En materia económica, el gobierno de Duque considera que el crecimiento se reduce a que los ricos ganen más y que los pobres reciban las sobras. ¿Qué significan, verdaderamente, los nuevos “pactos por el crecimiento y la generación de empleo”?
Esta semana el gobierno suscribió diez nuevos pactos por el crecimiento y la generación de empleo con los empresarios del país. En el evento de lanzamiento Duque pronunció un discurso que sintetiza su preocupante visión de la economía.
Dijo, por ejemplo, que 2019 fue un buen año porque aumentó la inversión extranjera, se incrementó el recaudo, cerca de 4,5 millones de personas visitaron Colombia y crecieron los sectores hotelero, energético y digital. Para seguir mejorando, señaló el presidente, su gobierno ha disminuido casi en 20 puntos porcentuales las tasas de tributación del sector privado, con el falaz argumento de que, al reducirles los impuestos, las empresas contratarán nuevos trabajadores.
Como si esto fuera poco, Duque contó que el gobierno se ha puesto en la tarea de aliviarles a las empresas los inconvenientes causados por lo que él llama “la sobrerregulación” y las “demoras operacionales del Estado”, así como en la de ayudarles a encontrar nuevos “destinos comerciales”.
Y es que, descaradamente, Duque admitió que el sector privado es una institución más del país, mejor dicho, que está al mismo nivel del Estado: “Si nosotros valoramos, como lo tenemos que hacer y como lo estamos haciendo, ese encuentro, podemos decir con total tranquilidad y emoción que Colombia, una vez más, se sitúa en el campo de las instituciones, porque al sector privado se le considera una institución”.
Mientras Duque mide el bienestar del país según qué tan bien le va a los gremios económicos, para los pobres solo quedan migajas. En el evento de lanzamiento de estos pactos, dijo que los logros en materia “social” durante su primer año de gobierno son: conectarle, por fin, el servicio de energía a 100 mil personas, proveer agua a otras 500 mil, crear un nuevo programa de becas y dar unos créditos para vivienda de interés social. Ya sabemos: el crecimiento es que los ricos ganen más y que los pobres reciban las sobras.
El presidente también ha publicitado estos pactos como soluciones a los reclamos de las miles de personas que se han movilizado en las calles durante los últimos meses. Además de anunciar estas medidas absurdas que continúan profundizando la desigualdad, su conclusión sobre las exigencias de la ciudadanía es que se quiere “satanizar los sectores productivos”, como dijo durante el lanzamiento. Ahora resulta que los empresarios son las víctimas del debate público y que el gobierno tiene que salir en su defensa, mientras los trabajadores apenas sobreviven con los bajos salarios y los asfixiantes impuestos.
De hecho, la postura de los trabajadores organizados en la Central Unitaria de Trabajadores, quienes han promovido las jornadas de paro nacional, es que los tales pactos por el crecimiento no incluyen medidas reales y efectivas para la reducción del desempleo y la garantía del derecho al trabajo digno.
Por ejemplo, no resuelven el problema de la informalidad que aqueja a 14 millones de colombianos, el 64% de la población empleada. Tampoco solucionan los problemas de que la plata no alcanza o de que solo el 5% de la población colombiana esté sindicalizada, en buena parte por la violencia con la que las élites han arremetido contra el movimiento sindical.
Un impulso serio a la generación de empleo en Colombia debe partir por reconocer los derechos de los trabajadores a la organización, la huelga y las negociaciones colectivas; debe garantizar que la informalidad se reduzca y debe generar vectores industriales de mayor potencia y dinamismo económico en clave de redistribuir las riquezas. Pero poco o nada podrá cambiar con este presidente al servicio de las élites y en contra de los ciudadanos. Por eso las movilizaciones deben continuar y se deben redoblar los esfuerzos para que en 2022 tengamos un gobierno al servicio del país.
Quién

- Politólogo de la Universidad Nacional, vocero nacional de Cuidad en Movimiento y el Congreso de los Pueblos. Secretario General (E) del Polo Democrático Alternativo. Integrante La Fogata Editorial y estudiante de Especialización en Gestión y Planificación del Desarrollo Urbano y Regional en la Escuela Superior de Administración Pública.