Quince minutos fatales (mejor que no vayamos a Rusia)

Por Ernesto Carmín*. Un cuarto de hora. Eso duraron dos hechos que sucedieron el pasado jueves 5: la balacera policial que masacró a 9 campesinos, y los contragolpes paraguayos que dejaron en la cuerda floja a la selección Colombia. Entre el silenciamiento de un hecho (el realmente grave) y la magnificación del otro (el que debería ser apenas una diversión) se juega la verdadera tragedia nacional.

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