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Día del estudiante caído: ¡Educación pública, justicia y dignidad!

Por los estudiantes “que continúan luchando por el respeto a los derechos de todo el pueblo”. Sentidas palabras de Uverney Quimbayo Cabrera, cargadas de justicia, solidaridad, esperanza y libertad. ¡Que vivan los estudiantes combativos! ¡Uverney vive en la lucha social y popular!

Por Uverney Quimbayo Cabrera*. Algunos líderes estudiantiles se han atrevido a plantear la viabilidad de un país donde la libertad, la justicia, la solidaridad y la esperanza sean las bases que orienten nuestras relaciones interpersonales, como lo podemos constatar en la expresión de las diversas expresiones represivas en el transcurrir histórico donde nos hace repetir nuestra historia de engaño, maltrato, hambre, violencia e injusticia social.

En este sentido, recurrimos a la memoria colectiva, mente y  corazón en la historia del origen del 8 y 9 de junio; fecha en la cual se congregan en los colegios, universidades, plazas públicas para conmemorar o rendir homenaje –más no a celebrar- a los líderes estudiantes caídos en la lucha por la defensa de los ideales reivindicativos y democráticos del movimiento estudiantil. Estudiantes que sacrificaron su vida por la construcción de una patria justa, libre y democrática. Historia de la muerte del primer estudiante colombiano el 8 de junio de 1929: Gonzalo Bravo Pérez, muerto por la espalda con las balas de la policía que atacó una movilización estudiantil en Bogotá, y que el 8 y 9 de junio de 1954, se repite esta historia con la muerte de 14 estudiantes en Bogotá por parte de la policía, cuando los estudiantes se movilizaban contra las medidas inhumanas y por una educación democrática, científica, humana y progresista.

Estos dos hechos son los que componen la historia del Movimiento Estudiantil: 1929 y 1954. Hasta la fecha, muchos estudiantes han sido desaparecidos, dinamitados y acribillados porque lucharon contra los gobiernos de turno, a los que no les importa para nada la miseria, el hambre, el desempleo y las necesidades que han padecido y padecen más de 40 millones de colombianos. Ellos no tenían sino un sueño: luchar por la dignidad del ser, es decir, luchar por “vivir en una sociedad auténticamente democrática”, donde la democracia tenga “…que ver con elreconocimiento y respeto por las diferencias, que es la mayor riqueza con la que puede contar una nación para soñar desde distintos enfoques, la posibilidad del futuro colectivo”.

Finalmente, reflexionemos sobre la historia y el papel de los estudiantes en la construcción de un mundo mejor;  para que continúen luchando por la justicia y respeto de los derechos de todo el pueblo; que sigan dando ejemplo de lucha y organización como lo hicieron los estudiantes de secundaria durante el Paro Indefinido del magisterio Colombiano. Muchas gracias a todos nuestros estudiantes.

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* Fundador y director histórico de Lanzas y Letras. Artículo escrito en junio de 2015