¡Maricas y trabajadores del mundo, uníos!
Casi cualquiera reconoce la importancia que tiene el primero de mayo para el movimiento obrero a nivel global. Lo que es menos conocido, quizás, es la impronta que el movimiento de diversidad sexual ha dejado en la conmemoración de este icónico día. Frente a la soledad y la marginación, la solidaridad se convierte en un arma de combate.*