El pasado 25 de noviembre se celebró nuevamente el ‘Día internacional de la no violencia contra las mujeres’. La historia de esta conmemoración nos remonta al asesinato de las ‘Hermanas Mirabal’ que combatieron, incansablemente, contra la dictadura de Rafael Trujillo en la República Dominicana. Sin embargo, detrás de este día se contienen muchas historias de resistencia, lucha y dolor en toda América Latina y el mundo. Acá una de esas historias.
Una cámara, la lente, un par de baterías, dos cargadores. Ideas que materializo, personas que me encuentro en el camino. Un poco agotada, sí, he tenido días duros. Llega el 25 de noviembre. Me levanto, me visto, un labial rojo. Llego a la universidad, entro a mi clase sobre pensamiento crítico latinoamericano. Bombas, corazones rojos. ¿Qué celebran? ¿Por qué tantas rosas?
¿Quieres un chocolate?
– Bueno, está bien.
¿Qué celebramos?
– ¡Es tu día, mujer!
Salgo de mi clase, me preparo para ir a la plaza en donde conmemoraremos el Día de las luchas históricas de las mujeres. Un poco triste, mi clase de pensamiento crítico, mis compañeros celebran que soy mujer, es mi día. Cantamos, nos abrazamos. Pañoletas moradas, amigas y conocidas, una batucada. 3:15 p.m. Pronto llegarán más compañeras… ¿Y compañeros? 5:30 p.m. somos pocas, no importa, preparo mi antorcha, llamo a Isabel:
¿Ya vienes? ¿Le dijiste a Daniela?
Ok, estoy en la plaza, no demores, acá tengo tu pañoleta morada.
Tambores abriendo camino, mujeres con el rostro tapado, fuego y colores que abrazan el atardecer.
¡Hola, Isa!
– ¿Cómo estás?
– Te presento a Juliet.
Alisto mi lente, un poco sucio. Preparo para disparar. 1, 2, 3 ¡tgg! ¡Quedó desenfocada! De nuevo: 1, 2, 3 ¡Ahí está!
¿Vamos a comer?
– Sí, charlemos.
¿Cómo les pareció?
– ¡Hermoso! Estamos casi sin voz, la plaza estuvo temblando. Somos miles de mujeres.
– ¿Tomaste fotos, Andre?
Sí, un par.
Deberíamos crear una colectiva, ¿no?
– ¡Qué se llame las Feminazis!
Jajaja, podría ser.
10:45 p.m. llego a casa, descargo las fotos. Rostros iluminados, diversos y fuertes. ¡Mañana tengo parcial!
27 de noviembre, 6:50 a.m.
– Aló, ¿Andrea?
¿Quién habla?
– Soy la madre de Isabel, disculpa, ¿Isabel está contigo?
No, no señora. ¿Qué sucede?
– No llega desde anoche.
Se despidió de mí el 25 al bajarse del bus…
(¡Debí llamarla, preguntar si había llegado!)
– Estoy preocupada, saldré a buscarla.
Voy con usted, nos vemos en el centro.
10:30 p.m.
Llego a casa, sin razones, con muchas preguntas.
Revelo fotos. Me encuentro con Isabel gritando fuerte ¡NI UNA MENOS!
Lloro. Miro mi teléfono.
2 de diciembre.
8:30 a.m.
– Aló, Andrea.
Señora ¿cómo está? ¿Aló?
– Isabel está muerta.
¿Cómo?
– Isabel está muerta.
Salgo corriendo. Un labial rojo. Cámara, dos lentes. ¡Mierda, no tengo dinero!
Vecino, ¿por favor me presta cinco mil pesos?
– Me los devuelve cuando regrese, es para el pedido de gaseosas del fin de semana.
Señora, estoy afuera de su casa.
– Andrea, Isabel está muerta.
¿Qué sucedió? ¿Cómo?
– La violaron y la descuartizaron.
Mi corazón se desploma, mis ojos se convierten en una cascada. Mil preguntas. Me siento culpable. Debí haberla acompañado hasta su casa. ¿Quién fue? ¿Por qué? Cierto, en medio de nuestra charla me había comentado sobre su relación amorosa. Estaba pensando en terminar con él. Él no quería, nunca me comentó las razones, solo la escuché. Estabamos juntas, alegres. Fue un 25, Día internacional de la eliminación de las violencias contra las mujeres. Cifras, números, recordabamos a nuestras hermanas víctimas de feminicidios, violencia simbólica, física, económica. Isabel no está, Isabel hace parte de esas cifras.
Mi cámara, la lente, historias por retratar. Aquí están, son ellas las que me mantienen viva, rostros de mujeres que luchan por la vida digna. Gracias. Por Isabel, por Marcela, por María, por Rosa: esta es mi única arma, mi herramienta. Aquí están ustedes.
* * *
Quién

- Fotógrafa y comunicadora popular.