Descripción
“¿Es posible que la lucha social y la actividad legislativa caminen a la par? ¿Es posible evitar las lógicas de corrupción, y desarrollar una actividad institucional con un fuerte contenido ético? Hace años que los movimientos populares nos hacemos esas preguntas. Alberto Castilla, al cumplir su primer mandato como Senador y postularse para el segundo, propone crecer sin perder la raíz y explica que la sensibilidad social y la ética política deben estar en el centro de las acciones del parlamentario del pueblo”.