ese era el principal objetivo, aprovechar el espacio que abrió la situación de Santa Fe, pronunciarnos, pero también hay muchos problemas en el país, el mismo fútbol masculino está teniendo sus diferencias y nosotras no somos ajenas a ellas, así que por eso decidimos sacar el comunicado en conjunto, mostrando nuestra unidad.