Primero de Mayo: un fantasma recorre el mundo en tiempos del coronavirus

La situación de pandemia actual ha modificado muchas de nuestras prácticas cotidianas, a la vez que nos ha obligado a reinventar las agendas políticas y de reivindicación. El Primero de Mayo de 2020 tal vez no se vivió en las calles, pero sigue siendo, en palabras del estudiante de Ciencia Política Juano Zuluaga, un espacio donde asumir la historia como campo de disputa. [Foto de portada: Juan Sebastián Álvarez].

En la sesión de clausura de la VI Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, desarrollada del 6 al 9 de noviembre de 2012 en la Ciudad de México, nuestro estimadísimo y admirado escritor uruguayo, Eduardo Galeano, conmemora el 1º de mayo en su intervención magistral.

Una fecha muy importante para los movimientos obreros del mundo pues se conmemora la lucha histórica, en 1886, de cientos de trabajadores por conquistar una bandera de lucha a escala internacional: los tres ocho (8 horas de trabajo, 8 horas de estudio, 8 horas de descanso). Al respecto, el 26 de abril de 2015, Eduardo Galeano recuerda que esta huelga adelantada por los obreros logró paralizar a Chicago y a otras ciudades. Estos obreros fueron diagnosticados como locos de remate por el diario Philadelphia Tribune, apelando a una tarántula universal que los motivaba a luchar no sólo por la jornada de trabajo de 8 horas, sino también por el derecho a la organización sindical. Y, añade: “Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio mamarracho. Se llamaban George Engel, Adolph Fischer, Albert Parsons y Auguste Spies; marcharon a la horca mientras el quinto condenado (Louis Ling) se había volado la cabeza en su celda”.

Y es así como gracias a estos “locos” -y a otros que en diferentes momentos históricos han sido diagnosticados como “locos” y conducidos al manicomio de las cárceles y los cementerios-, se han venido consolidando luchas importantes en términos de las reivindicaciones laborales, sociales, económicas y políticas. Gracias a estos “locos” el 1º de mayo es una fecha importante, no precisamente porque sea un día festivo, sino porque los obreros, los campesinos, los indígenas, los afros, los profesores, los estudiantes, conmemoramos en las calles la lucha heroica que tuvo lugar en 1886. En dicha fecha “los locos”, los irreverentes, los nadie, los plebeyos, los soñadores de que otros mundos son posibles, salimos con nuestras banderas, arengas y con un espíritu unitario y alzamos en alto nuestras reivindicaciones por una nueva sociedad.

No obstante, este 1º de mayo tiene una particularidad. A raíz de la pandemia del COVID-19 que hoy por hoy tiene a la población en confinamiento, sumado a la pandemia del capitalismo que a medida que va contagiando a la sociedad, se van empeorando las condiciones de vida de los diferentes sectores sociales.

Estamos en confinamiento y esto nos impide tomarnos las calles con tambores, rebeldía, arengas y banderas; sin embargo, eso no implica que no se asuma la historia como un campo en disputa. Por tanto, conmemorar sucesos imborrables como estos a pesar de que estemos en confinamiento, es una tarea ineludible de aquellos “locos” que no renunciamos al sueño de edificar una nueva sociedad.

A propósito de esto, el mismo Eduardo Galeano en sus célebres palabras de agradecimiento al obtener el Premio Stig Dagerman el 12 de septiembre de 2010, planeta que: “en Argentina las locas de la Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria”. Él estaba rememorando a otras “locas”: aquellas madres que el 30 de abril de 1997 se tomaron la Plaza de Mayo en busca de sus hijos desaparecidos, desafiando así a la dictadura militar argentina de Rafael Videla (1976-1981).

En este sentido, es clave que sigamos resistiendo, proponiendo y construyendo alternativas al statu quo, al olvido. Reivindicando diferentes sucesos históricos que se han desarrollado en diversos rincones del mundo, y que pretenden ser invisibilizados y exterminados en el marco de una estrategia de dominación. Por consiguiente, contrario a la idea de claudicar en nuestras luchas por abolir las diferentes formas de opresión, es necesario intensificar los niveles de lucha y organización y apropiarnos de aquella estrofa de la Internacional que dice:

“Arriba los pobres del mundo

en pie los esclavos sin pan

alcémonos todos al grito

¡Viva la Internacional!

Removamos todas las trabas

Que oprimen al proletario

Cambiemos al mundo de base

Hundiendo al imperio burgués”

Quién

Juano Zuluaga
Juano Zuluaga
Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Surcolombiana, director del Centro de Investigación e Inter-acción Social del Sur Colombiano (CEIINSO) e integrante de la Unidad Investigativa del Portal Independiente la Gaitana. [email protected]

VOLVER ARRIBA