Un libro saca a la luz la responsabilidad del ELN, de la empresa Ocensa y del Estado colombiano en los hechos sucedidos en el nordeste antioqueño que produjeron, hace casi 20 años, al menos 84 muertes. Será presentado el próximo 2 de noviembre en Medellín con la presencia de víctimas, el autor y Eduardo Martínez, gestor de Paz de la organización guerrillera.
El 18 de octubre de 1998, en el municipio de Machuca, Segovia, departamento de Antioquia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) atentó contra instalaciones de la empresa Ocensa, operadora del Oleoducto Central, como parte de su accionar contra las multinacionales petroleras. El atentado tuvo un desenlace inesperado: provocó un incendio que afectó a la población, causando la muerte de 84 personas.
El periodista y escritor irlandés Gearóid Ó Loingsigh vivió un tiempo en Segovia, conoció las versiones del hecho que daban los pobladores, y se volcó a investigar. El libro “Machuca”, que se presenta el 2 de noviembre en Medellín, es resultado de un trabajo riguroso que muestra otras dimensiones de la tragedia que van más allá del discurso oficial.
El libro, que será presentado por primera vez en Colombia, provocó semanas atrás un encuentro público en la Universidad Andina de Quito, Ecuador. Allí se refirieron a los hechos el autor y Pablo Beltrán, integrante del Comando Central del ELN y jefe de la delegación de Diálogos que se encuentra negociando con el gobierno en dicha ciudad.
“Hay necesidad de presentar otras explicaciones distintas a las que ha dado el Estado, que no ha escuchado ni leído a la sociedad; la empresa Ocensa nunca preparó a la comunidad para una eventualidad como la que se presentó, porque en Machuca no hay petróleo, hicieron pasar ese oleoducto cerca de un lugar poblado porque era más barato y eso es parte de las responsabilidades”, explicó el autor en Quito, en diálogo con Periferia.
Por su parte Pablo Beltrán, vocero del ELN, asumió responsabilidades: “Fue un lamentable accidente, fue un gran error, no fue deliberado… Muchas de esas familias tenían guerrilleros en nuestras filas que vivían en el pueblo”.
Las presentaciones del libro tienen entre sus objetivos poner en contacto a las víctimas del hecho y a los integrantes del ELN. Aunque, como demuestra la investigación, las responsabilidades incluyen al menos a otros actores como el Estado y la empresa, desde la organización guerrillera quieren avanzar en saldar aquellas heridas, buscando contacto directo con las familias de las personas fallecidas en aquella ocasión: “La reparación de las víctimas no es un asunto de retórica. Lo vamos hacer así el Gobierno no lo haga… En estos casos decimos: verdad toda, verdad todos”, expresó Beltrán.
La actividad en Medellín contará con la participación del autor, de familiares de las víctimas de Machuca y del ELN, a través del gestor de Paz de esa organización, Eduardo Martínez. Será la primera vez que familiares de las víctimas y un representante del ELN conversen públicamente sobre los hechos.
La presentación es convocada por la Federación Internacional de Prensa de los Pueblos (FIPU), el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (FCSSP), la Red Interuniversitaria por la Paz (RediPaz), el colectivo Kavilando y Periferia – Prensa Alternativa.
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