Esta historia se desarrolla en una cárcel, aunque no lo parezca. Más exactamente, en un místico lugar renombrado pomposamente como “Territorio de sueños, siembras, saberes y esperanzas”. Tal vez de manera irónica, fue en medio de aquellas diminutas celdas donde, con una amplitud casi privilegiada, se observó de mejor forma el relato fracasado de nuestra inconclusa paz. Este relato hace parte del número 33 de la Revista Lanzas y Letras.