La cultura del cemento en la capital de vida.

Los conflictos socioambientales, por la presión de proyectos industriales e inmobiliarios sobre las pocas reservas ambientales y ecológicas en las ciudades, se vienen incrementando en Colombia; como es el caso de Barranquilla, donde sus pobladores enfrentan este modelo de despojo y hacen propuestas de construcción de ciudades para la vida digna.

La cultura del cemento en la capital de vida. 

Barranquilla, capital de muerte ecológica.
“Cada metro de cemento es un metro de desierto”

 

Por: Marco Aurelio Parra*. Barranquilla es una de las ciudades densamente más pobladas del país con 7.837,31 habitantes por metro cuadrado (hab/m2), más que Medellín con 5.820 hab/m2 y más que Bogotá con 5.120,31 hab/m2. Es también una de las ciudades más calurosas con un promedio de 26°, más que Medellín con un promedio de 18° y más que Bogotá con un promedio de 12°. A su vez, es la ciudad con el peor índice de espacio público por habitante, con menos de 1 m2 por habitante (0.86 m2), muy por debajo de Bogotá con 3.93 m2 y de Medellín con 3.55 m2. La norma internacional define como mínimo 15 m2 por habitante.

La llamada “capital de vida” sin duda viene padeciendo una crisis ambiental que cada día se torna más preocupante, relacionada con el modelo de ciudad impulsado por las últimas administraciones que han privilegiado la construcción donde predomina el cemento, incluyendo la remodelación de parques como se puede constatar en la plaza de la Paz, el parque Suri Salcedo, el parque San José, la plaza de San Roque, el llamado “Jardín Botánico”, entre otros;  plazas y parques donde incluso se ha reemplazado grama natural por grama sintética. La administración quiere mostrar esto como algo positivo, como una medida encaminada a superar el escandaloso déficit de espacio público pero en realidad lo que está haciendo es agrandarlo, empeorando las cosas.

El traslado del Batallón Paraíso, que dejará un terreno de 43 hectáreas (ha) y que se podría convertir en un gran parque verde, no podrá ser disfrutado por la ciudadanía a plenitud pues la administración distrital ha presentado un proyecto de construcción de vivienda en la tercera parte de esta área. En este mismo sentido la administración pretende encementar el 45% del predio La Loma, otro pulmón de 96 ha, situado a orillas del río Magdalena, que podría tener una utilización más amigable con la ciudadanía y el ambiente. Nuevamente la administración piensa en construir centros comerciales y complejos habitacionales de hasta 50 pisos, menos verde y más cemento.

Proyecto La loma

Pero la gota que rebosó la copa, y que ha servido para que amplios sectores ciudadanos tomen conciencia crítica de lo que está ocurriendo en esta ciudad es el proyecto de la Alcaldía de pretender imponer la construcción de un nodo del SENA en los terrenos de la Normal La Hacienda, donde existe una reserva ecológica de 14 ha, otro de los pocos pulmones forestales de la ciudad, con una vegetación de  bosque seco tropical, declarado por el Concejo Distrital como “patrimonio ecológico de la ciudad” mediante el Acuerdo 011 del 30 de julio de 1999.

Esta inaudita pretensión ha ocasionado el levantamiento de un movimiento de resistencia civil; de estamentos educativos de la Normal La Hacienda, egresados, padres y madres de familia, comunales, vecinos del plantel, ecologistas, profesionales de distintas áreas bajo la coordinación del Frente Amplio Cívico por  el Rescate de Barranquilla, exigiendo respeto a estos terrenos que amortiguan las altas temperaturas y representan más oxígeno para la ciudad. El Frente propone que se utilicen las edificaciones de entidades liquidadas como las empresas públicas de teléfonos y las sedes del Seguro Social. Iniciativa que está generando la movilización de las comunidades aledañas, ya que serían las primeras beneficiarias de la instalación de los nodos del SENA.

Propuesta del Frente Amplio Cívico por el Rescate de Barranquilla.

La problemática ambiental de la ciudad no para aquí. En cuanto al saneamiento básico hay situaciones delicadas como los cerca de 50 vertimientos de aguas servidas (residuales), sin ningún tratamiento que van a la ciénaga de Mallorquín, al lago El Cisne, a los caños que atraviesan la ciudad hasta llegar finalmente al río Magdalena. El colegio de ingenieros químicos del departamento del Atlántico se ha pronunciado a partir de estudios realizados, que dan cuenta del grado de contaminación que presentan estos cuerpos de agua responsable de la mortandad de peces que en ellos se presentan.

En el caso de la ciénaga de Mallorquín, el último humedal del departamento del Atlántico, protegido por el Convenio de Ramsar, está condenado a su desaparición junto con su riqueza de flora y fauna piscícola. Este cuerpo de agua viene sufriendo los embates de las empresas privadas quienes mediante rellenos ilegales vienen tomándose los terrenos de sus orillas. El último y certero golpe lo propinó la administración distrital de Elsa Noguera en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) en su artículo 19, donde divide la ciénaga en tres partes: La zona bosque de manglar, zona Tajamar río Magdalena y zona frente al mar, determinando en el parágrafo 4 que “las zonas Tajamar-rio Magdalena y zona frente al mar de la ciénaga de Mallorquín hacen parte del suelo de expansión urbana”.

Esto último, además de absurdo tiene estrecha relación con el proyecto de construcción del llamado puerto de aguas profundas en cercanías de la ciénaga de Mallorquín el cual tendría la capacidad de exportar 22 millones de toneladas de carbón al año, aumentando con ello el riesgo de contaminación ambiental debido al polvillo del carbón. A estas problemáticas se suma la contaminación ambiental por ruido ocasionadas por el traslado a la zona de bares y cantinas antes ubicadas al norte de la ciudad, ahora instaladas en las localidades del sur oriente y metropolitana.

Hoy quieren mostrarnos  a la ex alcaldesa Elsa Noguera como la más opcionada para ser elegida nuevamente en la alcaldía. Desde esta orilla creemos que un nuevo rumbo se hace necesario, un cambio de modelo de ciudad que centre su atención en el ser humano en armonía con la naturaleza. Solo unidos podremos hacer este sueño posible. Una ciudad para todos y todas en equidad y paz.

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