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“El ´Che´ nos enseña a generar cambios desde el amor” [Entrevista + Ilustraciones]

Nadia Fink (escritora) y Pitu Saá (dibujante),  ambos autores de las colecciones #Antiprincesas y #Antihéroes (Ed. Chirimbote, publicadas en Colombia por La Fogata Editorial), eligieron esta vez una figura difícil de abordar, pero muy cercana a las nuevas generaciones.

Nadia afirma: “no nos asustan las controversias: bienvenidas sean para poder generar preguntas no sólo en las chicas y en los chicos, sino sobre todo en las personas grandes, que son quienes acercan la literatura infantil a la infancia”. Pero además, asegura que este relato trata de brindar otra mirada del personaje: “Se trata de una figura súper difundida en todos lados, pero muchas veces tomada como una imagen vacía, icónica, y con dos o tres ejes que lo representan. Decidimos profundizar en su historia, en sus diferentes facetas para mostrar a un hombre revolucionario, íntegro y, sobre todo, con la intención de ser coherente entre la palabra y el hacer”.

Como todos los libros de la Editorial Chirimbote, incluye una lectura ágil y divertida, de la mano de la Estrellita preguntona y el Bichito de la Libertad (que siempre lo picaba al Che ¡pero ahora anda suelto!); también con actividades y juegos; y las referencias infaltables de Eduardo Galeano, Juana Azurduy, José Martí, Fidel Castro y Julio Cortázar, entre otros y otras. Pero qué mejor que sus autores para contar lo que quisieron transmitir con esta obra:

¿Cuál es el mensaje más profundo que brinda El Che?

Nadia Fink: El Che porta un mensaje de esperanza que no tiene que ver con la espera, sino con el hacer para generar cambios, con el hacer desde el amor. La sed de aventura que casi nació con él fue llenándose de motivos colectivos y de una idea concreta: se puede ser libre (como país, como persona) y hay que hacerlo en todos lados, no sólo para quienes tenemos cerquita. Por otro lado, como decíamos antes, su intento permanente (y consciente) por ser coherente nos deja un legado fundamental en un momento donde la palabra inmediata vale más que las acciones que se sostienen en el tiempo.

¿Qué rescatan de su infancia?

Pitu Saá: Desde pequeño, El Che tuvo que luchar contra el asma. Creemos que esa temprana experiencia forjó su personalidad hasta el último de sus días. A pesar de su afección, “Ernestito” no dejó de jugar y practicar deportes, convirtiéndose en un niño inquieto y ávido de aventuras. Celia, su madre, tuvo mucho que ver con promover la libertad de su hijo por sobre su enfermedad. Sin embargo, El Che no se convirtió en un “luchador” individual. Entendió, pensamos, que las voluntades fuertes son las que saben encontrarse para lograr un bien colectivo. Había una llama en él que desbordaba el concepto de “superación personal”.

¿Quiénes acompañan al Che en su vida?

Nadia Fink: Hay muchas personas pero, como toda mirada, desde nuestro lado elegimos a dos, fundamentalmente: su madre, Celia, una mujer muy de avanzada para su época (desde usar el pelo corto, fumar en público, manejar) y con una preocupación por la actualidad política permanente; y a su compañera, Aleida, madre de cuatro de sus hijos e hijas, que rescata un costado humano (siempre visto en el contexto de revolución en el que se enamoraron y construyeron) poco conocido. También aparece Fidel, quien moría cuando estábamos llegando al final de nuestra historia, por lo que nos conmovimos pero sumamos también a este relato.

¿Cómo contar y dibujar una revolución social a las chicas y los chicos?

Pitu Saá: Tomando partido. Es decir, todo relato exige posicionarse en un lugar. Nosotras y nosotros tenemos una perspectiva acerca de la revolución cubana y no queremos esconderla detrás de una supuesta verdad objetiva. Nos parece fundamental ser francos en ese sentido con las chicas y los chicos. Al mismo tiempo esquivamos la bajada de línea. Intentamos que quienes leen puedan construir sus propias reflexiones acerca de los hechos históricos que contamos. Preferimos que las niñas y los niños hablen y no que sean “habladas” y “hablados” por otras y otros.

¿Hubo lugar para el amor en su vida tan inquieta?

Nadia Fink: Hubo lugar para el amor hacia sus compañeras y hacia sus hijas e hijos… Tratamos de plasmar esa cotidianeidad tan alejada de lo que muchas tradiciones pretenden: un hombre inquieto pero muy escritor de carta, su manera de estar siempre presente; un compañero que siempre hablaba de futuro (lo que destierra el halo “suicida” que en muchas ocasiones pretenden darle), un padre que compartía los momentos que podía y escribía cariñosamente a los “pedacitos de carne”, como los y las llamaban en broma. Y el amor por muchas y muchos más, por quienes trazó sueños de revolución y pasos de compromiso.

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Colección Antihéroes #3. Che Guevara para chicas y chicos.  Consultas, pedidos online:

La Fogata Editorial