A pesar de que en el mundo ya se han venido dando grandes debates frente al tema del derecho a la ciudad, Colombia continúa con un retraso intencional sobre el tema. En el Foro Urbano Nacional solo se presentaron proyectos en función de un modelo de ciudad neoliberal para el llamado “posconflicto”.
El pasado 4 y 5 de agosto se llevó a cabo en la ciudad de Cali el IV Foro Urbano Nacional (FUN) convocado por ONU Hábitat y la Alcaldía de Santiago de Cali, como escenario preparatorio al Hábitat III, que se realiza cada 20 años y que sesionará en el mes de octubre de 2016 en Quito, Ecuador. El escenario también sirvió para consolidar alianzas estratégicas publico privadas para la construcción de las ciudades, ratificando la aplicación del modelo neoliberal basado en el Sistema de Ciudades del Plan Nacional de Desarrollo, demarcando la visión del gobierno en la consolidación de territorios urbanos para el llamado “postconflicto”.
Objetivos del IV Foro Urbano Nacional
Este escenario tuvo como objetivo principal preparar los insumos que el gobierno colombiano llevará como conclusiones a la Tercer Gran Conferencia de Vivienda – Hábitat III, convocado por ONU Hábitat, que tiene como propósito consolidar una “Nueva Agenda Urbana” (NAU), que contiene tres ejes principales:
- Planificación y Diseño urbano,
- Financiamiento e impulso de la economía urbana, y
- Marco legal y gobernanza.
Cabe resaltar que, por el carácter de este encuentro mundial, los ejes de trabajo giraron en torno a un gran eje central: la vivienda, o lo que ellos denominan “asentamientos humanos”.
Según ONU Hábitat, la “Nueva Agenda Urbana” construida entre los gobiernos del mundo debe basarse en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), enfocados a la consolidación de ciudades para el desarrollo que superen la pobreza y la inequidad. La Nueva Agenda Urbana (NAU) que saldrá de Quito debe definir principios rectores claros y efectivos como herramientas para el desarrollo urbano mundial, teniendo en cuenta los porcentajes de la urbanización y el rol de las ciudades en la economía, que en la mayoría de los países hoy supera el 80% de sus PIB.
Teniendo en cuenta que las ciudades son el motor de la economía y el crecimiento global, el enfoque de esta NAU estaría en ver la urbanización como una oportunidad, en donde cobra mayor importancia el rol de los gobiernos para el libre desarrollo de los modelos económicos. La NAU para la planificación de las ciudades deberá tener en cuenta el cambio climático, la paz y seguridad y la superación de la inequidad.
La agenda colombiana
Colombia ha priorizado una agenda acorde a su contexto:
- Desarrollo Territorial Integrado,
- Cambio Climático, y
- Superación de la Pobreza, inclusión y equidad.
Bajo esta agenda, las ciudades prometen ser agentes del desarrollo en el marco de la consolidación de la paz, en un periodo de “posconflicto”. Se consolidarán entonces “las ciudades para la paz”.
Frente al primer punto de la agenda colombiana, es importante resaltar la visión sobre la integración campo-ciudad que hoy tiene como prioridad el gobierno de Juan Manuel Santos. En su Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, la intención es consolidar el Sistema de Ciudades que concentre el modelo de desarrollo integrado entre lo urbano y lo rural, en las denominadas “Ciudad Región”. Dicho modelo, denominado por el gobierno como el “reequilibrio urbano-rural”, otorga a las ciudades un rol de centros de aglomeración económica y financiera, mejorando la conectividad, los servicios y la tecnología. Las ciudades, entonces, se siguen consolidando como el espacio por excelencia de oportunidades para el desarrollo económico financiero, para la inversión extranjera y el turismo.
Sin embargo, este tipo de modelos que consolida la ciudad neoliberal otorga un rol secundario al sector rural y posee implicaciones que agudizan el despojo de las comunidades de sus territorios, edificando ciudades para el neoliberalismo y no para el buen vivir.
El segundo punto de la agenda es el cambio climático. Para este punto el Foro Urbano Nacional presentó modelos de Planes de Ordenamiento Territorial y planes de desarrollo municipal “exitosos”. El enfoque sobre este punto tiene que ver con formulación de planes integrales al cambio climático, reducción de gases, armonización de instrumentos para gestión de riesgos y mitigación al cambio climático. Todos estos intentos de mitigación se trabajan bajo el concepto de “ciudades para el desarrollo sostenible”.
De entrada, el concepto “sostenible” nos remite a un debate ya marcado por los ecologistas y ambientalistas y la visión de responsabilidad social con el ambiente que tienen los gobiernos que promueven el desarrollo económico capitalista. Pero lo más preocupante del modelo de mitigación de cambio climático que promueve el gobierno colombiano es la poca capacidad de previsión de una problemática latente en los territorios: el agua.
La mayoría de estos planes de ordenamiento se han enfocado a construir grandes parques y edificios, olvidando que el agua se nos está acabando. Muy pocos planes “exitosos”, evidencian tener iniciativas sobre esta problemática. Por el contrario, se venden manantiales, se utiliza para monocultivos y la extracción de minerales. El desafío entonces, es formular planes que organicen el territorio teniendo en cuenta las fuentes hídricas.
Por último, el punto de superación de la pobreza, inclusión y equidad, nos evoca a los planes de responsabilidad social del Estado. El gran desafío es la “no invasión” de territorios urbanos. Se reconoce la informalidad, pero los planes para combatir la informalidad continúan siendo paños de agua tibia y con políticas de asistencialismo de Estado. Los ejes principales de este punto son Vivienda, Infraestructura y Derechos humanos básicos (salud y educación).
En este punto, el gobierno deja clara su visión de que la vivienda será el “dinamizador del mejoramiento de la calidad”, donde el reto del urbanismo es la expansión bajo el concepto de ciudades satélites para la integración regional. Es aquí donde juegan las alianzas públicas-privadas, pues para promover lo que han denominado “el crecimiento económico sostenible e incluyente” será determinante la inversión financiera y el papel de las grandes constructoras. Tal como lo definen en el FUN, “la alianza para la urbanización con equidad”.
´Ciudades para la paz´
Para los gobiernos participantes, las ciudades han sido escenarios de bajo impacto del conflicto armado. De hecho caracterizan que en ellas ya estamos viviendo el llamado “posconflicto”. Hablar de ciudades para la paz, para el gobierno implica el libre desarrollo de su modelo de Sistema de Ciudades, pero lo más preocupante es que limitan dicha concepción a un cambio meramente moral de quienes habitan las ciudades.
Son pocas las políticas públicas para la consolidación de ciudades para la paz, más allá de la visión de superar la inequidad bajo el lema de que la urbanización supere la informalidad. De la violencia urbana no se habla mucho, de hecho pareciera que es ya una decisión de los gobiernos locales esconder los niveles de violencia y las tasas de homicidio.
De hecho, lo más preocupante es que son claros en expresar que aportar a una ciudad en paz, implica la consolidación de la ciudadanía para que acoja legalidades. Es decir, condicionamiento hegemónico para que a partir de un “comportamiento moral” y de un país en paz, asumamos de manera “disciplinada” el marco legal y normativo colombiano.
Perlas del Foro Urbano Nacional
En el marco del IV Foro Urbano Nacional se firmó la Alianza para la Renovación Urbana de Cali, compuesta por 35 empresas de los sectores financiero, de la construcción e inmobiliario, así como EMCALI, la EMRU y por supuesto la Alcaldía de Santiago de Cali. Dicha alianza público-privada tiene como objetivo la renovación de la ciudad en 6 planes macro y parciales. Entre ellos, se presenta como grandes proyectos de renovación urbana la Ciudad Paraíso, El Piloto, El Hoyo y la Avenida Sexta.
Como defensores del territorio, sabemos que estos planes no han sido más que amenazas de despojo donde priman los intereses económicos, más que el bienestar de las comunidades. La “Cali para la paz”, ya tiene el respaldo del gobierno de Juan Manuel Santos, quien otorgó el apoyo económico a través del Fondo Nacional del Ahorro.
Por otro lado, a pesar de que en el mundo ya se han venido dando grandes debates frente al tema del derecho a la ciudad, Colombia continúa con su retraso intencional sobre el tema. Causa extrañeza que no se hable de ello en el FUN y que limiten el debate a una discusión por saldar, ya que según lo que expresan, el derecho a la ciudad en Colombia tiene una fuerte oposición porque desdibuja otros derechos humanos.
Aproximaciones al debate
Está claro que el Foro Urbano Nacional no fue más que un escenario donde las instituciones del gobierno nacional y los gobiernos municipales presentaron sus “buenas practicas” de gestión y planificación urbana. El espacio para el debate es limitado y poco real al contexto de crisis urbanas que atraviesan las ciudades.
La visión del gobierno nacional para consolidar sus “ciudades para la paz”, no van más allá de construir indiscriminadamente viviendas, mejorar la infraestructura para las vías y embellecer las ciudades para el turismo y la inversión extranjera. En concreto, la “ciudad para la paz” de Juan Manuel Santos, es la consolidación de las “ciudades neoliberales”, poco consecuentes con el discurso a la mitigación de impactos al cambio climático y con políticas de asistencialismo para la superación de la pobreza.
Su visión es la del silenciamiento de los fusiles en el campo, para que la integración urbano-rural pueda permitir el desarrollo capitalista, olvidando incluir la participación de la sociedad en la forma de reformar las ciudades. No existirán las ciudades para la paz en medio de un modelo que genera despojo, enfocado en la especulación de la tierra y con alcaldes que gobiernan para privilegiar a los bancos, las grandes constructoras y las inmobiliarias.
Quién

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